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Tres agujeros negros supermasivos “dormidos” despiertan y devoran estrellas en galaxias lejanas

Tres agujeros negros supermasivos “dormidos” despiertan y devoran estrellas en galaxias lejanas

Los agujeros negros supermasivos, esos titanes ocultos en el corazón de muchas galaxias, siguen siendo uno de los grandes enigmas de la astrofísica moderna. Invisibles por naturaleza, solo delatan su presencia cuando interactúan con la materia circundante. Mientras algunos de estos colosos consumen de forma constante gas y polvo, emitiendo intensos destellos que los delatan, otros permanecen en silencio durante largos periodos, acechando a la espera de una oportunidad para alimentarse. Recientemente, un equipo internacional de astrónomos ha logrado identificar a tres de estos gigantes “dormidos” que han despertado de su letargo para devorar estrellas incautas en galaxias lejanas, un hallazgo que arroja nueva luz sobre el comportamiento y la evolución de estos fascinantes objetos cósmicos.

La detección de estos eventos, conocidos como “eventos de disrupción de marea” (TDE, por sus siglas en inglés), ha sido posible gracias a la combinación de telescopios terrestres y espaciales que monitorizan el cielo en busca de señales transitorias. Cuando una estrella pasa demasiado cerca del horizonte de sucesos de un agujero negro supermasivo, las fuerzas de marea ejercidas por el objeto son tan extremas que la estrella es literalmente despedazada. El material resultante forma un disco de acreción extremadamente caliente y brillante, visible en diferentes longitudes de onda, desde los rayos X hasta la luz óptica e infrarroja.

Estos tres nuevos TDE detectados presentan características llamativas. En todos los casos, los agujeros negros permanecían inactivos durante años, sin signos de actividad previa. Sin embargo, la aproximación de una estrella desencadenó una rápida y violenta alimentación, produciendo emisiones luminosas que rivalizan con el brillo de cientos de miles de millones de soles. Este fenómeno ha permitido a los científicos estudiar en detalle la dinámica de la acreción y la física de los discos que se forman en torno a los agujeros negros, así como profundizar en la comprensión de los mecanismos responsables de la emisión de energía en estos sistemas extremos.

La importancia de estos descubrimientos es doble. Por un lado, los eventos de disrupción de marea ofrecen una ventana única para detectar agujeros negros supermasivos que, de otro modo, permanecerían ocultos en el centro de galaxias aparentemente inactivas. Por otro, el estudio de la interacción entre las estrellas y los agujeros negros proporciona información clave sobre la población estelar y la evolución dinámica de los núcleos galácticos.

La observación de estos TDE ha sido posible gracias a la colaboración internacional en la que han participado agencias y centros de investigación como la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y numerosos observatorios terrestres. En particular, telescopios espaciales como el Swift de la NASA han sido fundamentales para detectar el estallido inicial de rayos X y ultravioleta, mientras que redes de telescopios ópticos han seguido la evolución de la luminosidad a lo largo del tiempo. Además, el análisis espectroscópico ha permitido inferir la composición y las velocidades del material expulsado, confirmando la naturaleza violenta del proceso.

Este tipo de investigaciones no solo mejoran nuestro conocimiento de los agujeros negros, sino que también tienen implicaciones directas para la comprensión de la formación y evolución de galaxias enteras. Los científicos sospechan que los episodios de alimentación de agujeros negros desempeñan un papel esencial en la regulación de la formación estelar y en la redistribución de materia y energía en el cosmos.

Mientras la exploración del universo avanza, tanto por parte de agencias públicas como privadas, como SpaceX, Blue Origin, Virgin Galactic y la española PLD Space, el estudio de objetos extremos como los agujeros negros supermasivos continuará siendo una de las fronteras más apasionantes de la astronomía moderna. Los próximos años prometen nuevas sorpresas a medida que la tecnología y la cooperación internacional permitan captar con mayor detalle estos fugaces pero espectaculares banquetes cósmicos.

El hallazgo de estos tres agujeros negros supermasivos “dormidos” que han despertado para devorar estrellas es un recordatorio de que el universo sigue guardando secretos tan inquietantes como fascinantes, y que solo estamos empezando a desvelar su auténtica naturaleza. (Fuente: NASA)