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El telescopio Flyeye de la ESA enciende su ‘ojo’ para vigilar asteroides cercanos a la Tierra

El telescopio Flyeye de la ESA enciende su ‘ojo’ para vigilar asteroides cercanos a la Tierra

Un nuevo hito en la defensa planetaria europea ha comenzado esta semana: el telescopio Flyeye de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha realizado su primera observación astronómica, en la que ha abierto su sofisticado “ojo” al cosmos. Este paso, conocido como “first light” en la jerga astronómica, marca el inicio de una nueva era para la vigilancia de objetos próximos a la Tierra, como asteroides y cometas que podrían representar un riesgo para nuestro planeta.

El Flyeye, ubicado en Monte Mufara, en Sicilia (Italia), ha sido desarrollado específicamente para acelerar y mejorar la búsqueda de cuerpos celestes que puedan acercarse peligrosamente a la Tierra. Su diseño innovador, inspirado en el ojo compuesto de las moscas —de ahí su nombre—, le otorga una capacidad de observación panorámica mucho mayor que la de los telescopios convencionales. Gracias a un sistema óptico múltiple, el Flyeye puede cubrir una porción del cielo mucho más amplia en cada exposición, incrementando así la eficiencia en la detección temprana de objetos potencialmente peligrosos.

En términos técnicos, el telescopio se compone de 16 pequeños telescopios modulares que actúan de forma coordinada, generando una imagen compuesta de alta resolución. Esta configuración le permite escanear todo el cielo visible en apenas dos noches, una mejora sustancial respecto a los sistemas tradicionales. Además, su avanzada tecnología de procesamiento de imágenes automatiza la identificación y el seguimiento de objetos en movimiento, enviando alertas casi en tiempo real a los centros de control de la ESA.

La puesta en marcha del Flyeye responde a la creciente preocupación internacional por el impacto potencial de los asteroides. Aunque eventos catastróficos como el que acabó con los dinosaurios son extremadamente raros, impactos menores, como el de Chelyabinsk en 2013, han recordado a la humanidad la importancia de la vigilancia constante del espacio cercano. En aquel incidente, un meteoro de unos 20 metros explotó sobre la ciudad rusa, causando más de mil heridos y daños materiales considerables.

La ESA ha situado la defensa planetaria como una de sus prioridades estratégicas en la última década. El Flyeye es la primera de una red planificada de telescopios de nueva generación que se desplegará por Europa y otras regiones, en colaboración con agencias internacionales como la NASA, que opera el sistema de alerta de asteroides ATLAS y colabora en misiones como DART, la primera prueba de desviación de un asteroide realizada con éxito en 2022.

En el contexto de la exploración espacial global, la vigilancia de asteroides vive un auge sin precedentes. Estados Unidos, a través de la NASA, y empresas privadas como SpaceX, Blue Origin o Virgin Galactic, están impulsando tecnologías para la detección, seguimiento e incluso desvío de cuerpos potencialmente peligrosos. El papel de compañías como PLD Space, que desarrolla cohetes reutilizables desde España, también es relevante, ya que ofrecen capacidades complementarias para el lanzamiento de instrumentos de observación y experimentos científicos.

Más allá de la seguridad, la detección de nuevos asteroides y cometas tiene un interés científico considerable. Estos cuerpos son vestigios de los albores del Sistema Solar y pueden aportar información clave sobre la formación de los planetas y el origen de la vida. Además, el estudio de exoplanetas y de objetos interestelares, impulsado por telescopios espaciales como el James Webb (NASA/ESA/CSA) o misiones como CHEOPS y PLATO, se beneficia del desarrollo de técnicas avanzadas de observación terrestre como las implementadas en el Flyeye.

El telescopio Flyeye no sólo representa un avance tecnológico para Europa, sino que refuerza la colaboración internacional en la protección de la Tierra frente a amenazas cósmicas. Su integración en la red global de alerta temprana permitirá mejorar la capacidad de respuesta ante posibles impactos y facilitará el desarrollo de estrategias conjuntas para la mitigación de riesgos.

En definitiva, la primera luz del Flyeye inaugura una etapa crucial en la vigilancia del vecindario cósmico terrestre y consolida a la ESA como uno de los actores clave en la defensa planetaria. Con su puesta en funcionamiento, Europa da un paso firme hacia la protección de nuestro planeta frente a los peligros del espacio, al tiempo que amplía las fronteras del conocimiento astronómico.

(Fuente: ESA)