La NASA reprograma el lanzamiento de ESCAPADE en el segundo vuelo del New Glenn de Blue Origin

La misión ESCAPADE de la NASA, que tiene como objetivo el estudio detallado de la magnetosfera de Marte, ha visto alterados sus planes de lanzamiento iniciales, pero ya tiene una nueva ventana para su esperado despegue. El pequeño satélite, uno de los proyectos más innovadores dentro del programa de exploración marciana, iba a viajar originalmente a bordo del vuelo inaugural del cohete New Glenn de Blue Origin. Sin embargo, debido a retrasos en la preparación del vehículo, la NASA y la empresa liderada por Jeff Bezos han decidido trasladar la misión al segundo lanzamiento operativo del New Glenn, previsto de manera tentativa para finales de este verano.
ESCAPADE (Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers) consta de dos pequeños satélites idénticos, o smallsats, que orbitarán Marte para estudiar cómo el viento solar y el entorno de plasma afectan a la atmósfera marciana y su progresiva pérdida al espacio. La misión, dirigida por la Universidad de California, Berkeley, representa un hito tanto por su bajo coste como por el uso de tecnologías avanzadas de miniaturización y propulsión eléctrica.
El cambio de planes se debe, principalmente, a la cautela de Blue Origin respecto al primer vuelo del New Glenn. El lanzador pesado, que promete una capacidad de carga de hasta 45 toneladas a órbita baja terrestre, es la gran apuesta de la compañía para competir tanto con el Falcon Heavy de SpaceX como con el Ariane 6 europeo en el mercado de lanzamientos comerciales y científicos. No obstante, el desarrollo de New Glenn ha estado marcado por varios retrasos. Las pruebas de integración y calificación del sistema de propulsión BE-4 —el mismo que impulsa el también retrasado Vulcan de United Launch Alliance— han sido uno de los principales cuellos de botella.
La NASA, que tradicionalmente opta por lanzadores con experiencia de vuelo probada para sus misiones científicas, prefirió no arriesgar la viabilidad de ESCAPADE en un vuelo inaugural. El primer lanzamiento de cualquier cohete conlleva riesgos significativamente superiores, ya que es la primera vez que todos los sistemas trabajan conjuntamente en condiciones reales. Por ello, la agencia espacial ha optado por esperar al segundo vuelo, confiando en que los eventuales problemas iniciales queden resueltos y se minimicen los riesgos para la misión.
Mientras tanto, Blue Origin ha intensificado los trabajos en sus instalaciones de Cabo Cañaveral para poner a punto tanto el New Glenn como la infraestructura de tierra asociada, incluyendo una gigantesca torre de integración y la barcaza Jacklyn, diseñada para recuperar la primera etapa reutilizable del cohete tras su aterrizaje controlado en el océano. La ambición de la empresa es clara: consolidarse como la alternativa estadounidense a SpaceX, cuya familia Falcon ha dominado el mercado de lanzamientos comerciales en la última década.
La importancia de ESCAPADE radica en su capacidad para aportar datos inéditos sobre la interacción entre el campo magnético residual de Marte y el viento solar, un proceso clave para entender la evolución climática del planeta rojo y, por extensión, la habitabilidad potencial de exoplanetas similares. El uso de dos satélites permitirá realizar mediciones simultáneas en diferentes puntos de la magnetosfera marciana, algo inédito hasta la fecha y fundamental para construir modelos más precisos de la dinámica atmosférica.
Este retraso se enmarca en un contexto de intensa competencia y colaboración en el sector espacial. SpaceX, por su parte, continúa batiendo récords de lanzamiento con su Falcon 9 y avanza en el desarrollo de Starship, mientras que Virgin Galactic sigue centrada en los vuelos suborbitales turísticos, y PLD Space, la empresa española, prepara el salto a órbita con su cohete Miura 5 tras el éxito de Miura 1. Otras agencias, como la ESA y la japonesa JAXA, mantienen su apuesta por misiones científicas de vanguardia y el desarrollo de nuevos lanzadores.
El caso de ESCAPADE ilustra los retos y oportunidades de la nueva era espacial, marcada por la colaboración entre agencias públicas y empresas privadas, la proliferación de satélites de pequeño tamaño y la carrera por el acceso fiable y económico al espacio profundo. Si el segundo vuelo del New Glenn resulta un éxito, no solo se abrirán nuevas posibilidades para la exploración de Marte, sino que Blue Origin podrá posicionarse definitivamente como un actor clave en el panorama aeroespacial global.
Se espera que la NASA confirme en las próximas semanas la fecha definitiva de lanzamiento de ESCAPADE, una misión que, pese a los retrasos, sigue generando gran expectación entre la comunidad científica y la industria espacial.
(Fuente: SpaceNews)

 
							 
							