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Astroscale logra un contrato clave en Reino Unido para vigilar chatarra espacial y el clima espacial

Astroscale logra un contrato clave en Reino Unido para vigilar chatarra espacial y el clima espacial

Astroscale, la innovadora empresa dedicada a la eliminación de desechos espaciales, ha dado un salto significativo en su posicionamiento internacional tras obtener un importante contrato del Ministerio de Defensa del Reino Unido. El anuncio, realizado el pasado 16 de junio, confirma la adjudicación de un proyecto valorado en aproximadamente 6,5 millones de euros (unos 7 millones de dólares), cuyo objetivo es la puesta en órbita y operación de dos satélites tipo cubesat en 2027. Estas pequeñas plataformas, que tendrán la misión de monitorizar tanto el entorno espacial como el clima espacial, marcan un nuevo hito en la estrategia europea para abordar los retos de la creciente congestión en la órbita terrestre baja (LEO).

El contrato, enmarcado en el programa “Defence Space Portfolio” del gobierno británico, subraya la creciente preocupación de las agencias nacionales y empresas privadas por el aumento exponencial de objetos en órbita. Según datos de la Agencia Espacial Europea (ESA), actualmente existen más de 36.000 fragmentos de chatarra espacial mayores de 10 centímetros, junto a millones de piezas más pequeñas que representan una amenaza crítica para satélites operativos y misiones tripuladas.

Astroscale, fundada en 2013 y con sedes en Tokio y Londres, se ha posicionado como uno de los actores más relevantes en la gestión de residuos orbitales, un campo que ha cobrado protagonismo tras varios incidentes recientes de colisiones y maniobras de evasión. La compañía ya ha realizado misiones pioneras, como el ELSA-d, un demostrador tecnológico lanzado en 2021 que probó con éxito técnicas de captura y desorbitado de satélites fuera de servicio.

La misión ahora anunciada en el Reino Unido consistirá en el despliegue de dos cubesats equipados con sensores avanzados capaces de rastrear tanto objetos artificiales como fenómenos naturales, como la actividad solar y sus efectos en la magnetosfera terrestre. Este doble enfoque permitirá no solo mejorar las capacidades de vigilancia espacial del Reino Unido, sino también anticipar riesgos derivados de tormentas solares, que pueden dañar satélites, infraestructuras de comunicación y sistemas de navegación global.

El creciente tráfico espacial ha impulsado el desarrollo de sistemas de seguimiento y alerta temprana en todo el mundo. Proyectos similares han sido impulsados por la NASA y la Agencia Espacial Europea, que colaboran en la creación de redes globales para el intercambio de datos sobre movimientos orbitales y condiciones del entorno espacial. En Estados Unidos, compañías como SpaceX y Blue Origin han manifestado su preocupación por el incremento de satélites en órbita, especialmente tras el despliegue masivo de megaconstelaciones como Starlink, que ya cuenta con más de 6.000 unidades en funcionamiento.

En el ámbito europeo, la española PLD Space también ha destacado en el desarrollo de tecnologías para el acceso y la gestión responsable del espacio. Su cohete Miura 1, lanzado con éxito en 2023, abrió la puerta a una nueva generación de lanzadores reutilizables y soluciones para reducir la generación de residuos espaciales, un problema que Virgin Galactic y otras compañías del sector también están abordando a través de iniciativas de sostenibilidad y recuperación de componentes.

La importancia de monitorizar el clima espacial se ha hecho especialmente evidente tras episodios recientes de tormentas geomagnéticas, como la que en 2022 obligó a SpaceX a perder hasta 40 satélites Starlink recién lanzados, que no resistieron las condiciones extremas en la atmósfera superior. Estos incidentes han puesto de relieve la necesidad de contar con sistemas de alerta y monitorización más precisos, capaces de anticipar riesgos y proteger tanto la infraestructura orbital como los activos terrestres, como redes eléctricas y sistemas de navegación.

El contrato obtenido por Astroscale representa, además, un espaldarazo a la industria espacial británica, que busca posicionarse como líder en servicios de seguridad y gestión espacial dentro del marco europeo y global. La colaboración público-privada se perfila como la vía más eficaz para afrontar el reto de la sostenibilidad en el espacio, un recurso cada vez más valioso y concurrido.

Mientras la exploración de exoplanetas y la expansión de misiones científicas continúan ampliando las fronteras de la humanidad, la seguridad y limpieza del entorno inmediato de la Tierra se consolidan como prioridades ineludibles para garantizar la viabilidad de futuras generaciones de satélites y misiones tripuladas.

En definitiva, la nueva misión de Astroscale en el Reino Unido no solo supone un avance tecnológico notable, sino que también refuerza la conciencia internacional sobre la necesidad de proteger el espacio como patrimonio común, en un contexto de proliferación de actores públicos y privados. Esta iniciativa marca un paso firme hacia una gestión más responsable y coordinada del entorno orbital, clave para el futuro de la exploración y la economía espacial global.

(Fuente: SpaceNews)