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Ursa Major suministrará motores mejorados para pruebas hipersónicas de defensa estadounidense

Ursa Major suministrará motores mejorados para pruebas hipersónicas de defensa estadounidense

La pujante compañía estadounidense Ursa Major ha anunciado la adjudicación de un contrato valorado en 32,9 millones de dólares para suministrar motores de última generación destinados a ensayos hipersónicos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Este acuerdo estratégico refuerza la posición de Ursa Major en el competitivo sector de la propulsión aeroespacial, permitiendo a la empresa colaborar en uno de los proyectos más ambiciosos de la actualidad: el desarrollo del vehículo hipersónico reutilizable Talon-A, impulsado por Stratolaunch.

El Talon-A se perfila como una de las plataformas más prometedoras para ensayos y validaciones tecnológicas en el campo de la hipersónica, un área de máximo interés tanto para la defensa como para futuras aplicaciones comerciales. Este vehículo experimental, diseñado para alcanzar velocidades superiores a Mach 5, se lanzará desde el avión portador más grande del mundo, el Roc, también propiedad de Stratolaunch. El Talon-A ha sido ideado para realizar misiones de prueba que permitan evaluar materiales, sensores y sistemas de navegación en condiciones extremas, simulando vuelos a altísimas velocidades en la atmósfera terrestre.

La pieza clave de esta colaboración es el motor Hadley, que Ursa Major ha desarrollado y optimizado específicamente para cumplir con las estrictas exigencias de la propulsión hipersónica. Este motor, de ciclo cerrado y alimentado por queroseno y oxígeno líquido, ha sido objeto de sucesivas mejoras para incrementar su fiabilidad, eficiencia y capacidad de reutilización. El nuevo contrato permitirá a Ursa Major suministrar una versión mejorada del Hadley, capaz de soportar el estrés térmico y mecánico asociado a vuelos repetidos en el exigente entorno hipersónico.

El interés estratégico de Estados Unidos en la tecnología hipersónica responde tanto a la necesidad de mantener su liderazgo tecnológico frente a potencias como China y Rusia, como a la oportunidad de revolucionar el transporte y la defensa en las próximas décadas. La hipersónica promete no solo vehículos de ataque capaces de eludir las defensas convencionales, sino también la capacidad de lanzar satélites o realizar misiones de reconocimiento en tiempos récord.

Stratolaunch, por su parte, ha renacido en los últimos años tras la muerte de su fundador, Paul Allen, y la drástica reorientación de su plan de negocio. Inicialmente concebida como una plataforma para el lanzamiento aéreo de cohetes orbitales, la compañía ha apostado por el campo de los vuelos hipersónicos, donde la demanda de bancos de pruebas y plataformas reutilizables es creciente. El uso del Roc, un avión de seis motores y 117 metros de envergadura, permite lanzar el Talon-A a grandes altitudes, optimizando la eficiencia y reduciendo costes frente a los lanzamientos desde tierra.

El acuerdo con Ursa Major no solo refuerza la viabilidad técnica y operativa del Talon-A, sino que consolida el ecosistema de proveedores privados que está transformando la industria aeroespacial estadounidense. Empresas como SpaceX, Blue Origin o Virgin Galactic han demostrado la capacidad de la iniciativa privada para desarrollar tecnologías de vanguardia, y ahora firmas especializadas como Ursa Major se posicionan como socios esenciales en programas de defensa y exploración avanzada.

Mientras tanto, agencias públicas como la NASA continúan explorando los límites de la propulsión y el vuelo atmosférico, apoyando proyectos como el X-59 QueSST para el estudio del vuelo supersónico silencioso, o colaboraciones con empresas privadas para el desarrollo de sistemas de aterrizaje lunar. En Europa, compañías como la española PLD Space avanzan en el diseño de cohetes reutilizables, como el Miura 5, que aspira a competir en el creciente mercado de lanzamientos comerciales y científicos.

El auge del sector privado y la cooperación público-privada están acelerando el ritmo de la innovación, permitiendo el acceso a tecnologías antes reservadas a grandes agencias estatales. La adjudicación de este contrato a Ursa Major subraya la creciente confianza del Pentágono y otras instituciones en la capacidad del tejido empresarial estadounidense para responder a los desafíos tecnológicos de la próxima década.

Con la entrega de los primeros motores Hadley mejorados prevista para los próximos meses, Stratolaunch y Ursa Major se preparan para una nueva fase de ensayos que podría definir el futuro de la propulsión hipersónica y su aplicación tanto militar como civil. El éxito de estas pruebas sentará las bases para una nueva generación de vehículos reutilizables, capaces de operar a velocidades y altitudes hasta ahora inalcanzables, y marcará un hito en la carrera por dominar el vuelo hipersónico.

(Fuente: SpaceNews)