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Solar Orbiter desvela el caótico campo magnético del polo sur solar tras su histórico sobrevuelo

Solar Orbiter desvela el caótico campo magnético del polo sur solar tras su histórico sobrevuelo

La sonda Solar Orbiter, una colaboración entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA, ha logrado recientemente un hito sin precedentes en la historia de la exploración espacial: la primera observación directa del polo sur del Sol. Este logro se ha producido tras una maniobra clave realizada en febrero, cuando la nave utilizó la gravedad de Venus para modificar su inclinación orbital, permitiéndole acceder a regiones del Sol nunca antes exploradas con tanto detalle. Los resultados preliminares ya revelan un panorama sorprendentemente complejo del campo magnético solar en esta región, abriendo nuevas incógnitas y oportunidades para la física solar y la predicción del clima espacial.

Durante siglos, los polos solares han permanecido fuera del alcance de los telescopios terrestres y las sondas convencionales, debido a la eclíptica sobre la que orbitan la mayoría de los planetas y naves del sistema solar. Las misiones anteriores, como Ulysses de la ESA y la NASA en los años 90, consiguieron acercarse a latitudes polares solares, pero sin cámaras de alta resolución capaces de obtener imágenes directas de las regiones polares. Solar Orbiter, lanzada en febrero de 2020 desde Cabo Cañaveral a bordo de un cohete Atlas V, fue diseñada precisamente para superar esta limitación.

La nave, de aproximadamente dos toneladas de masa, está equipada con diez instrumentos científicos de última generación, entre los que destacan el telescopio de imagen ultravioleta EUI y el magnetómetro MAG. Tras su lanzamiento, Solar Orbiter inició una compleja serie de maniobras de asistencia gravitatoria, utilizando los campos gravitatorios de la Tierra y, especialmente, de Venus para ir aumentando la inclinación de su órbita respecto al plano solar. El sobrevuelo de Venus en febrero de 2024 fue fundamental: permitió que la sonda alcanzase por primera vez un ángulo suficiente para observar el polo sur solar con un nivel de detalle sin precedentes.

Las primeras imágenes y datos magnéticos enviados por Solar Orbiter muestran un escenario inesperado. Lejos de un campo magnético ordenado o simétrico, el polo sur solar aparece como una región extremadamente caótica, con líneas de campo magnético entrelazadas y estructuras dinámicas que se forman y disipan rápidamente. Los científicos de la ESA y la NASA se muestran sorprendidos ante la complejidad observada, ya que se esperaba una organización mayor dada la influencia que los polos ejercen sobre la generación de la heliosfera, la burbuja magnética que protege a todos los planetas del sistema solar de la radiación interestelar.

Este descubrimiento tiene profundas implicaciones para la comprensión del ciclo solar, que dura aproximadamente 11 años y está marcado por la inversión periódica de los polos magnéticos del Sol. El comportamiento de los polos es fundamental para entender la formación de las manchas solares, las tormentas solares y las eyecciones de masa coronal, fenómenos que pueden afectar a los sistemas tecnológicos en la Tierra, desde las redes eléctricas a los satélites de comunicaciones.

Solar Orbiter continuará incrementando la inclinación de su órbita en los próximos años, gracias a nuevos sobrevuelos de Venus previstos entre 2025 y 2027. Se espera que la misión alcance latitudes aún más extremas, permitiendo observaciones más detalladas de ambos polos solares y, por ende, una visión global de la dinamo solar. Esta información será esencial para desarrollar modelos predictivos más precisos del clima espacial, una preocupación creciente en una sociedad cada vez más dependiente de la tecnología espacial.

Mientras tanto, el éxito de Solar Orbiter refuerza la tendencia creciente de colaboración internacional y pública-privada en la exploración espacial. Aunque empresas como SpaceX y Blue Origin acaparan titulares por sus avances en lanzadores reutilizables y vuelos tripulados, la ciencia básica sigue siendo impulsada por alianzas como la de la ESA y la NASA en misiones científicas de vanguardia. Además, el auge de compañías europeas como PLD Space en el desarrollo de cohetes reutilizables y la reciente actividad de Virgin Galactic en vuelos suborbitales reflejan una nueva era en la que la frontera espacial se diversifica y multiplica.

En paralelo, la búsqueda de exoplanetas y el estudio de otros cuerpos celestes continúan su avance, con telescopios como el James Webb y misiones de la NASA, ESA y otras agencias públicas y privadas en desarrollo. Sin embargo, la comprensión exhaustiva de nuestra estrella más cercana sigue siendo un objetivo prioritario, ya que el Sol es el motor de la vida y la dinámica del sistema solar.

El histórico logro de Solar Orbiter marca un antes y un después en la observación solar, proporcionando datos inéditos que no solo aumentan nuestro conocimiento científico, sino que también contribuyen a la protección y el avance de la tecnología humana en la era espacial.

(Fuente: NASASpaceflight)