El SLS da un paso crucial: NASA prueba con éxito su nuevo motor sólido de cinco segmentos

El pasado jueves, la NASA ha marcado un hito relevante en el desarrollo de su colosal cohete Space Launch System (SLS), tras llevar a cabo la primera prueba completa en tierra del motor sólido evolucionado de cinco segmentos, conocido como Demonstration Motor-1 (DM-1). Este ensayo se realizó en las instalaciones de Northrop Grumman en Promontory, Utah, y supone un avance fundamental en la consolidación del SLS como el vehículo de lanzamiento más potente desde la era del Saturn V.
El SLS es el pilar sobre el que se sostienen las futuras misiones lunares del programa Artemis, que buscan devolver a la humanidad a la superficie lunar, incluyendo a la primera mujer y la primera persona de color. El éxito de la prueba DM-1 permite a la NASA afianzar la fiabilidad y el rendimiento de los futuros vuelos tripulados y de carga hacia la Luna, Marte y más allá.
### Un motor sólido con historia y evolución
Los impulsores sólidos tienen una larga tradición en la industria aeroespacial estadounidense. Utilizados ya en el transbordador espacial, los motores de combustible sólido destacan por su enorme potencia inicial y su simplicidad mecánica frente a los motores de combustible líquido. El nuevo propulsor DM-1 de cinco segmentos es una evolución directa de los motores de cuatro segmentos empleados durante décadas en los lanzadores del programa del transbordador espacial.
La principal diferencia técnica radica en la longitud añadida del quinto segmento, lo que eleva la masa total de combustible sólido a cerca de 725 toneladas por propulsor. Cada uno de estos gigantes quema aproximadamente seis toneladas de propelente por segundo, generando una fuerza bruta de más de 1.600 toneladas de empuje. Para ponerlo en perspectiva, solo dos de estos motores sólidos, junto con el motor principal de hidrógeno y oxígeno líquidos del SLS, permiten que el cohete supere la gravedad terrestre y transporte cargas de más de 27 toneladas a la órbita lunar.
### Mejoras tecnológicas y pruebas exigentes
La prueba DM-1 no fue una simple repetición de los ensayos realizados durante la época del transbordador. Se han incorporado mejoras relevantes en los materiales, los sistemas de ignición y los mecanismos de control de empuje. Entre las novedades, destacan los refuerzos en la carcasa del motor, un nuevo aislamiento térmico más eficiente y un sistema de encendido modernizado, diseñado para mejorar la fiabilidad y la seguridad.
Durante el ensayo, el DM-1 se ancló horizontalmente y fue activado durante más de dos minutos, simulando las condiciones exactas de un lanzamiento real. Se recopilaron miles de datos de presión, temperatura y vibración a lo largo de todo el propulsor, destinados a validar los modelos informáticos y a detectar cualquier posible anomalía. El espectacular chorro de fuego y humo, visible a kilómetros de distancia, confirmó el buen funcionamiento del diseño. Según ingenieros de la NASA y Northrop Grumman, los resultados preliminares han superado las expectativas, sin señales de degradación prematura ni pérdida de potencia.
### Un paso imprescindible para Artemis y la exploración lunar
El SLS, con sus impulsores sólidos de nueva generación, será el encargado de propulsar la nave Orion y sus tripulantes en las próximas misiones Artemis. El objetivo inmediato es Artemis II, que llevará astronautas a la órbita lunar, y Artemis III, que persigue el ansiado alunizaje tripulado. La robustez y fiabilidad de los motores sólidos es crítica para el éxito de estas misiones, ya que los primeros dos minutos de vuelo son los más exigentes en términos de aceleración y carga estructural.
El desarrollo de tecnologías avanzadas en lanzadores es una tendencia que comparten otras compañías del sector privado y agencias espaciales. SpaceX, por ejemplo, apuesta por motores de metano líquido en su Starship, mientras que Blue Origin ha desarrollado el BE-4, también de metano, para su cohete New Glenn. PLD Space, la empresa española pionera, ha optado por motores líquidos para su Miura 1, aunque el potencial de los sólidos sigue siendo clave en aplicaciones donde la simplicidad y la potencia inicial son prioritarias.
### Un futuro de colaboración público-privada y nuevos horizontes
El ensayo DM-1 demuestra el compromiso de la NASA con la mejora continua de sus sistemas de lanzamiento y la integración de avances tecnológicos. En un contexto donde la colaboración público-privada es cada vez más habitual —como se observa en los contratos de SpaceX y Blue Origin con la propia NASA—, la validación de estos motores sólidos asegura que Estados Unidos mantenga su liderazgo en la exploración espacial.
Mientras tanto, la exploración de exoplanetas, el turismo suborbital de Virgin Galactic, o el desarrollo de nuevos vehículos europeos, como el Ariane 6, configuran un panorama vibrante y competitivo que augura una década de logros extraordinarios.
En suma, la exitosa prueba del Demonstration Motor-1 no solo refuerza la hoja de ruta del programa Artemis, sino que representa un salto tecnológico e histórico en la construcción del futuro de la exploración humana del espacio profundo.
(Fuente: NASA)

 
							