Space39a

Noticias del espacio

Space39a

Noticias del espacio

Nasa

Europa: la búsqueda de vida bajo el hielo de la luna de Júpiter

Europa: la búsqueda de vida bajo el hielo de la luna de Júpiter

La fascinante luna Europa, uno de los satélites galileanos de Júpiter, ha despertado durante décadas el interés de la comunidad científica gracias a la posibilidad de albergar un océano de agua líquida bajo su gélida superficie. La hipótesis de que este océano subterráneo pueda contener los ingredientes esenciales para la vida ha motivado a la NASA a desarrollar una misión ambiciosa: Europa Clipper, cuyo lanzamiento está previsto para 2024.

Las claves de la habitabilidad en Europa

Europa, descubierta por Galileo Galilei en 1610, presenta un paisaje helado, surcado por grietas y fracturas que sugieren una actividad geológica interna. Bajo una corteza de hielo de entre 15 y 25 kilómetros de espesor, los modelos científicos apuntan a la existencia de un océano global, de hasta 100 kilómetros de profundidad, en contacto directo con un núcleo rocoso. Este océano, estiman los expertos, podría albergar más agua líquida que todos los mares terrestres juntos.

La vida tal y como la conocemos requiere tres ingredientes básicos: agua líquida, una fuente de energía y elementos químicos esenciales como el carbono, el hidrógeno, el nitrógeno, el oxígeno, el fósforo y el azufre. En la Tierra, la vida prospera incluso en entornos extremos, como las fuentes hidrotermales del fondo oceánico, donde los microorganismos sobreviven sin luz solar, alimentándose de compuestos químicos. Si procesos similares ocurren en el fondo oceánico de Europa, la posibilidad de vida microbiana no puede descartarse.

Europa Clipper: el explorador robotizado

La misión Europa Clipper, liderada por la NASA, se convertirá en la sonda más avanzada jamás enviada a estudiar una luna del sistema solar exterior. Su objetivo principal es analizar la habitabilidad de Europa, es decir, determinar si el entorno presenta las condiciones adecuadas para sustentar vida.

El orbitador, que transportará una decena de instrumentos científicos de última generación, realizará cerca de 50 sobrevuelos a diferentes altitudes sobre la superficie de la luna. Entre sus herramientas destacadas figuran penetrómetros de radar capaces de mapear el espesor de la corteza de hielo y detectar bolsas de agua líquida cerca de la superficie, así como espectrómetros que analizarán la composición química del hielo y de las posibles plumas de vapor que emergen desde el subsuelo.

Uno de los experimentos más fascinantes está relacionado con las observaciones de estas plumas, ya detectadas por la sonda Galileo y el telescopio Hubble. Si Europa Clipper confirma la existencia de géiseres activos, podrá analizar directamente las partículas expulsadas, en busca de compuestos orgánicos, sales y otras moléculas asociadas a la vida.

Comparativa con otras exploraciones planetarias

La exploración de lunas heladas como Europa se enmarca en una tendencia creciente de la astrobiología que busca detectar indicios de vida más allá de Marte. La NASA, la ESA y otras agencias como Roscosmos, JAXA o la china CNSA, han apostado por misiones a cuerpos con agua líquida o hielo, como Encélado (luna de Saturno) o Ganimedes (otra luna joviana).

Mientras tanto, la compañía SpaceX, liderada por Elon Musk, centra sus esfuerzos en el desarrollo de Starship, una nave destinada a la colonización de Marte, y en la reducción de costes de acceso al espacio. Blue Origin, de Jeff Bezos, avanza en su cohete New Glenn, orientado a misiones orbitales y comerciales. Por su parte, la europea PLD Space ha logrado hitos recientes con el lanzamiento de cohetes reutilizables, posicionando a España en el mapa de la exploración espacial privada. Virgin Galactic sigue apostando por el turismo suborbital, abriendo nuevas vías de financiación y desarrollo tecnológico.

Los exoplanetas, mundos fuera del sistema solar, también son objetivo prioritario. La NASA, mediante telescopios como el James Webb y misiones como TESS, busca identificar atmósferas con posibles biomarcadores, mientras que la ESA prepara la misión Ariel para investigar la composición química de cientos de exoplanetas.

Retos tecnológicos y próximos pasos

La misión Europa Clipper no aterrizará en la superficie, pero sus sobrevuelos proporcionarán información crucial para el diseño de futuras sondas de aterrizaje o incluso taladros robóticos, capaces de perforar el hielo y alcanzar el océano subterráneo. El desafío tecnológico es mayúsculo: las condiciones de radiación extremas en Júpiter, las bajas temperaturas y la complejidad de operar instrumentos sensibles en un entorno tan distante requieren innovaciones inéditas.

En el horizonte más lejano, la NASA y la ESA estudian proyectos para lanzar mini-submarinos autónomos que, algún día, podrían explorar directamente el océano de Europa, en busca de formas de vida.

La llegada de Europa Clipper al sistema joviano, prevista para la década de 2030, supondrá un salto cualitativo en nuestra comprensión de la habitabilidad planetaria y acercará a la humanidad un paso más a responder una de las grandes preguntas de la ciencia: ¿estamos solos en el universo?

(Fuente: NASA)