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La superficie helada de Europa, revelada en alta resolución por Galileo

La superficie helada de Europa, revelada en alta resolución por Galileo

La misteriosa luna Europa de Júpiter, uno de los objetos más fascinantes del Sistema Solar, vuelve a acaparar la atención científica gracias a una imagen recientemente reprocesada por la NASA. Se trata de la visión en color de mayor resolución y cobertura jamás obtenida del satélite, capturada por la sonda Galileo entre 1996 y 1997. Esta actualización técnica, que mejora significativamente el detalle y el contraste de las imágenes originales, permite comprender mejor los enigmas geológicos y la potencial habitabilidad de este mundo helado.

Europa es la cuarta mayor luna de Júpiter y una de las más estudiadas debido a la posibilidad de que albergue un océano subterráneo bajo su corteza de hielo. Desde los primeros sobrevuelos de las sondas Voyager en la década de 1970, la superficie de Europa ha intrigado a los científicos por sus extrañas características: líneas oscuras que se entrecruzan a lo largo de miles de kilómetros, manchas rojizas y regiones aparentemente libres de cráteres de impacto recientes. Sin embargo, ha sido la misión Galileo —lanzada en 1989 y en órbita alrededor de Júpiter desde 1995 hasta 2003— la que ha proporcionado los datos más completos y detallados hasta la fecha.

La imagen recientemente reprocesada parte de un mosaico de fotografías tomadas por Galileo en tres pasadas diferentes, utilizando filtros para captar el espectro visible e infrarrojo. Los ingenieros de la NASA han aplicado técnicas modernas de procesamiento digital para corregir las diferencias de iluminación y mejorar el color, logrando un resultado más fiel a lo que percibiría el ojo humano desde la órbita de Europa. El resultado es una panorámica que cubre gran parte del hemisferio sur y ecuatorial de la luna, con una resolución de hasta 1,6 kilómetros por píxel.

El análisis de la imagen pone de manifiesto la complejidad superficial de Europa. Las líneas oscuras, conocidas como lineae, son fracturas en el hielo que pueden tener su origen en la interacción de marea gravitatoria con Júpiter. Estas estructuras, que pueden alcanzar cientos de kilómetros de longitud y decenas de kilómetros de anchura, podrían ser zonas donde el material más cálido, procedente del interior, ha ascendido y ha modificado la superficie. La presencia de compuestos rojizos en algunas regiones sugiere la existencia de sales y materiales orgánicos, posiblemente arrastrados desde el océano subterráneo.

La edad de la superficie de Europa es sorprendentemente joven, con estimaciones de menos de 60 millones de años, lo que indica una actividad geológica continua. Este dinamismo es uno de los principales argumentos a favor de la idea de un océano líquido bajo el hielo, mantenido por el calor generado a través de la fricción de marea. Los científicos consideran a Europa como uno de los mejores candidatos para la búsqueda de vida más allá de la Tierra debido a la combinación de agua, energía y compuestos químicos.

El interés por Europa no se limita a la NASA. La Agencia Espacial Europea (ESA) prepara actualmente la misión JUICE (JUpiter ICy moons Explorer), cuyo lanzamiento tuvo lugar en abril de 2023 y que tiene previsto llegar al sistema joviano en 2031. JUICE estudiará en detalle Europa, así como las lunas Ganímedes y Calisto, con el objetivo de comprender mejor su estructura interna y el potencial astrobiológico. Paralelamente, la NASA ultima los preparativos para la misión Europa Clipper, que despegará en 2024 y llevará a cabo más de 40 sobrevuelos de la luna, equipando instrumentos capaces de analizar la composición química, el grosor del hielo y la posible presencia de géiseres activos.

La exploración de Europa se enmarca en un contexto de renovado interés por los mundos oceánicos del Sistema Solar. Empresas privadas como SpaceX y Blue Origin han manifestado su interés en colaborar con la NASA en misiones de carga y apoyo logístico para futuras exploraciones automáticas y, eventualmente, tripuladas. En España, la compañía PLD Space continúa desarrollando tecnología de lanzadores reutilizables que, en un futuro, podrían facilitar el envío de sondas y pequeños satélites a destinos tan lejanos como las lunas de Júpiter.

El avance en el estudio de exoplanetas también ha influido en la importancia estratégica de Europa. El hallazgo de decenas de mundos con posibles océanos bajo capas de hielo fuera del Sistema Solar ha reforzado la hipótesis de que la vida podría surgir en ambientes similares. Así, Europa se ha convertido en un laboratorio natural para probar ideas sobre habitabilidad y la evolución de la química orgánica en condiciones extremas.

La imagen mejorada de Europa es un recordatorio del extraordinario potencial científico que aguarda en las lunas heladas de Júpiter. A medida que nuevas misiones se preparan para explorar este mundo en las próximas décadas, la humanidad se acerca un paso más a resolver el misterio de si estamos solos en el universo.

(Fuente: NASA)