La Mars Reconnaissance Orbiter innova con maniobras para descubrir agua en Marte

La sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA, que lleva casi dos décadas explorando Marte, ha comenzado a ejecutar una serie de maniobras innovadoras para potenciar su capacidad de búsqueda de agua en el planeta rojo. Esta veterana nave, lanzada en 2005 y en órbita marciana desde 2006, sigue ampliando su legado científico gracias a la creatividad de los ingenieros de la agencia espacial estadounidense, que han ideado nuevos métodos para extraer aún más información de sus instrumentos.
El nuevo procedimiento consiste en realizar grandes «rolls» o giros controlados de la nave sobre su eje longitudinal mientras orbita Marte. Tradicionalmente, la MRO ha mantenido una orientación estable durante sus sobrevuelos, priorizando la recopilación de imágenes de alta resolución y la comunicación eficiente con la Tierra. Sin embargo, estos novedosos giros permiten que los sensores de la sonda, especialmente su radar de sondeo, puedan observar regiones marcianas desde diferentes ángulos y trayectorias.
El principal objetivo de estas maniobras es mejorar la capacidad de detección de agua en estado sólido, es decir, de hielo, bajo la superficie marciana. El radar SHARAD (Shallow Radar), uno de los instrumentos estrella de la MRO, se beneficia notablemente de estos cambios de perspectiva, ya que puede identificar con mayor precisión las capas de hielo enterradas a poca profundidad. Esto es fundamental para localizar reservas de agua accesibles, un recurso clave tanto para futuros astronautas como para la posible existencia de vida microbiana en el subsuelo marciano.
La importancia de estas maniobras no solo radica en la mejora técnica, sino también en la longevidad y adaptabilidad de la misión. En un contexto donde los presupuestos espaciales están cada vez más ajustados y se busca maximizar el retorno científico de cada misión, la capacidad de reinventar las operaciones de sondas veteranas se convierte en un ejemplo para toda la comunidad aeroespacial. Además, estas técnicas podrían aplicarse a futuras misiones, optimizando las observaciones planetarias sin necesidad de costosos desarrollos tecnológicos adicionales.
El estudio del agua en Marte ha sido una de las obsesiones históricas de la exploración espacial. Desde los primeros sobrevuelos de la NASA en los años 60 con las sondas Mariner, hasta los aterrizadores Viking y las misiones más recientes como los rovers Curiosity y Perseverance, el rastro de agua ha guiado la investigación sobre la habitabilidad y la evolución geológica del planeta. La MRO ha jugado un papel esencial en este campo, descubriendo vastos depósitos de hielo en latitudes medias y proporcionando mapas detallados de la distribución de minerales hidratados.
En paralelo a este avance de la NASA, el sector espacial privado también está apostando fuerte por la exploración marciana y la búsqueda de agua. SpaceX, la empresa fundada por Elon Musk, sigue desarrollando su nave Starship con la vista puesta en las futuras misiones tripuladas a Marte, donde la presencia de agua será determinante para la autosuficiencia de los colonos. Por su parte, Blue Origin, liderada por Jeff Bezos, ha anunciado su interés en colaborar con agencias internacionales para misiones planetarias, aunque sus esfuerzos se centran de momento en la Luna.
Mientras tanto, Europa no se queda atrás. La empresa española PLD Space ha demostrado la pujanza de la industria aeroespacial nacional con el lanzamiento de su cohete Miura 1, abriendo la puerta a futuras misiones científicas y comerciales. La Agencia Espacial Europea (ESA), por su parte, prepara en colaboración con la NASA la misión Mars Sample Return, que pretende traer a la Tierra muestras marcianas, donde la búsqueda de agua y materia orgánica será prioritaria.
El renovado impulso de la MRO demuestra cómo la combinación de ingeniería innovadora y experiencia acumulada puede extender la vida útil y el impacto científico de las misiones espaciales. Estos giros controlados no solo permiten optimizar la búsqueda de agua, sino que también sientan las bases para el diseño de futuras sondas y orbitadores, tanto en Marte como en otros cuerpos celestes del sistema solar.
Así, la veteranía de la Mars Reconnaissance Orbiter se combina con la innovación, manteniendo a la NASA en la vanguardia de la exploración marciana y consolidando la importancia de la cooperación entre agencias públicas y empresas privadas en la conquista del espacio. La carrera por descubrir agua y, tal vez, vida en Marte sigue más abierta que nunca.
(Fuente: NASA)

 
							 
							