Equipos universitarios premiados por NASA revolucionan el almacenamiento criogénico para misiones lunares

La NASA ha dado un paso decisivo en el desarrollo de tecnologías críticas para la exploración lunar, celebrando la segunda edición de su Human Lander Challenge (HLC) el pasado 26 de junio. Este evento anual pone a prueba la capacidad de ingenieros noveles para resolver uno de los mayores retos de la exploración espacial: el almacenamiento y transferencia a largo plazo de líquidos criogénicos, fundamentales para el abastecimiento y funcionamiento de vehículos espaciales en entornos hostiles como la Luna y Marte.
Durante esta edición, la agencia espacial estadounidense otorgó un total de 18.000 dólares en premios a tres equipos universitarios cuyas innovadoras propuestas prometen mejorar la seguridad y eficiencia en la gestión de propelentes superenfriados. Estas soluciones no solo resultan cruciales para las misiones Artemis, sino que también tendrán un impacto duradero en futuras misiones de exploración tripuladas más allá de la órbita terrestre.
La importancia del almacenamiento criogénico en la exploración lunar
La exploración lunar, así como la de otros cuerpos celestes, conlleva desafíos técnicos de enorme envergadura. Entre ellos destaca la necesidad de almacenar y transferir líquidos criogénicos, como el hidrógeno y el oxígeno líquidos, que se utilizan tanto como combustibles para cohetes como para generar agua y oxígeno respirable mediante electrólisis.
En la superficie lunar, las temperaturas extremas y la ausencia de atmósfera dificultan el mantenimiento de estos líquidos a temperaturas extremadamente bajas, lo que pone en riesgo su estabilidad y disponibilidad. Además, las operaciones prolongadas previstas en la misión Artemis III, que enviará astronautas a explorar la región del polo sur lunar, requieren soluciones robustas y fiables para evitar la pérdida de estos valiosos recursos.
El desafío HLC: innovación y talento universitario
El Human Lander Challenge de la NASA es una competición dirigida a equipos universitarios de todo Estados Unidos, que deben presentar propuestas detalladas para sistemas de almacenamiento y transferencia de líquidos criogénicos capaces de operar durante largos periodos en el entorno lunar. Este año, la NASA evaluó criterios como la viabilidad técnica, la innovación, el coste y la escalabilidad de cada proyecto.
El equipo ganador del primer premio, dotado con 10.000 dólares, presentó una solución basada en materiales compuestos avanzados y un sistema inteligente de regulación térmica que minimiza la evaporación de los líquidos. El segundo y tercer premio, de 5.000 y 3.000 dólares respectivamente, recayeron en proyectos que exploraban el uso de nanotecnología para mejorar el aislamiento y sistemas automatizados de transferencia que reducen el riesgo de fugas durante las operaciones.
De la competición al espacio: impacto en Artemis y más allá
Estos avances tecnológicos resultan especialmente relevantes en el contexto del programa Artemis, la ambiciosa iniciativa de la NASA que tiene como objetivo regresar a la Luna con astronautas —incluida la primera mujer y la primera persona de color— y establecer una presencia humana sostenible en nuestro satélite natural. Tras el vuelo tripulado de Artemis II, la misión Artemis III será la encargada de llevar a cabo el primer alunizaje tripulado desde el programa Apolo, utilizando para ello el Human Landing System (HLS), desarrollado en colaboración con empresas privadas como SpaceX.
La nave Starship HLS de SpaceX, seleccionada por la NASA para transportar a los astronautas desde la órbita lunar hasta la superficie, depende de la recarga en órbita de grandes cantidades de propelente criogénico. En este sentido, las tecnologías galardonadas en el HLC podrán ser integradas en futuras versiones de los sistemas de repostaje y almacenamiento, optimizando la eficiencia y la seguridad del proceso.
Ecos en la industria espacial internacional
El enfoque de la NASA en la colaboración con el sector privado y el talento universitario está marcando tendencia en la industria espacial internacional. Empresas como Blue Origin y Virgin Galactic también han mostrado interés en el desarrollo de tecnologías de almacenamiento criogénico para sus propios vehículos reutilizables, mientras que la española PLD Space —reconocida por el reciente éxito de su cohete Miura 1— está investigando soluciones criogénicas para próximos lanzadores orbitales.
Asimismo, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la japonesa JAXA están desarrollando plataformas lunares y robóticas que requerirán sistemas avanzados de gestión térmica y almacenamiento de fluidos criogénicos, lo que subraya la relevancia global de los proyectos impulsados por el Human Lander Challenge.
Un futuro lunar más seguro y eficiente
La segunda edición del Human Lander Challenge ha reafirmado el compromiso de la NASA con la innovación y la formación de nuevas generaciones de ingenieros aeroespaciales. Las soluciones premiadas en esta edición no solo acercan el sueño de una presencia humana sostenible en la Luna, sino que también sientan las bases para la futura exploración de Marte y otros destinos del sistema solar.
Con cada avance, la colaboración entre agencias, empresas privadas y el mundo académico se consolida como el motor de la nueva era de la exploración espacial. El desarrollo de tecnologías de almacenamiento criogénico eficientes y seguras será, sin duda, una de las claves del éxito de las misiones Artemis y de la expansión humana más allá de nuestro planeta.
(Fuente: NASA)

 
							 
							