Sidereus Space Dynamics ultima la plataforma de pruebas para su cohete orbital EOS

La industria espacial europea continúa sumando actores innovadores, y la italiana Sidereus Space Dynamics se encuentra a las puertas de un hito crucial en su desarrollo tecnológico. La compañía, fundada en 2019, ha anunciado que está a punto de finalizar la construcción de su Solaris Test Bench, una avanzada plataforma de pruebas que será determinante para el futuro de su sistema de lanzamiento EOS, el primer cohete orbital de etapa única desarrollado íntegramente en Italia.
El Solaris Test Bench no es solo un banco de ensayos convencional. Diseñado para verificar los elementos fundamentales del sistema EOS, permitirá ensayos de motores, integración de subsistemas y validación de secuencias de lanzamiento en condiciones controladas antes de que el vehículo realice su esperado vuelo inaugural. Según la empresa, el banco estará listo en cuestión de semanas, un paso fundamental para que Sidereus Space Dynamics pueda posicionarse como un proveedor competitivo de lanzamientos de pequeños satélites.
El cohete EOS representa una propuesta singular en el panorama aeroespacial europeo. A diferencia de otros vehículos de acceso al espacio, como el Miura 1 de la española PLD Space o los cohetes reutilizables de SpaceX, el EOS está concebido como un cohete de etapa única capaz de alcanzar la órbita baja terrestre. Esta aproximación, conocida como SSTO (siglas en inglés de Single Stage To Orbit), supone un desafío tecnológico de primer orden, ya que requiere motores de alta eficiencia, estructuras ultraligeras y una integración de sistemas sumamente precisa.
El EOS está diseñado para ser completamente transportable junto con todo su equipamiento de apoyo, lo que permite una flexibilidad operativa sin precedentes. Según la información publicada por la empresa, el sistema puede desplazarse fácilmente por carretera y requerirá una infraestructura mínima en la plataforma de lanzamiento, abaratando costes y reduciendo los tiempos de preparación. Este modelo se inspira, en parte, en la tendencia global de simplificar las operaciones de acceso al espacio, como ya demuestran las soluciones de lanzamiento móvil de Rocket Lab en Nueva Zelanda o los desarrollos futuros de Blue Origin y Virgin Galactic en el ámbito suborbital y orbital.
Las pruebas que se realizarán en el Solaris Test Bench se centrarán principalmente en el motor del EOS, un propulsor de combustible líquido diseñado y fabricado por Sidereus Space Dynamics. Este motor, clave para el éxito del concepto SSTO, será sometido a exhaustivos ensayos de encendido, verificación de empuje y validación de la estabilidad térmica y estructural durante la operación. Además, el banco permitirá comprobar el comportamiento de los sistemas de alimentación, control y telemetría bajo condiciones similares a las del lanzamiento real.
El desarrollo de cohetes de etapa única ha sido una aspiración constante en la industria aeroespacial desde los albores de la era espacial. Sin embargo, hasta la fecha, ningún vehículo SSTO ha logrado operar de forma rutinaria ni comercial en misiones orbitales. Los retos principales radican en la eficiencia de los motores y en la relación entre masa útil y peso del propio vehículo. Aun así, el potencial de reducir drásticamente los costes y la complejidad de los lanzamientos hace que el SSTO siga siendo un objetivo deseado tanto por empresas privadas como por agencias espaciales públicas.
En este contexto, Sidereus Space Dynamics se suma a la ola de nuevas empresas europeas que apuestan por la innovación y la autonomía tecnológica en el acceso al espacio. Siguiendo el ejemplo de iniciativas como la de PLD Space, que recientemente logró el primer vuelo de su cohete Miura 1 desde Huelva, España, o el impulso de grandes compañías estadounidenses como SpaceX y Blue Origin, Italia busca situarse en el mapa de lanzadores comerciales ligeros. Mientras SpaceX continúa perfeccionando la reutilización con el Falcon 9 y avanza en sus pruebas del colosal Starship, y Blue Origin prepara su propio vehículo orbital New Glenn, el sector europeo se mueve para no quedarse atrás.
Por otro lado, la NASA y la ESA (Agencia Espacial Europea) siguen apoyando el desarrollo de nuevas tecnologías de lanzamiento para garantizar la independencia de acceso al espacio del continente, en paralelo a su exploración científica y la búsqueda de exoplanetas. La competencia y la colaboración entre actores públicos y privados está configurando un ecosistema cada vez más dinámico, donde la innovación es la clave para reducir los costes, aumentar la frecuencia de lanzamientos y ampliar las posibilidades de experimentación y negocio en órbita baja.
La culminación del Solaris Test Bench marcará el inicio de una nueva fase para Sidereus Space Dynamics. Si las pruebas resultan satisfactorias, el primer vuelo del EOS acercará a Italia a la élite de países capaces de poner en órbita satélites de forma autónoma, reforzando la soberanía tecnológica europea y aumentando la oferta de lanzadores para pequeños satélites, un mercado en plena expansión gracias al auge de la observación terrestre, las telecomunicaciones y la investigación científica en microgravedad.
El éxito del programa EOS podría sentar un precedente para futuros desarrollos espaciales en Europa y, en última instancia, contribuir a democratizar aún más el acceso al espacio.
(Fuente: European Spaceflight)

 
							 
							