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75 años de historia espacial: De los primeros V-2 a la conquista del espacio profundo

75 años de historia espacial: De los primeros V-2 a la conquista del espacio profundo

El 24 de julio de 1950, un suceso marcó el comienzo de la era espacial en suelo estadounidense: el lanzamiento del Bumper V-2 desde Cabo Cañaveral, Florida. Esta escena, capturada en una icónica fotografía de la época, representa mucho más que el despegue de un cohete experimental; supuso el pistoletazo de salida para una carrera tecnológica y científica que, 75 años después, continúa evolucionando y redefiniendo los límites de la exploración espacial.

El Bumper V-2 fue un vehículo híbrido, resultado de la combinación entre el misil balístico alemán V-2 y un cohete WAC Corporal estadounidense. Concebido como plataforma experimental tras la Segunda Guerra Mundial, permitió a los ingenieros y científicos de la época obtener valiosos datos sobre las altas capas de la atmósfera, así como ensayar tecnologías que serían fundamentales en la conquista del espacio. Aquella mañana de julio de 1950, el Bumper V-2 alcanzó una altitud de casi 400 kilómetros, superando ampliamente la llamada línea de Kármán, considerada la frontera entre la atmósfera terrestre y el espacio exterior.

Desde entonces, Cabo Cañaveral —y, posteriormente, el Centro Espacial Kennedy de la NASA, situado en la vecina Merritt Island— se han consolidado como los principales puntos de lanzamiento de Estados Unidos. Miles de cohetes han partido hacia órbitas terrestres, la Luna, Marte y otros destinos más allá de nuestro planeta. Este enclave se ha convertido en el escenario de algunos de los hitos más trascendentales de la historia aeroespacial, incluidos los lanzamientos del programa Apolo, el transbordador espacial y, más recientemente, las misiones Artemis que buscan devolver a la humanidad a la superficie lunar.

En la actualidad, el panorama espacial está experimentando una auténtica revolución, impulsada tanto por agencias públicas como por empresas privadas. SpaceX, la compañía fundada por Elon Musk, ha transformado el sector gracias a su política de reutilización de cohetes y contratos con la NASA y otras instituciones internacionales. Los lanzadores Falcon 9 y Falcon Heavy han realizado numerosos despegues desde Cabo Cañaveral y el Centro Espacial Kennedy, transportando satélites, cargamento para la Estación Espacial Internacional y, desde hace unos años, también tripulación humana a bordo de la nave Crew Dragon. La próxima gran apuesta de SpaceX, el colosal Starship, promete cambiar radicalmente la capacidad de enviar grandes cargas y personas a la órbita lunar, Marte y más allá.

Por su parte, Blue Origin —la empresa de Jeff Bezos— ha desarrollado su propio programa de lanzadores, con especial atención a la reutilización y el turismo suborbital. El cohete New Shepard, que despega desde Texas, ha realizado ya varios vuelos tripulados, mientras que el futuro New Glenn, de mayor envergadura, tiene previsto operar desde las instalaciones de Florida para competir en el segmento de lanzamientos pesados.

Otras firmas, como la española PLD Space, han irrumpido en el sector con propuestas innovadoras. Recientemente, el cohete Miura 1 realizó su primer vuelo suborbital desde Huelva, marcando un hito para la industria aeroespacial europea y abriendo la puerta a futuras misiones comerciales y científicas impulsadas desde España.

Virgin Galactic, por su parte, ha centrado sus esfuerzos en el turismo espacial con vuelos suborbitales a bordo de su nave SpaceShipTwo. Aunque sus operaciones parten de Nuevo México, la compañía ha colaborado con organismos internacionales para desarrollar tecnologías aplicables a lanzamientos desde otras regiones.

La NASA, lejos de quedarse rezagada, continúa liderando la exploración del sistema solar y la búsqueda de exoplanetas. El telescopio espacial James Webb, lanzado en 2021 desde la Guayana Francesa, ha permitido detectar atmósferas y fenómenos en exoplanetas a distancias impensables hace tan solo unas décadas. Además, la agencia estadounidense ha reforzado la colaboración con empresas privadas para mantener la presencia humana en la órbita baja y volver a la Luna con el ambicioso programa Artemis.

En paralelo, agencias como la ESA (Agencia Espacial Europea), Roscosmos (Rusia), CNSA (China) y JAXA (Japón) siguen desarrollando sus propios programas, tanto en el ámbito de la exploración robótica como en la investigación científica y tecnológica.

La conmemoración de los 75 años del primer lanzamiento desde Cabo Cañaveral es una oportunidad para reflexionar sobre el progreso alcanzado y los retos venideros. La presencia humana y robótica en el espacio, la colonización de la Luna y Marte, y el descubrimiento de nuevos exoplanetas configuran un futuro apasionante que, gracias a la colaboración internacional y la innovación, está cada vez más cerca.

(Fuente: NASA)