Un sobrecogedor paisaje de grietas en Marte revela secretos geológicos

La sonda Mars Express de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha enviado recientemente nuevas imágenes de una de las regiones más intrigantes de Marte: Acheron Fossae. Este enclave, situado al norte del gigantesco volcán Olympus Mons, es un laberinto de fosas y fracturas de decenas de kilómetros de longitud que ofrecen valiosas pistas sobre la historia geológica del planeta rojo.
Acheron Fossae se extiende a lo largo de cientos de kilómetros y está formado por una red de profundas grietas y depresiones, conocidas en términos geológicos como “graben”. Estas estructuras se crean cuando la corteza de un planeta se estira y se fractura, provocando el hundimiento de bloques de terreno entre fallas paralelas. Este fenómeno, similar al que podemos observar en el Valle del Rift en África o en la cuenca del Rin en Europa, indica que Marte ha experimentado intensos procesos tectónicos a lo largo de su historia.
La Mars Express, que desde 2003 orbita Marte, ha utilizado su cámara estéreo de alta resolución para captar con gran detalle las texturas y relieves de Acheron Fossae. Las imágenes transmitidas recientemente muestran paredes escarpadas, suelos irregulares y signos de deslizamientos de tierra, probablemente provocados por la inestabilidad de estos acantilados a lo largo de millones de años. Estos datos permiten a los científicos reconstruir episodios de actividad tectónica y volcánica que han dado forma al planeta, así como identificar zonas potencialmente ricas en hielo subterráneo.
El estudio de regiones como Acheron Fossae es esencial para comprender la evolución de la corteza marciana. Marte, a diferencia de la Tierra, no cuenta con placas tectónicas activas en la actualidad, pero las huellas de su pasado dinámico permanecen grabadas en estas cicatrices geológicas. Se piensa que la formación de estas grietas está relacionada con el colosal peso de los volcanes cercanos, especialmente Olympus Mons, el mayor del Sistema Solar. El crecimiento de estos gigantes habría provocado tensiones en la corteza, facilitando la aparición de fracturas radiales y concéntricas como las observadas en Acheron Fossae.
La campaña de observación de Mars Express forma parte de una estrategia europea para ampliar el conocimiento del entorno marciano, en paralelo a los esfuerzos de agencias como la NASA y empresas privadas como SpaceX. Mientras la NASA continúa la exploración con sus rovers Perseverance y Curiosity, y SpaceX sigue desarrollando su nave Starship para misiones tripuladas, Europa mantiene su apuesta por la ciencia planetaria a largo plazo.
En este contexto, la ESA también colabora con Roscosmos en la misión ExoMars, que tiene como objetivo enviar un nuevo rover, Rosalind Franklin, para buscar rastros de vida pasada en el subsuelo marciano. A pesar de los retrasos provocados por la situación geopolítica y la necesidad de adaptar tecnologías críticas, la misión sigue siendo una prioridad para la comunidad científica europea.
El interés por Marte no se limita a las agencias públicas. Empresas como Blue Origin y Virgin Galactic, aunque centradas por ahora en el turismo suborbital y el desarrollo de cohetes reutilizables, han manifestado su intención de participar en la futura economía cis-lunar y marciana. Además, iniciativas europeas como la española PLD Space están avanzando en el desarrollo de lanzadores comerciales, como el cohete Miura 1, que pronto realizará nuevos vuelos de prueba y podría abrir el camino a una mayor presencia europea en la industria espacial privada.
Por otra parte, el estudio de exoplanetas y el avance en telescopios espaciales como el James Webb de la NASA están permitiendo comparar los procesos geológicos y atmosféricos de Marte con los de otros mundos, ayudando a los astrobiólogos a identificar planetas habitables más allá del Sistema Solar.
Las imágenes y datos enviados por Mars Express no sólo alimentan la curiosidad humana sobre nuestro vecino planetario, sino que también preparan el terreno para futuras misiones tripuladas y la posible colonización del planeta rojo. Cada nueva “postal” marciana es un recordatorio de la capacidad de la ciencia europea para explorar los confines del Sistema Solar, contribuyendo de manera decisiva al conocimiento global del cosmos y al futuro de la exploración espacial.
(Fuente: ESA)

 
							 
							