El SLS de la NASA, listo para Artemis II: último componente se exhibe antes de viajar a Florida

La NASA ha anunciado que el jueves 14 de agosto, a las 14:00 hora central (21:00 en la península), los medios de comunicación podrán asistir en el Marshall Space Flight Center de Huntsville, Alabama, a la presentación del último componente de vuelo del cohete SLS (Space Launch System), que formará parte de la histórica misión Artemis II. Este evento marca un importante hito en la carrera espacial moderna, ya que el SLS es el lanzador más potente jamás construido por la agencia estadounidense y será el encargado de devolver a los seres humanos a la órbita lunar.
El elemento que se exhibirá, cuyo nombre aún no ha sido desvelado por motivos de seguridad, completará la serie de hardware que compone el SLS. Tras su presentación, será enviado al Kennedy Space Center, en Florida, donde se integrará con el resto de los módulos y se someterá a las últimas verificaciones antes del ensamblaje final. El SLS, con sus 98 metros de altura y capacidad para generar más de 4 millones de kilogramos de empuje, es el pilar sobre el que la NASA y sus socios internacionales basan sus aspiraciones de conquistar la Luna y, a largo plazo, Marte.
La misión Artemis II será la primera tripulada del programa Artemis, que busca establecer una presencia humana sostenible en la superficie lunar. Mientras Artemis I, lanzada en noviembre de 2022, fue una misión no tripulada que demostró la viabilidad del SLS y la nave Orion en un viaje de ida y vuelta a la Luna, Artemis II llevará a bordo a cuatro astronautas, entre ellos la primera mujer y la primera persona de color en orbitar nuestro satélite natural. La tripulación realizará una misión de aproximadamente 10 días, durante la cual se probarán todos los sistemas vitales y se prepararán futuras misiones de alunizaje.
El cohete SLS representa el esfuerzo más ambicioso de la NASA desde la era del Saturno V, que transportó a los astronautas del Apolo hasta la superficie lunar en los años 60 y 70. Sin embargo, su desarrollo no ha estado exento de desafíos técnicos y retrasos presupuestarios. A pesar de ello, el SLS ha superado pruebas críticas como la denominada “Green Run”, en la que sus motores RS-25 —herederos directos de los usados en los transbordadores espaciales— demostraron su fiabilidad para misiones de alto riesgo. El SLS está diseñado para evolucionar en futuras versiones, permitiendo lanzar cargas aún más pesadas y misiones más allá de la órbita lunar.
Mientras tanto, la NASA no está sola en esta nueva carrera lunar. SpaceX, liderada por Elon Musk, está desarrollando el colosal Starship, un sistema completamente reutilizable que también ha sido seleccionado por la agencia estadounidense para llevar astronautas hasta la superficie lunar en las próximas misiones Artemis. Blue Origin, la compañía fundada por Jeff Bezos, también compite en el sector de lanzadores pesados y ha presentado su propio módulo lunar, Blue Moon. En Europa, empresas como PLD Space en España han dado pasos significativos con el lanzamiento suborbital de su cohete MIURA 1, abriendo camino para futuros lanzamientos orbitales desde suelo europeo.
El renovado interés por la exploración lunar coincide con descubrimientos recientes en el campo de los exoplanetas, lo que ha reavivado el debate sobre la habitabilidad fuera de la Tierra y ha impulsado la colaboración entre agencias espaciales públicas y privadas. El papel de la NASA es fundamental, pero también se observa un auge de la cooperación internacional, con la Agencia Espacial Europea (ESA), la japonesa JAXA y la canadiense CSA entre los principales socios del programa Artemis.
No menos relevante es la aportación de empresas como Virgin Galactic, pionera en el turismo espacial suborbital, que recientemente ha completado nuevos vuelos comerciales con su nave SpaceShipTwo, acercando la experiencia espacial a ciudadanos de todo el mundo. Este dinamismo en el sector privado está permitiendo el desarrollo de tecnologías innovadoras y reduciendo los costes de acceso al espacio, factores clave para la sostenibilidad de las próximas décadas de exploración.
La exhibición del último componente del SLS en Alabama simboliza el final de una etapa y el comienzo de otra: el hardware está listo, la tecnología ha sido validada y la cuenta atrás para Artemis II ya ha comenzado. La expectación es máxima, ya que el éxito de esta misión será decisivo para los planes de la humanidad de establecer una base permanente en la Luna y, eventualmente, dar el salto a Marte.
El compromiso de la NASA y sus socios públicos y privados está sentando las bases de una nueva era de descubrimientos y colaboración más allá de los límites de nuestro planeta. La Luna, una vez más, se convierte en puerta de entrada hacia un futuro interplanetario.
(Fuente: NASA)

 
							 
							