NASA adjudica contrato clave para la salud de astronautas en futuras misiones espaciales

La NASA ha dado un paso fundamental en la protección de la salud de sus astronautas al seleccionar a la empresa estadounidense KBR Wyle Services, LLC, con sede en Fulton, Maryland, para un contrato estratégico centrado en la investigación y mejora del bienestar humano ante los desafíos del espacio. Este acuerdo, denominado Human Health and Performance Contract 2, está orientado a fortalecer las capacidades del Human Health and Performance Directorate del Johnson Space Center, en Houston, una de las instituciones más emblemáticas de la agencia.
El contrato cubre una amplia gama de servicios especializados enfocados en la salud humana, la medicina ocupacional y el desarrollo de nuevas técnicas para minimizar los riesgos médicos a los que se enfrentan los tripulantes durante las misiones espaciales. El objetivo principal es profundizar en el conocimiento de los efectos que la microgravedad, la radiación y otros factores ambientales extremos tienen sobre el cuerpo humano, y encontrar soluciones innovadoras que permitan afrontar los retos de las futuras exploraciones espaciales de larga duración, como el regreso a la Luna con el programa Artemis y las primeras misiones tripuladas a Marte.
El acuerdo representa un avance decisivo, ya que incorpora la colaboración entre la NASA y una de las compañías líderes del sector aeroespacial privado, en un contexto donde la cooperación público-privada resulta esencial para acelerar la investigación y el desarrollo tecnológico. KBR Wyle Services, reconocida por su experiencia en soporte técnico y científico, aportará su conocimiento en áreas como la fisiología humana, la biomedicina y los sistemas de soporte vital, claves para garantizar la seguridad de los astronautas en entornos hostiles.
La salud en el espacio, un reto histórico
Desde los primeros vuelos tripulados del programa Mercury en los años sesenta, la salud de los astronautas ha sido una preocupación permanente para la NASA y otras agencias espaciales. A lo largo de las décadas, se ha comprobado que la exposición prolongada a la microgravedad provoca pérdida de masa ósea, atrofia muscular, alteraciones en la visión y debilitamiento del sistema inmunológico, entre otros problemas. Además, la radiación cósmica fuera de la protección de la atmósfera terrestre aumenta el riesgo de cáncer y otras enfermedades a largo plazo.
El Human Health and Performance Directorate del Johnson Space Center ha liderado durante años las investigaciones en este campo, desarrollando protocolos médicos, sistemas de monitorización y tratamientos preventivos. Ahora, con la vista puesta en las misiones Artemis y en la futura exploración de Marte, la NASA refuerza su apuesta por la innovación en salud espacial.
Cooperación internacional y privada: el nuevo paradigma
El anuncio del contrato con KBR Wyle Services se suma a una tendencia global en la que las agencias espaciales públicas y empresas privadas colaboran estrechamente para afrontar los grandes desafíos técnicos y científicos. SpaceX, por ejemplo, ha revolucionado el transporte espacial con sus cápsulas Crew Dragon y su participación en las misiones tripuladas a la Estación Espacial Internacional, mientras que Blue Origin y Virgin Galactic exploran las posibilidades del turismo espacial y la investigación en microgravedad.
En Europa, la empresa española PLD Space avanza en el desarrollo de cohetes reutilizables como el Miura 1 y el Miura 5, demostrando el potencial de la industria privada para contribuir a la autonomía y la capacidad tecnológica europea. Al mismo tiempo, la Agencia Espacial Europea (ESA) y otras instituciones colaboran con la NASA en proyectos como la Estación Lunar Gateway y la búsqueda de exoplanetas habitables, una línea de investigación que podría beneficiarse directamente de los avances en salud y fisiología espacial.
El futuro de la exploración espacial pasa necesariamente por comprender y mitigar los efectos adversos del espacio en el ser humano. Desde el desarrollo de medicamentos y sistemas de ejercicio adaptados a la microgravedad, hasta la creación de hábitats seguros y la monitorización remota de la salud, cada avance contribuirá a que las futuras generaciones de astronautas puedan ir más lejos y durante más tiempo.
En definitiva, el contrato adjudicado a KBR Wyle Services refuerza el compromiso de la NASA con la excelencia científica y la seguridad de sus tripulaciones, abriendo una nueva etapa en la investigación médica espacial. Con el horizonte puesto en la Luna y Marte, y el respaldo de la innovación tanto pública como privada, la exploración del cosmos avanza con paso firme hacia nuevas fronteras.
(Fuente: NASA)

 
							