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El cultivo espacial avanza: la misión Crew-11 de SpaceX lleva nuevos experimentos agrícolas a la EEI

El cultivo espacial avanza: la misión Crew-11 de SpaceX lleva nuevos experimentos agrícolas a la EEI

La exploración espacial no solo implica viajar más lejos, sino también aprender a vivir y prosperar fuera de la Tierra. El pasado 1 de agosto de 2025, la tripulación Crew-11 de SpaceX despegó hacia la Estación Espacial Internacional (EEI), añadiendo un capítulo crucial en la búsqueda de la autosuficiencia alimentaria en el espacio. Entre los experimentos a bordo, destaca la nueva fase del programa VEG-03, centrado en el cultivo de vegetales en microgravedad, que promete revolucionar la vida de los astronautas en órbita.

El experimento VEG-03, desarrollado por la NASA en colaboración con diversas universidades estadounidenses, llegó a la EEI con la tripulación Crew-11, integrada por astronautas de la NASA y la ESA. El sistema utiliza «almohadillas de semillas», unos pequeños paquetes que contienen sustrato, nutrientes y semillas cuidadosamente seleccionadas. Una vez instaladas en el módulo Veggie de la estación, estas almohadillas permiten cultivar plantas comestibles mediante un sistema de iluminación LED y riego por capilaridad, adaptado a las condiciones de microgravedad.

La importancia de cultivar plantas en el espacio va mucho más allá de proporcionar un suplemento fresco a la dieta de los tripulantes. Los vegetales, además de aportar vitaminas y minerales que se degradan rápidamente en los alimentos procesados, contribuyen a reciclar el dióxido de carbono y a generar oxígeno dentro de la estación. Pero uno de los aspectos más valorados por los astronautas es el beneficio psicológico: cuidar de las plantas y observar su crecimiento ayuda a combatir el aislamiento y el estrés de las largas misiones espaciales.

El programa Veggie ha evolucionado desde sus primeras pruebas en 2014. En sus fases iniciales, los astronautas cultivaron lechugas romanas, zinnias y rábanos, logrando los primeros bocados de alimentos frescos cultivados en órbita. Ahora, VEG-03 MNO —la última serie de experimentos— incorpora nuevas variedades de cultivos, incluyendo tomates enanos, mostaza tatsoi y pimientos picantes, seleccionados tanto por su valor nutricional como por su capacidad para crecer en condiciones adversas.

Durante VEG-03 MNO, los astronautas llevarán a cabo una serie de pruebas para optimizar parámetros como el riego, la ventilación y la intensidad lumínica. Los datos recogidos ayudarán a perfeccionar los sistemas de cultivo, con vistas a futuras misiones a la Luna y Marte, donde la autosuficiencia alimentaria será clave para la supervivencia.

La NASA no está sola en esta carrera. Otras agencias y empresas privadas han mostrado interés por la agricultura espacial. Blue Origin y Virgin Galactic han anunciado colaboraciones con universidades para investigar el crecimiento de plantas bajo condiciones de baja gravedad en vuelos suborbitales. En Europa, la empresa española PLD Space ha expresado su intención de lanzar microhábitats biológicos en sus cohetes Miura, con el objetivo de estudiar el comportamiento de semillas y microorganismos durante el lanzamiento y la reentrada.

El cultivo de plantas en el espacio también despierta interés en el ámbito de la búsqueda de vida fuera de la Tierra. El estudio de exoplanetas potencialmente habitables por parte de telescopios como el James Webb de la NASA o el futuro ARIEL de la ESA ha puesto de relieve la importancia de comprender cómo los organismos vegetales podrían adaptarse a ambientes extremos. Experimentos como VEG-03 permiten simular, en parte, las condiciones que podrían encontrarse en otros mundos.

La colaboración internacional es otro pilar de este avance. Los resultados obtenidos en la EEI se comparten con científicos de todo el mundo, y las lecciones aprendidas se aplican incluso en la agricultura terrestre, especialmente en regiones con recursos limitados o condiciones climáticas adversas.

El futuro de la agricultura espacial apunta a sistemas cada vez más autónomos y eficientes. Se exploran soluciones como la hidroponía, la aeroponía y el cultivo vertical, tecnologías que podrían permitir la producción continua de alimentos frescos en bases lunares o marcianas. Empresas privadas como SpaceX, que ya ha planteado la colonización de Marte como uno de sus objetivos a largo plazo, consideran la agricultura uno de los mayores retos logísticos de la exploración interplanetaria.

El lanzamiento de la Crew-11, con sus valiosos experimentos a bordo, representa un paso más hacia la meta de convertir el espacio en un entorno habitable y sostenible para el ser humano. El éxito de VEG-03 podría sentar las bases de futuros invernaderos espaciales, donde la vida verde acompañe a los astronautas en su aventura más allá de la Tierra.

Así, el cultivo de plantas en órbita no solo alimenta a los astronautas, sino también la esperanza de que, algún día, la humanidad podrá echar raíces entre las estrellas.

(Fuente: NASA)