El radiometro ASTER celebra su taller internacional para potenciar la observación terrestre

En un esfuerzo conjunto por mejorar la calidad y el alcance de la observación de la Tierra desde el espacio, el equipo científico del radiómetro avanzado ASTER (Advanced Spaceborne Thermal Emission and Reflection Radiometer) ha celebrado recientemente un taller internacional en Tokio. El evento, que tuvo lugar del 9 al 11 de junio de 2025 en la sede de Japan Space Systems, reunió a unos 25 expertos de Japón y Estados Unidos, consolidando así una colaboración transnacional que se remonta a los inicios de la misión ASTER a bordo del satélite Terra de la NASA.
El radiómetro ASTER es uno de los instrumentos clave embarcados en el satélite Terra, lanzado en 1999 como parte del programa Earth Observing System (EOS) de la NASA. Este instrumento, desarrollado conjuntamente por agencias japonesas y estadounidenses, ha permitido durante más de dos décadas la adquisición de datos de alta resolución en el rango visible, infrarrojo cercano y térmico, con aplicaciones que van desde la cartografía geológica, la gestión de recursos hídricos, la detección de cambios medioambientales o la monitorización de desastres naturales.
En el taller celebrado en Tokio, los equipos científicos y técnicos de ambos países abordaron los desafíos técnicos actuales de la misión, así como las perspectivas de futuro para la utilización de los datos de ASTER. Entre las cuestiones tratadas, destacó la necesidad de actualizar los algoritmos de procesamiento para mejorar la precisión radiométrica y espectral de las imágenes, así como la optimización de la calibración cruzada con otros sensores, tanto terrestres como espaciales.
Una parte fundamental del encuentro se centró en el análisis del estado operativo del instrumento ASTER, que, a pesar de su longeva vida útil prevista originalmente para seis años, sigue proporcionando datos valiosos tras más de 25 años en órbita. Los ingenieros compartieron los resultados de las últimas campañas de calibración y discutieron estrategias para mitigar los efectos del envejecimiento de los detectores, así como la gestión de los recursos energéticos disponibles a bordo del satélite Terra.
Además, se presentaron nuevos estudios sobre el uso de los productos de ASTER para la detección de cambios en la cubierta terrestre, con aplicaciones directas en la monitorización de la deforestación, la expansión urbana y la evolución de glaciares. Investigadores estadounidenses expusieron avances en la integración de datos ASTER con información procedente de la constelación Landsat y los satélites Sentinel europeos, abriendo la puerta a una mayor interoperabilidad y precisión en el análisis multitemporal.
En la vertiente japonesa, se pusieron en valor los resultados obtenidos en el ámbito de la vulcanología y la gestión de riesgos geológicos, donde ASTER ha demostrado ser una herramienta insustituible para la observación térmica de volcanes activos en el Pacífico occidental. Los datos obtenidos han permitido anticipar episodios eruptivos y mejorar los protocolos de evacuación en zonas de alto riesgo.
El taller también sirvió como foro para debatir el futuro de la observación de la Tierra y la necesidad de nuevas misiones que recojan el testigo tecnológico de ASTER. En un contexto de creciente competencia por parte de empresas privadas como SpaceX y Blue Origin, así como el auge de nuevas agencias espaciales públicas y privadas, la comunidad científica subrayó la importancia de mantener la cooperación internacional y garantizar el acceso abierto a los datos para la investigación y la toma de decisiones políticas.
A pesar del protagonismo mediático de las misiones lunares y la exploración de exoplanetas, la observación de nuestro propio planeta sigue siendo una prioridad estratégica. Así lo atestiguan recientes iniciativas como el proyecto europeo Copernicus o la nueva generación de satélites hyperspectrales impulsados por la NASA y la ESA. En este sentido, el legado de ASTER constituye un referente en la obtención de información precisa y detallada sobre la superficie terrestre, sirviendo de base para el desarrollo de futuras tecnologías de teledetección.
El encuentro de Tokio ha puesto de manifiesto que la cooperación internacional, la puesta al día tecnológica y la integración de datos de múltiples fuentes son claves para afrontar los retos medioambientales globales, desde el cambio climático hasta la gestión sostenible de los recursos naturales. El radiómetro ASTER, con su longeva e ininterrumpida labor de observación, demuestra que la innovación y la colaboración no conocen fronteras.
(Fuente: NASA)

 
							 
							