Astronautas de Artemis II ultiman preparativos en el Kennedy Space Center para su histórica misión lunar

Los preparativos para el regreso de la humanidad a la Luna avanzan a paso firme en el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Florida. Los astronautas Christina Koch y Victor Glover, miembros clave de la tripulación de Artemis II, realizaron recientemente una de las revisiones técnicas más importantes previas a su misión: la caminata sobre el brazo de acceso de la tripulación en la enorme torre móvil de lanzamiento, situada en el legendario Edificio de Ensamblaje de Vehículos (VAB).
Durante los días 11 y 12 de agosto de 2025, Koch y Glover, acompañados por equipos del Programa de Sistemas Terrestres de Exploración de la NASA, repasaron cada paso del exigente protocolo que les llevará, junto a sus compañeros Reid Wiseman y Jeremy Hansen, hasta la cápsula Orion en la plataforma de lanzamiento. Esta actividad es mucho más que un simple simulacro: se trata de un ensayo fundamental que permite a los astronautas familiarizarse con los procedimientos, los sistemas de seguridad y la coordinación con los equipos de tierra en un entorno real.
El brazo de acceso de la tripulación, una estructura de más de 30 metros de longitud que conecta la torre móvil de lanzamiento con la nave espacial, desempeña un papel vital en las operaciones previas al despegue. Por este pasillo elevado, los astronautas accederán a la cápsula Orion minutos antes del lanzamiento, reviviendo imágenes icónicas de la era Apolo pero con la tecnología y los desafíos del siglo XXI.
La misión Artemis II representa el primer vuelo tripulado del potente cohete SLS (Space Launch System) y de la nave Orion, cuyo desarrollo ha requerido más de una década de trabajo por parte de ingenieros y técnicos de la NASA y sus socios internacionales. Su objetivo: llevar a cuatro astronautas en un viaje alrededor de la Luna, como preludio de la misión Artemis III, que aspira a poner a la primera mujer y la primera persona negra sobre la superficie lunar.
Christina Koch, ingeniera eléctrica y veterana de la Estación Espacial Internacional, y Victor Glover, piloto de pruebas y comandante de la cápsula Crew Dragon de SpaceX en la misión Crew-1, aportan una experiencia crucial a esta histórica empresa. Ambos encarnan la nueva generación de astronautas, formada en misiones de larga duración, manejo de vehículos de última generación y cooperación internacional.
La preparación de Artemis II no solo tiene relevancia para la NASA. El renacimiento de la exploración lunar ha despertado el interés de empresas privadas y agencias espaciales de todo el mundo. SpaceX, liderada por Elon Musk, avanza en el desarrollo del Starship, el vehículo que está llamado a transportar astronautas y carga a la superficie lunar en futuras misiones Artemis. Blue Origin, la compañía de Jeff Bezos, también desarrolla su propio módulo de alunizaje, mientras que Virgin Galactic explora el turismo suborbital, acercando el espacio a un público cada vez más amplio.
En Europa, la española PLD Space ha marcado hitos recientes con el lanzamiento del cohete MIURA 1, demostrando la capacidad del sector privado peninsular para desarrollar tecnología espacial competitiva. Por su parte, la Agencia Espacial Europea (ESA) colabora activamente con la NASA en el desarrollo del módulo de servicio de la nave Orion, elemento fundamental para garantizar la supervivencia y el éxito de la tripulación en su travesía lunar.
Además de las misiones tripuladas, la exploración de exoplanetas y el estudio de la habitabilidad fuera del sistema solar continúan siendo prioridades internacionales. El telescopio espacial James Webb, resultado de la colaboración entre la NASA, la ESA y la agencia canadiense CSA, ha comenzado a ofrecer datos sin precedentes sobre atmósferas planetarias y la posible presencia de agua y moléculas orgánicas en mundos distantes.
La preparación minuciosa de la misión Artemis II ilustra el nivel de exigencia técnica y humana que requiere la exploración espacial moderna. El recorrido de Koch y Glover por el brazo de acceso de la tripulación simboliza tanto el peso de la tradición como la audacia del futuro. Cuando la cuenta atrás llegue a cero y el cohete SLS ilumine el cielo de Florida, millones de personas en todo el mundo asistirán a un nuevo capítulo en la historia de la humanidad más allá de la Tierra.
La colaboración entre agencias públicas y empresas privadas, la apuesta por la diversidad en la selección de astronautas y la voluntad de expandir las fronteras científicas marcan el rumbo de una nueva era espacial, en la que la Luna es solo el primer paso hacia destinos aún más lejanos.
(Fuente: NASA)

 
							 
							