Curiosity explora un enigmático hueco en Marte en busca de pistas sobre el pasado acuático del planeta

El rover Curiosity, de la NASA, ha dado un paso más en su incansable exploración del cráter Gale al investigar una depresión topográfica —conocida como “hollow”— en la región bautizada como Boxwork. Esta zona, caracterizada por intrincadas formaciones rocosas, es de especial interés para los científicos que estudian el pasado geológico y climático de Marte, especialmente en lo relativo a la presencia de agua.
Durante la jornada de planificación correspondiente al miércoles 13 de agosto de 2025, el equipo de operaciones científicas del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, bajo la coordinación de Elena Amador-French, se centró en analizar tanto la textura como la composición química del lecho rocoso en este llamativo hueco. En concreto, la atención se ha dirigido hacia el objetivo denominado “Asiruqucha”, una roca de tono claro salpicada de pequeños nódulos que podrían guardar información clave sobre los procesos que han modelado la superficie marciana.
Un laboratorio ambulante en el planeta rojo
Para realizar este estudio, el equipo ha desplegado el espectrómetro alfa de partículas y rayos X (APXS, por sus siglas en inglés), uno de los instrumentos más versátiles que viajan a bordo de Curiosity. El APXS permite determinar con gran precisión la composición elemental de las rocas y los suelos marcianos, un dato esencial para reconstruir la historia geológica del planeta.
Junto al APXS, el rover utiliza su potente cámara MAHLI para capturar imágenes de alta resolución de la textura superficial. Estos datos, combinados, permiten discernir si los nódulos observados son, por ejemplo, concreciones minerales formadas en presencia de agua o, por el contrario, producto de procesos volcánicos o de impacto.
El interés por los huecos y depresiones
El análisis de formaciones como la investigada en la zona Boxwork se inscribe en un marco más amplio de exploración marciana que busca identificar antiguos ambientes habitables. Las depresiones o huecos son objetivos preferentes porque, en la Tierra, suelen actuar como trampas donde se acumulan sedimentos transportados por el agua o el viento, preservando así un registro geológico especialmente completo. En Marte, la presencia de nódulos y de lechos de roca alterados químicamente en estas depresiones puede indicar la acción pasada de agua líquida, ya sea en forma de lagos, arroyos o aguas subterráneas.
El avance de la exploración robótica
Desde su llegada a Marte en 2012, el rover Curiosity ha recorrido más de 30 kilómetros y ascendido miles de metros a lo largo del monte Sharp, la montaña central del cráter Gale. Durante su misión, ha encontrado múltiples pruebas de que el planeta rojo albergó ambientes acuáticos en el pasado remoto, incluyendo lechos de ríos secos, vetas minerales y arcillas formadas en presencia de agua. El estudio de estos ambientes primitivos es clave para comprender si Marte pudo haber albergado vida microbiana.
En la carrera por desvelar los secretos del planeta rojo, la NASA no está sola. La agencia europea ESA, con su róver Rosalind Franklin, o la misión Tianwen-1 de la CNSA china, compiten y colaboran en la exploración robótica de Marte. Sin embargo, Curiosity sigue siendo pionero en la obtención de datos in situ y en el desarrollo de tecnologías que allanan el camino para futuras misiones tripuladas.
La importancia de la colaboración internacional y privada
Más allá de Marte, el sector espacial está viviendo un auge sin precedentes gracias a la colaboración entre agencias públicas y empresas privadas. SpaceX, por ejemplo, continúa realizando lanzamientos rutinarios con su Falcon 9 y avanza en el desarrollo de la nave Starship, llamada a desempeñar un papel crucial en las futuras misiones lunares y marcianas. Blue Origin, por su parte, avanza en el desarrollo de su cohete New Glenn y mantiene la vista puesta en la explotación comercial del espacio cercano a la Tierra.
En España, la empresa PLD Space marcó un hito histórico el pasado año con el lanzamiento de su cohete Miura 1, el primer vehículo suborbital privado europeo capaz de alcanzar el espacio desde el continente. Este logro posiciona a España como un actor emergente en el sector espacial y abre nuevas oportunidades para la exploración y el desarrollo de tecnologías espaciales.
El futuro de la exploración planetaria
Mientras Curiosity sigue investigando los misterios del cráter Gale, la comunidad científica se prepara para una nueva generación de misiones. La NASA planea el envío de muestras de Marte a la Tierra antes de que termine la década, lo que permitirá analizar en laboratorios terrestres los materiales recogidos por rovers como Perseverance. Al mismo tiempo, el telescopio espacial James Webb y la misión europea ARIEL se centran en el estudio de exoplanetas, en busca de señales de habitabilidad y potencial vida más allá de nuestro Sistema Solar.
En este contexto de cooperación y competencia, cada hallazgo en Marte acerca un poco más a la humanidad a responder una de las grandes preguntas: ¿estuvo Marte alguna vez habitado? La investigación de hoy en la depresión de Boxwork es un paso más en ese largo viaje de descubrimiento científico, que no solo redefine lo que sabemos sobre nuestros vecinos planetarios, sino que también inspira a futuras generaciones de exploradores.
(Fuente: NASA)

 
							 
							