El resplandor de la Luna, captado desde la EEI, revela secretos de la atmósfera terrestre

El 13 de abril de 2025, una imagen tomada desde la Estación Espacial Internacional (EEI) ha vuelto a poner de relieve el valor científico de las observaciones lunares realizadas desde el espacio. En esta fotografía, la luz de la Luna aparece elegantemente refractada por la atmósfera terrestre, mientras la estación orbitaba a 425 kilómetros de altitud, justo al atardecer, sobre la frontera entre Bolivia y Brasil. Este fenómeno, más allá de su belleza, proporciona importantes datos para comprender tanto nuestro planeta como los procesos que han moldeado otros mundos del sistema solar.
La EEI, laboratorio orbital por excelencia
Desde su puesta en funcionamiento en el año 2000, la EEI ha servido como un puesto de observación privilegiado, no solo para monitorear la Tierra, sino también para estudiar el entorno espacial y los cuerpos celestes. La imagen capturada en abril de 2025 se une a una larga tradición de fotografías que permiten analizar cómo la atmósfera terrestre afecta la luz que atraviesa sus diferentes capas. Así, la refracción de la luz lunar, al interactuar con partículas y gases atmosféricos, proporciona pistas sobre la composición y el comportamiento de la atmósfera.
El estudio de la refracción atmosférica no es nuevo, pero la posibilidad de observarla desde fuera de la atmósfera, o justo en su límite superior, abre nuevas oportunidades científicas. Los datos recogidos por los astronautas de la NASA y sus socios internacionales ayudan a perfeccionar modelos climáticos, prever fenómenos meteorológicos y entender mejor la dinámica de la atmósfera terrestre, especialmente en su interacción con la radiación solar y lunar.
La Luna como laboratorio natural
La Luna, nuestro satélite natural, es mucho más que un objeto de contemplación. Su estudio resulta fundamental para comprender la historia y evolución de la Tierra, así como de otros planetas y lunas del sistema solar. Los cráteres, mares y montañas lunares son testigos de procesos geológicos y astronómicos que se repiten en otros cuerpos celestes. Por ello, misiones como el programa Artemis de la NASA, que prevé el regreso de astronautas a la superficie lunar, se consideran claves para entender el pasado y el futuro de la exploración espacial.
La observación detallada de la Luna permite, por ejemplo, analizar la influencia de impactos de meteoritos, la formación de atmósferas y la migración de elementos como el agua. Así, se utiliza a la Luna como un modelo para estudiar la evolución planetaria y los procesos que podrían estar ocurriendo, o haber ocurrido, en exoplanetas de sistemas lejanos.
Avances recientes de SpaceX, Blue Origin y PLD Space
El año 2025 está siendo especialmente prolífico para la industria espacial privada. SpaceX ha continuado su dominio en el sector de lanzamientos orbitales gracias a la mejora de su sistema Starship, que se perfila como el principal vehículo para futuras misiones tripuladas a la Luna y Marte. Por su parte, Blue Origin ha consolidado su posición tras el éxito de sus misiones suborbitales con New Shepard y la reciente certificación de su cohete New Glenn para lanzamientos comerciales y científicos.
En Europa, la empresa española PLD Space ha logrado un hito con el lanzamiento y recuperación controlada de su cohete MIURA 1, demostrando la viabilidad de tecnología nacional para vuelos suborbitales. Este avance sitúa a España en la vanguardia del acceso comercial al espacio y abre la puerta a futuras colaboraciones internacionales en misiones de exploración lunar y planetaria.
Nuevos hallazgos en exoplanetas
La búsqueda de planetas fuera del sistema solar sigue acelerándose. Los telescopios espaciales, como el James Webb de la NASA y la ESA, han identificado en los últimos meses varios exoplanetas con características similares a la Tierra, incluyendo atmósferas que podrían albergar agua en estado líquido. Estos descubrimientos, unidos al estudio de la refracción atmosférica observada en la Luna desde la EEI, permiten comparar procesos y condiciones en diferentes mundos, mejorando nuestra comprensión del universo y de la posible existencia de vida más allá de la Tierra.
Perspectivas futuras y cooperación internacional
La imagen obtenida desde la EEI en abril de 2025 es un recordatorio de la importancia de la cooperación internacional y la combinación de esfuerzos públicos y privados en la exploración espacial. Iniciativas conjuntas entre NASA, ESA, Roscosmos, JAXA y empresas como SpaceX, Blue Origin y PLD Space, están abriendo nuevas fronteras en la investigación, el desarrollo de tecnologías y la inspiración de nuevas generaciones de científicos.
La observación de la Luna y el estudio de nuestra atmósfera desde la órbita baja terrestre no solo amplían nuestro conocimiento del cosmos, sino que también contribuyen a proteger nuestro planeta y a preparar el camino para futuras misiones a la Luna, Marte y más allá. Sin duda, la ciencia y la tecnología espacial continúan siendo una ventana privilegiada hacia el universo y hacia nuestro propio origen.
(Fuente: NASA)

 
							 
							