Rocket Lab estrena la base de lanzamiento LC-3 para su cohete Neutron en Wallops

Rocket Lab ha dado un paso estratégico en la expansión de su capacidad de lanzamientos orbitales al inaugurar oficialmente el Complejo de Lanzamiento 3 (LC-3) en las instalaciones de vuelo de Wallops, Virginia (Estados Unidos). El enclave, que se convierte en el nuevo hogar del prometedor cohete Neutron, refleja la ambición de la compañía neozelandesa-estadounidense de competir en la élite mundial del sector espacial, dominada por gigantes como SpaceX y Blue Origin.
La inauguración de LC-3 supone una apuesta decidida de Rocket Lab por el desarrollo y la producción nacional en suelo estadounidense. Este nuevo complejo, erigido junto a la ya operativa plataforma LC-2 —usada hasta ahora para lanzamientos del confiable cohete Electron—, está diseñado específicamente para los vuelos de Neutron, el lanzador pesado reutilizable que aspira a revolucionar la puesta en órbita de grandes satélites, cargas comerciales y futuras misiones tripuladas.
Neutron: el desafío a los grandes del sector
El Neutron, actualmente en fase avanzada de desarrollo, es la gran baza de Rocket Lab para entrar en el selecto club de los lanzadores medianos y pesados reutilizables. Con una altura estimada de 40 metros y una capacidad de hasta 15 toneladas a órbita baja terrestre en su versión totalmente reutilizable, Neutron busca posicionarse como el rival más directo del Falcon 9 de SpaceX, que desde hace más de una década domina el mercado de lanzamientos comerciales y gubernamentales.
A diferencia del Electron —un lanzador ligero optimizado para pequeñas cargas—, Neutron incorpora innovaciones técnicas como una estructura de fibra de carbono, tren de aterrizaje integrado para su recuperación y un sistema de propulsión propio, el motor Archimedes alimentado por metano y oxígeno líquidos. Estas características lo sitúan en la vanguardia tecnológica y lo alinean con tendencias del sector como la reutilización, la reducción de costes y la minimización de residuos orbitales.
LC-3: una base pensada para la eficiencia y la seguridad
El Complejo de Lanzamiento 3 ha sido diseñado para satisfacer las exigencias operativas y de seguridad de un lanzador de esta categoría. Entre sus instalaciones destacan la rampa móvil de integración, hangares de ensamblaje y pruebas, sistemas avanzados de control y una infraestructura preparada para acomodar tanto misiones comerciales como gubernamentales, incluidas aquellas que requieran altos niveles de confidencialidad.
La elección de Wallops como ubicación estratégica responde a varios factores: la proximidad a los principales clientes institucionales estadounidenses, el acceso directo a rutas de inyección orbital favorables y la sinergia con otras instalaciones de la NASA y la Agencia de Defensa. La inauguración de LC-3 también supone una inyección económica y tecnológica para la región, que aspira a convertirse en un polo de excelencia aeroespacial en la Costa Este de Estados Unidos.
Contexto internacional: la carrera por la nueva generación de lanzadores
La apertura de este nuevo complejo se produce en un contexto de intensa competencia en la industria espacial. SpaceX sigue consolidando su dominio con el Falcon 9 y el desarrollo acelerado de Starship, el cohete más potente jamás construido y clave en los futuros planes lunares y marcianos de la NASA. Por su parte, Blue Origin avanza en los preparativos del New Glenn, aunque con retrasos acumulados, mientras Virgin Galactic y su filial Virgin Orbit exploran mercados de turismo suborbital y lanzamiento aéreo.
En Europa, PLD Space ha logrado hitos relevantes con su Miura 1, abriendo el camino para el Miura 5 en la próxima década, lo que demuestra el auge de la nueva generación de lanzadores reutilizables y la apuesta por el acceso independiente al espacio. Asimismo, la ESA y otras agencias públicas y privadas, como Arianespace, ISRO e incluso startups chinas, multiplican sus esfuerzos para no quedar rezagadas en la llamada “nueva carrera espacial”.
La importancia de infraestructuras como LC-3 radica en su capacidad para acelerar el ritmo de lanzamientos, reducir los costes logísticos y ofrecer flexibilidad a clientes de todo el mundo. Esto es especialmente relevante en un momento en que la demanda de satélites de observación, comunicaciones —incluidas las megaconstelaciones de internet— y misiones científicas, como la búsqueda de exoplanetas, está en pleno auge.
Futuro inmediato y expectativas
Rocket Lab planea realizar los primeros vuelos de prueba de Neutron desde LC-3 a lo largo de 2025, con el objetivo de certificar el lanzador y captar contratos tanto gubernamentales como comerciales. La compañía, que ya ha demostrado su solvencia técnica y fiabilidad con el Electron —más de 40 misiones exitosas—, afronta ahora el reto de escalar sus operaciones y consolidarse como un actor global capaz de rivalizar con los líderes tradicionales de la industria.
La inauguración de LC-3 no sólo refuerza la posición de Rocket Lab en el mercado estadounidense, sino que también marca un hito en la transición hacia lanzadores pesados reutilizables, una tendencia que definirá el futuro del acceso al espacio en las próximas décadas.
(Fuente: NASASpaceflight)

 
							 
							