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Sentinel-1D ya está en la Guayana Francesa: Europa refuerza su vigilancia terrestre y oceánica

Sentinel-1D ya está en la Guayana Francesa: Europa refuerza su vigilancia terrestre y oceánica

El satélite Sentinel-1D, el cuarto componente de la constelación Sentinel-1 del programa Copernicus, ha aterrizado en el aeropuerto Félix Eboué, principal puerta de entrada aérea a la Guayana Francesa. Este acontecimiento marca un hito crucial para la observación de la Tierra en Europa, ya que el Sentinel-1D está llamado a fortalecer y asegurar la continuidad de las misiones de vigilancia terrestre y marítima del continente.

Tras un viaje cuidadosamente planificado, el Sentinel-1D llegó encapsulado en una estructura protectora que garantiza su integridad ante los rigores del transporte intercontinental. Desde el aeropuerto, el satélite será trasladado en las próximas horas a las instalaciones de preparación de lanzamientos del Puerto Espacial Europeo en Kourou, donde se someterá a los últimos chequeos y preparativos previos a su lanzamiento.

La misión Sentinel-1: piedra angular de Copernicus

El programa Copernicus, liderado por la Comisión Europea en cooperación con la Agencia Espacial Europea (ESA), es el mayor sistema de observación de la Tierra del mundo. Sentinel-1 es su columna vertebral para la adquisición de imágenes por radar, operando sin restricciones de luz solar o condiciones meteorológicas, lo que resulta esencial para el seguimiento continuo de nuestro planeta.

El primer satélite, Sentinel-1A, fue lanzado en 2014, seguido de Sentinel-1B en 2016. Sin embargo, la misión sufrió un revés en diciembre de 2021, cuando Sentinel-1B experimentó una anomalía en su subsistema de energía y quedó fuera de servicio, dejando a Sentinel-1A como único operando desde entonces. La llegada de Sentinel-1D, junto al futuro Sentinel-1C (cuyo lanzamiento también está programado para los próximos meses), permitirá restablecer y reforzar la capacidad de vigilancia de la constelación.

Tecnología radar de última generación

Los satélites Sentinel-1 están equipados con avanzados radares de apertura sintética (SAR) en banda C, capaces de captar imágenes detalladas de la superficie terrestre, de día y de noche, y bajo cualquier condición meteorológica. Esta tecnología resulta especialmente valiosa para el monitoreo de inundaciones, movimientos del terreno, desastres naturales, cambios en el uso del suelo, seguimiento de la agricultura y la gestión de emergencias.

Sentinel-1D incorpora mejoras técnicas respecto a sus predecesores. Además de la fiabilidad probada del sistema SAR, se han actualizado diversos subsistemas electrónicos y de gestión de datos, incrementando la eficiencia energética, la capacidad de almacenamiento y transmisión de datos científicos. El satélite también está diseñado para reducir aún más la cantidad de residuos orbitales al final de su misión, en línea con las normativas internacionales de sostenibilidad espacial.

Importancia estratégica y cooperación internacional

La información que proporcionan los Sentinel-1 es fundamental, no solo para los países europeos, sino también para socios internacionales y agencias de emergencia de todo el mundo. Sus datos se utilizan, por ejemplo, para monitorizar la deforestación en la Amazonia, el desplazamiento de glaciares en Groenlandia o la evolución de vertidos marítimos.

El programa Copernicus ha sido un modelo de colaboración entre entidades públicas y privadas. Empresas europeas de vanguardia han contribuido al diseño y fabricación de los satélites, mientras que centros de investigación y universidades analizan e interpretan los datos generados. Además, la política de datos abiertos de Copernicus permite que cualquier usuario, desde científicos hasta emprendedores o ciudadanos, acceda a la información recogida por la flota Sentinel.

Espacio europeo en el contexto global

El refuerzo de la constelación Sentinel-1 cobra especial relevancia en el actual contexto de competencia global en el sector espacial. Mientras SpaceX, Blue Origin y otras empresas privadas estadounidenses dominan los lanzamientos comerciales y avanzan en misiones a la Luna y Marte, Europa consolida su liderazgo en la observación de la Tierra y la gestión sostenible del planeta.

El puerto espacial de Kourou, desde donde despegará Sentinel-1D, es clave para la autonomía europea en el acceso al espacio. Próximamente, se espera que el nuevo lanzador Ariane 6 entre en servicio, asegurando la continuidad de misiones científicas, comerciales y de seguridad para la ESA y sus Estados miembros.

El futuro de la observación de la Tierra

Con Sentinel-1D listo para su lanzamiento, Europa se prepara para mantener y ampliar su capacidad de vigilancia global. Nuevos satélites y misiones, como los dedicados a la monitorización del carbono o la calidad del aire, ya están en desarrollo. La apuesta por la innovación tecnológica y la cooperación internacional sigue siendo el motor de una Europa espacial que mira al futuro con determinación.

El despliegue de Sentinel-1D es, por tanto, mucho más que un hito técnico: representa el compromiso europeo con el conocimiento, la sostenibilidad y la seguridad planetaria. (Fuente: ESA)