La NASA avanza a pasos firmes hacia Artemis II: la misión tripulada despegará en 2026

La carrera espacial moderna se encuentra en un momento de gran dinamismo, impulsada tanto por agencias gubernamentales como por actores privados. En ese contexto, la NASA ha alcanzado recientemente un hito significativo dentro de su ambicioso programa Artemis, con el ensamblaje final de la nave Orion y la integración de su sistema de aborto de lanzamiento (Launch Abort System, LAS) para la primera misión tripulada, Artemis II, programada para despegar en 2026.
El pasado 17 de septiembre, en las instalaciones del Kennedy Space Center de Florida, los equipos técnicos completaron uno de los pasos más cruciales para garantizar la seguridad de la tripulación: la unión del módulo de la nave Orion con el sistema de aborto de lanzamiento. Este sistema, situado en la cúspide del cohete, es vital para proteger a los astronautas en caso de anomalías durante los primeros instantes del despegue, pudiendo separar la cápsula y alejarla rápidamente del lanzador en situaciones de emergencia.
Artemis II: la vuelta de la humanidad a la Luna
La misión Artemis II supone el primer vuelo tripulado del programa Artemis, que tiene como objetivo devolver a los seres humanos a la superficie lunar por primera vez desde el histórico programa Apolo, hace más de medio siglo. Mientras que Artemis I se llevó a cabo sin tripulación y sirvió como demostración de los sistemas principales, Artemis II llevará a bordo a cuatro astronautas, quienes realizarán una órbita lunar antes de regresar a la Tierra. Esta misión servirá para validar todos los sistemas de soporte vital, navegación y comunicaciones, y sentará las bases para Artemis III, que llevará a la primera mujer y a la próxima persona negra a pisar el satélite terrestre.
La nave Orion, pieza central de la misión, es el fruto de años de desarrollo tecnológico. Diseñada para soportar las condiciones extremas del espacio profundo, incorpora sistemas avanzados de soporte vital, control térmico, protección contra radiación y una cápsula de reentrada capaz de resistir temperaturas superiores a los 2.800 grados Celsius al cruzar la atmósfera terrestre.
El sistema de aborto de lanzamiento, por su parte, está dotado de potentes motores de combustible sólido capaces de proporcionar una aceleración instantánea en el improbable caso de que se detecte un fallo crítico durante el ascenso. Este mecanismo ha sido sometido a exhaustivas pruebas en tierra y en vuelo, garantizando que la seguridad de la tripulación sea prioritaria en todo momento.
Un ecosistema espacial en plena ebullición
El avance de Artemis II se produce en un contexto de efervescencia espacial global. Empresas privadas como SpaceX y Blue Origin están revolucionando el acceso al espacio con nuevas tecnologías de reutilización de cohetes y vehículos espaciales. SpaceX, por ejemplo, se prepara para el próximo vuelo de prueba de Starship, su nave de próxima generación que será clave en futuras misiones lunares de la NASA. Blue Origin, por su parte, sigue desarrollando su módulo de aterrizaje Blue Moon para misiones lunares de carga y tripuladas.
En Europa, la compañía española PLD Space ha dado recientemente un paso adelante con el exitoso lanzamiento del cohete MIURA 1, abriendo el camino para el desarrollo de lanzadores más potentes y posicionando a España en el mapa de la industria espacial internacional.
Mientras tanto, la NASA y otras agencias, como la Agencia Espacial Europea (ESA) y Roscosmos, continúan explorando exoplanetas, buscando rastros de vida en mundos lejanos y perfeccionando técnicas de observación con telescopios espaciales como el James Webb. El descubrimiento de exoplanetas potencialmente habitables sigue acaparando titulares y alimentando el sueño de expandir la presencia humana más allá de nuestro sistema solar.
Virgin Galactic, aunque centrada en el turismo suborbital, también contribuye al auge espacial con vuelos comerciales a la frontera del espacio, acercando la experiencia espacial a un público no profesional y popularizando la investigación en microgravedad.
El futuro de la exploración lunar
La integración final del sistema de aborto de lanzamiento en la nave Orion representa mucho más que un paso técnico: simboliza el umbral de una nueva era de exploración, en la que la colaboración internacional y la innovación tecnológica permitirán misiones más ambiciosas y seguras. Artemis II será la antesala de una presencia humana sostenida en la Luna y, eventualmente, el trampolín para la exploración de Marte y otros destinos del sistema solar.
Con cada componente que se añade y cada prueba superada, la NASA reafirma su compromiso con la seguridad y la excelencia técnica, mientras el mundo observa expectante el retorno de la humanidad a la Luna.
(Fuente: NASA)

 
							 
							