Blue Origin llevará el rover VIPER de la NASA al Polo Sur lunar en una misión clave para Artemis

La NASA ha dado un paso trascendental en su ambiciosa campaña Artemis al adjudicar a Blue Origin, la empresa espacial fundada por Jeff Bezos, un contrato dentro del programa CLPS (Commercial Lunar Payload Services) para el transporte del rover VIPER al Polo Sur de la Luna. Esta misión, de enorme relevancia para el futuro de la exploración lunar y la posible presencia humana sostenible en nuestro satélite, supone un gran hito tanto para la agencia estadounidense como para la pujante industria privada.
El rover VIPER (Volatiles Investigating Polar Exploration Rover) es uno de los instrumentos más avanzados desarrollados para la exploración lunar. Su objetivo principal es buscar y analizar recursos volátiles, especialmente hielo de agua, que se sospecha existe en los cráteres permanentemente sombreados del polo sur lunar. La presencia de estos volátiles podría ser fundamental para el abastecimiento de futuras bases lunares, ya que el agua no solo es vital para la vida, sino que también puede descomponerse en oxígeno e hidrógeno para producir combustible, facilitando así misiones más prolongadas y ambiciosas tanto en la Luna como en destinos más lejanos, como Marte.
El encargo de la NASA a Blue Origin incluye el aterrizaje seguro del rover VIPER en una zona de interés científico en el Polo Sur lunar, un entorno extremadamente complejo debido a sus bajas temperaturas, la irregularidad del terreno y la escasa iluminación solar. Blue Origin deberá demostrar su capacidad técnica con su módulo de aterrizaje lunar Blue Moon, diseñado para transportar cargas pesadas y operar de forma autónoma en condiciones lunares extremas.
El programa CLPS, lanzado por la NASA en 2018, constituye una apuesta estratégica por la colaboración público-privada. Bajo esta iniciativa, la agencia recurre a empresas comerciales para el transporte de instrumentos científicos y tecnologías precursoras a la superficie lunar, acelerando así el ritmo de exploración y reduciendo costes. Blue Origin se suma así a una lista de compañías seleccionadas previamente, como Astrobotic o Intuitive Machines, que ya han recibido contratos para misiones CLPS.
La importancia de este encargo no solo reside en el avance tecnológico, sino también en el impulso que representa para el ecosistema espacial privado. La competencia entre gigantes como SpaceX y Blue Origin está redefiniendo la industria, abaratando el acceso al espacio y multiplicando las oportunidades para nuevas misiones científicas y comerciales. De hecho, mientras Blue Origin se prepara para este hito lunar, SpaceX continúa su frenética actividad con su cohete Starship, diseñado también para misiones lunares dentro del programa Artemis y futuros viajes a Marte. Ambas compañías, junto a otras como Virgin Galactic y Rocket Lab, están protagonizando una auténtica revolución en el sector aeroespacial.
La misión de VIPER, prevista para mediados de esta década, pretende recorrer varios kilómetros en el polo sur lunar, donde analizará muestras del subsuelo en busca de agua y otros compuestos volátiles. El rover está equipado con una serie de instrumentos científicos de última generación, entre los que destacan TRIDENT (un taladro capaz de perforar hasta un metro de profundidad), el espectrómetro de masas MSolo, el espectrómetro infrarrojo NIRVSS y el sistema de imágenes térmicas NSS. Estas herramientas permitirán a los científicos mapear la distribución del agua helada y comprender mejor los procesos que han dado forma a la superficie y el entorno lunar.
Este esfuerzo se enmarca en la estrategia a largo plazo de la NASA y sus socios internacionales para establecer una presencia humana sostenible en la Luna. El conocimiento detallado de los recursos disponibles será clave para futuras misiones tripuladas, como Artemis III, que planea llevar a la primera mujer y al próximo hombre al polo sur lunar en los próximos años. Además, esta misión servirá de banco de pruebas para tecnologías que serán imprescindibles en la futura exploración de Marte.
La adjudicación a Blue Origin se produce en un contexto de creciente dinamismo en la carrera lunar. China, a través de su programa Chang’e, y Rusia, con su recientemente reactivado programa Luna, también han fijado su atención en el polo sur de la Luna, conscientes de la importancia estratégica y científica que representa esta región.
En Europa, empresas como la española PLD Space avanzan en el desarrollo de lanzadores reutilizables, mientras la ESA (Agencia Espacial Europea) colabora activamente con la NASA en proyectos como el Gateway, la futura estación orbital lunar. Por su parte, la búsqueda y caracterización de exoplanetas continúa acelerándose, con telescopios como el James Webb y misiones como TESS aportando datos cruciales sobre mundos potencialmente habitables más allá del Sistema Solar.
Con el contrato otorgado a Blue Origin para el transporte de VIPER, la NASA consolida su apuesta por una nueva era de colaboración entre agencias públicas y empresas privadas. El éxito de esta misión será determinante para el futuro de la exploración lunar y, por extensión, para el avance de la humanidad en la conquista del espacio.
(Fuente: NASA)

 
							 
							