El Dream Chaser de Sierra Space se prepara para revolucionar la logística de la Estación Espacial Internacional

La carrera por el abastecimiento de la Estación Espacial Internacional (EEI) vivió un hito en 2016 cuando la NASA adjudicó el contrato Commercial Resupply Services-2 (CRS-2) a varias empresas privadas. Entre ellas, Sierra Space, anteriormente conocida como Sierra Nevada Corporation, fue seleccionada para operar vuelos de reabastecimiento utilizando su innovador avión espacial Dream Chaser acompañado del módulo de carga Shooting Star. Este acuerdo, que establecía un mínimo de siete vuelos, marcó un nuevo capítulo en la colaboración público-privada en el ámbito aeroespacial y consolidó el papel de las empresas emergentes y consolidadas en la economía espacial global.
El Dream Chaser: Un diseño inspirado en la historia espacial
El Dream Chaser destaca por su diseño singular. Inspirado en el proyecto HL-20 de la NASA desarrollado en los años 80, este avión espacial recupera el concepto de nave de ala levantada o lifting body, capaz de aterrizar en pistas convencionales como un avión comercial. Esta capacidad le otorga ventajas sobre las cápsulas tradicionales, como Dragon de SpaceX o Cygnus de Northrop Grumman, que requieren amarizar o aterrizar en zonas controladas mediante paracaídas o sistemas propulsivos.
El Dream Chaser mide aproximadamente nueve metros de longitud y está diseñado para transportar hasta 5.5 toneladas de carga presurizada y no presurizada a la EEI. Gracias a su forma aerodinámica y su escudo térmico avanzado, puede realizar reentradas suaves y aterrizajes en pistas como la del Centro Espacial Kennedy o incluso en aeropuertos comerciales adaptados. Este perfil operativo minimiza los esfuerzos de recuperación y reduce el riesgo de daños en experimentos científicos sensibles que regresan a la Tierra.
El módulo Shooting Star: Ampliando la versatilidad
Para incrementar su capacidad de carga y flexibilidad, Sierra Space desarrolló el módulo Shooting Star, un compartimento presurizado que se acopla a la parte trasera del Dream Chaser. Este módulo permite transportar suministros adicionales y, tras su uso, se desacopla y se destruye durante la reentrada atmosférica, eliminando residuos de la estación. La combinación Dream Chaser-Shooting Star puede entregar, además de víveres y repuestos, delicados equipos científicos y experimentos que requieren un retorno seguro a la Tierra.
Evolución de la participación privada en la EEI
La adjudicación del CRS-2 a empresas como Sierra Space, SpaceX y Northrop Grumman supuso una ampliación del modelo iniciado con el CRS original en 2008. Este cambio estratégico buscaba reducir costes para la NASA y fomentar el ecosistema de la industria espacial estadounidense. SpaceX, por su parte, ha consolidado su posición con la cápsula Dragon, que ha realizado decenas de misiones exitosas, algunas de ellas tripuladas bajo el programa Commercial Crew.
Blue Origin, aunque aún no participa directamente en la logística de la EEI, trabaja en el desarrollo de nuevas capacidades orbitales y sistemas de aterrizaje lunar para el programa Artemis. Virgin Galactic, centrada en el turismo suborbital, representa otro enfoque de la nueva economía espacial, mientras que en Europa, la española PLD Space ha logrado hitos recientes con el lanzamiento exitoso de su cohete Miura 1, abriendo la puerta a futuras misiones comerciales y científicas.
El futuro de Dream Chaser y la cooperación internacional
El primer vuelo operacional del Dream Chaser, bautizado como “Tenacity”, está programado para despegar próximamente a bordo de un cohete Vulcan Centaur de United Launch Alliance (ULA). Este vuelo no solo marcará el debut orbital de la nave, sino que también pondrá a prueba su capacidad de entrega y retorno seguro de experimentos y materiales críticos para las investigaciones a bordo de la EEI.
La colaboración entre la NASA y Sierra Space es un ejemplo de cómo la innovación privada puede integrarse en la infraestructura espacial internacional, complementando los esfuerzos de agencias públicas y expandiendo las posibilidades de la investigación científica y tecnológica en microgravedad. A medida que la EEI avanza hacia una mayor apertura a la participación comercial y la futura transición a estaciones espaciales gestionadas por consorcios públicos y privados, sistemas como el Dream Chaser jugarán un papel esencial en garantizar un suministro continuo y eficiente.
El avance de proyectos como Dream Chaser, junto con el desarrollo de nuevos cohetes reutilizables en empresas como SpaceX o Blue Origin, y el éxito de misiones de exploración planetaria y búsqueda de exoplanetas, demuestra que la década actual está definiendo un nuevo paradigma en la exploración y utilización del espacio.
La integración de tecnologías innovadoras y la cooperación entre organismos públicos y empresas privadas aseguran un futuro prometedor para la presencia humana y científica en la órbita terrestre y más allá.
(Fuente: NASA)

 
							 
							