Estrack: Medio Siglo Conectando Europa con el Espacio Profundo

En 2025, la Agencia Espacial Europea (ESA) celebrará el 50 aniversario de Estrack, su emblemática red de estaciones terrestres diseñada para rastrear satélites y servir de puente tecnológico entre Europa y el cosmos. Este medio siglo de operaciones representa no solo una hazaña técnica, sino también un símbolo de la ambición europea en la carrera espacial, consolidando el papel clave de Europa en la exploración y el uso pacífico del espacio.
Estrack, acrónimo de European Space Tracking, nació en 1975 en plena efervescencia de la conquista espacial. En sus inicios, la ESA contaba con apenas unas pocas estaciones de seguimiento, ubicadas estratégicamente para dar cobertura a los primeros satélites europeos. La red se fue expandiendo rápidamente, adaptándose a las necesidades crecientes de las misiones científicas, de observación terrestre y de exploración interplanetaria.
Actualmente, Estrack consta de un entramado de más de una docena de estaciones terrestres repartidas por todo el planeta, desde la base de Cebreros en España hasta las instalaciones de Kourou en la Guayana Francesa, pasando por Kiruna (Suecia), Redu (Bélgica), y las remotas antenas de Malargüe en Argentina y New Norcia en Australia. Esta red global permite mantener contacto permanente con las sondas interplanetarias, misiones a la Estación Espacial Internacional (ISS) y satélites en órbita terrestre baja, media y geoestacionaria.
El corazón de Estrack reside en sus potentes antenas parabólicas, capaces de rastrear y comunicarse con sondas situadas a millones de kilómetros de distancia. Por ejemplo, la antena de Malargüe, de 35 metros de diámetro, es fundamental para misiones al espacio profundo como Mars Express, ExoMars o BepiColombo, transmitiendo datos científicos de gran valor y recibiendo órdenes críticas para la navegación y la operación de los vehículos espaciales.
A lo largo de estas cinco décadas, Estrack ha sido testigo de momentos históricos y misiones pioneras. Fue clave en el éxito de la misión Giotto, que en 1986 se acercó por primera vez al núcleo de un cometa (el Halley), y en el ambicioso aterrizaje del módulo Philae sobre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en 2014, como parte de la misión Rosetta. Además, la red ha prestado soporte a satélites de observación terrestre como Envisat, Sentinel y los satélites meteorológicos Meteosat, contribuyendo así a la vigilancia medioambiental global.
En los últimos años, Estrack se ha adaptado a los desafíos del NewSpace y la creciente colaboración público-privada. La red ha dado soporte a lanzadores privados, como los cohetes Ariane de Arianespace y, más recientemente, a las misiones de empresas emergentes europeas como PLD Space, pionera en el desarrollo de lanzadores reutilizables desde España. Este enfoque colaborativo se extiende a la cooperación internacional, con acuerdos de interconexión con las redes de la NASA, Roscosmos, JAXA (Japón) y la agencia espacial china, multiplicando la eficiencia y la cobertura global para misiones conjuntas.
El avance de la exploración espacial en la próxima década exigirá a Estrack mayores capacidades técnicas. Los planes de la ESA incluyen la actualización de sus antenas para comunicaciones por láser, que permitirán transmitir volúmenes de datos mucho mayores entre la Tierra y el espacio profundo. Además, Estrack jugará un papel central en las futuras misiones a la Luna y Marte, incluida la participación europea en el programa Artemis de la NASA y el desarrollo de la estación lunar Gateway.
En paralelo, la red apoya el estudio y la búsqueda de exoplanetas, proporcionando seguimiento a misiones como CHEOPS y PLATO, dedicadas a la caracterización de planetas fuera del Sistema Solar. El creciente interés por el estudio de exoplanetas y la astrobiología hace aún más relevante el papel de Estrack como enlace entre los científicos y los instrumentos dispersos por el cosmos.
El 50 aniversario de Estrack no solo es motivo de celebración para la ESA, sino un hito para toda la comunidad espacial europea y mundial. Mientras SpaceX y Blue Origin continúan revolucionando el lanzamiento y la reutilización de cohetes, y empresas como Virgin Galactic exploran el turismo suborbital, la infraestructura europea de seguimiento y control consolida su relevancia como columna vertebral de la presencia europea en el espacio.
Con medio siglo de historia y una hoja de ruta claramente orientada hacia los grandes retos del futuro, Estrack se reafirma como el vínculo imprescindible entre la Tierra y las fronteras más alejadas del conocimiento humano. Su evolución tecnológica y su vocación internacional garantizan que Europa seguirá conectada al espacio en los años venideros, liderando la exploración y el desarrollo científico desde una perspectiva colaborativa y sostenible.
(Fuente: ESA)

 
							 
							