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MaiaSpace logra un respaldo financiero clave para su cohete reutilizable Maia

MaiaSpace logra un respaldo financiero clave para su cohete reutilizable Maia

MaiaSpace, la joven filial tecnológica de ArianeGroup centrada en el desarrollo de lanzadores espaciales, ha conseguido asegurar una importante inyección de fondos en 2024. Según documentos públicos presentados en julio, la compañía francesa ha recibido 180 millones de euros en concepto de pagos por adelantado, a los que se suman otros 45 millones de euros provenientes de una aportación de capital directa por parte de su matriz, ArianeGroup.

Este refuerzo financiero se produce en un contexto de creciente competencia internacional en el sector de los lanzadores espaciales, donde empresas como SpaceX, Blue Origin o Virgin Galactic están liderando la transición hacia cohetes parcialmente o totalmente reutilizables, capaces de reducir drásticamente los costes de acceso al espacio.

Nace una nueva generación de lanzadores europeos

MaiaSpace fue fundada en 2021 como una apuesta de ArianeGroup para diversificar su oferta y adaptarse a un mercado en rápida transformación. Su ambición pasa por desarrollar el cohete Maia, un lanzador de dos etapas con una primera etapa completamente reutilizable. El objetivo es ofrecer a Europa una alternativa competitiva frente al dominio estadounidense en el terreno de los lanzamientos comerciales y gubernamentales.

El diseño del Maia se inspira en las lecciones aprendidas de programas pioneros como el Falcon 9 de SpaceX o las pruebas del New Shepard de Blue Origin. La reutilización de la primera etapa se ha convertido en el estándar de la industria para reducir costes y acelerar la cadencia de lanzamientos, algo que Europa aún no ha logrado consolidar. Con Maia, ArianeGroup busca cerrar ese hueco y posicionar al viejo continente en la vanguardia tecnológica espacial.

Detalles técnicos del cohete Maia

Aunque muchos aspectos del diseño permanecen bajo reserva, se sabe que Maia será un cohete de tamaño medio, capaz de colocar cargas útiles en órbitas bajas terrestres (LEO) y sincronizadas con el sol (SSO). La primera etapa, equipada con motores de nueva generación, está pensada para regresar de manera autónoma tras la separación, aterrizando verticalmente gracias a un tren de aterrizaje retráctil y sistemas de control vectorial avanzado, en una maniobra similar a la que popularizó SpaceX.

Se prevé que la carga útil máxima ronde las 1-2 toneladas para LEO, lo que lo situaría como un competidor directo de lanzadores como el Falcon 9 en misiones de menor tamaño o el Electron de Rocket Lab, aunque con la ventaja añadida de la reutilización. Además, MaiaSpace está trabajando en tecnologías de integración rápida y procesos de fabricación avanzados, como la impresión 3D de componentes críticos, para acelerar los plazos de entrega y reducir costes operativos.

Una apuesta estratégica para Europa

La entrada de MaiaSpace en el mercado coincide con un momento especialmente delicado para el sector espacial europeo. El reciente retraso y encarecimiento del Ariane 6, junto con la pérdida de acceso a lanzadores rusos tras la invasión de Ucrania, han dejado a Europa en una posición vulnerable. Por eso, la Comisión Europea y la Agencia Espacial Europea (ESA) han mostrado interés en fomentar iniciativas privadas y colaboraciones público-privadas que permitan recuperar la autonomía de acceso al espacio.

En este sentido, los 180 millones de euros en pagos por adelantado constituyen una señal clara de confianza por parte de clientes institucionales y del sector privado en la viabilidad del proyecto. Estos fondos servirán para financiar las fases críticas de desarrollo, pruebas de motor, integración de sistemas y ensayos de recuperación, elementos clave para demostrar la madurez tecnológica antes de acometer los primeros vuelos de prueba.

El papel de la industria privada frente a SpaceX y Blue Origin

La irrupción de SpaceX, con su política de reutilización y reducción de precios, ha revolucionado el sector y ha obligado al resto de actores a repensar sus estrategias. Blue Origin, por su parte, avanza en el desarrollo de su lanzador New Glenn, también con primeras etapas reutilizables, mientras que compañías emergentes como Rocket Lab o PLD Space (la española que recientemente ha lanzado el Miura 1) apuestan por la innovación en segmentos de menor tamaño.

En este nuevo ecosistema, MaiaSpace representa la respuesta europea a la hegemonía estadounidense, combinando la experiencia industrial de ArianeGroup con la agilidad de una start-up tecnológica. Si el proyecto consigue cumplir sus hitos técnicos y comerciales, podría suponer un punto de inflexión para la industria aeroespacial europea, permitiendo recuperar cuota de mercado y asegurar la independencia estratégica frente a proveedores extranjeros.

Perspectivas de futuro

Se espera que los primeros vuelos de prueba del cohete Maia tengan lugar a mediados de esta década, una vez completadas las fases de validación y certificación. Si el programa avanza según lo previsto y logra demostrar la viabilidad de la recuperación y reutilización, MaiaSpace podría convertirse en el referente europeo en lanzadores medianos reutilizables.

Este nuevo impulso financiero sitúa a MaiaSpace en una posición favorable para afrontar los desafíos tecnológicos que implica competir con gigantes como SpaceX o Blue Origin, y refuerza la apuesta europea por una presencia autónoma y competitiva en el espacio.

(Fuente: European Spaceflight)