SpaceX refuerza su constelación Starlink con el lanzamiento de 28 nuevos satélites

SpaceX continúa ampliando los horizontes de la conectividad global con el inminente lanzamiento de una nueva tanda de satélites Starlink. Esta misión, denominada Starlink 10-59, tiene previsto el despegue desde la plataforma 40 de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, durante una ventana de lanzamiento que se abre a las 06:10 (hora peninsular española, 04:10 UTC). Con este vuelo, la compañía de Elon Musk añadirá 28 satélites más a su creciente megaconstelación, consolidando su posición como actor dominante en el sector de internet por satélite de órbita baja.
La misión 10-59 es una de las múltiples campañas de lanzamiento que SpaceX ha ejecutado este año, siguiendo un ritmo frenético que ha situado a la empresa a la vanguardia de la carrera espacial comercial. Cada satélite Starlink, con un peso aproximado de 260 kilogramos, está equipado con antenas de alta ganancia y propulsores de iones de criptón, permitiendo tanto maniobras orbitales como el ajuste preciso de su posición dentro de la constelación. La arquitectura modular de estos satélites les permite una integración rápida en el Falcon 9, el caballo de batalla reutilizable de SpaceX, que una vez más será protagonista en este lanzamiento.
El objetivo de Starlink es construir una red global capaz de ofrecer acceso a internet de banda ancha en cualquier punto del planeta, especialmente en regiones rurales o remotas donde las infraestructuras terrestres resultan inviables o demasiado costosas. Hasta la fecha, la constelación ya supera los 5.500 satélites operativos en órbita baja terrestre (LEO), según los datos más recientes de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). La meta final de SpaceX es alcanzar y mantener una constelación de hasta 12.000 satélites, con permisos solicitados para expandirla hasta los 42.000 en el futuro.
Esta expansión, sin embargo, no ha estado exenta de polémicas. Astrónomos de todo el mundo han alertado sobre el impacto visual y radioeléctrico de los satélites Starlink, que pueden interferir con las observaciones científicas desde la superficie terrestre. Como respuesta, SpaceX ha implementado soluciones como viseras solares y recubrimientos antirreflectantes en sus satélites de última generación, además de colaborar activamente con la comunidad astronómica internacional para mitigar estos efectos.
En términos técnicos, el Falcon 9 que llevará a cabo la misión 10-59 realizará su tradicional maniobra de recuperación, intentando aterrizar su primera etapa en una plataforma no tripulada en el Atlántico. La reutilización de cohetes, una de las señas de identidad de SpaceX, ha permitido reducir drásticamente los costes de acceso al espacio y acelerar el ritmo de lanzamientos, situando a la empresa norteamericana muy por delante de sus competidores directos.
Mientras SpaceX avanza a toda velocidad, otras compañías y agencias espaciales siguen pisando el acelerador en el sector de los lanzamientos comerciales y las constelaciones de satélites. Blue Origin, el proyecto espacial de Jeff Bezos, continúa desarrollando su cohete New Glenn y trabaja en la puesta en órbita de su propia constelación, Project Kuiper, que prevé competir directamente con Starlink en los próximos años. Por su parte, la NASA mantiene su enfoque en misiones de exploración científica y cooperación internacional, mientras que startups europeas como la española PLD Space ultiman los preparativos para lanzar sus primeros cohetes reutilizables desde la base de El Arenosillo (Huelva).
La proliferación de constelaciones privadas como Starlink y el inminente despliegue de Kuiper plantean retos regulatorios y tecnológicos inéditos. La gestión del “tráfico” espacial, la prevención de la basura orbital y la coordinación internacional para evitar colisiones son asuntos prioritarios tanto en la comunidad científica como en los despachos gubernamentales. La Agencia Espacial Europea (ESA) y organismos como la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Ultraterrestre (UNOOSA) ya han reclamado la adopción de normas globales para garantizar la sostenibilidad del entorno orbital.
En paralelo a estos desarrollos, el interés por la exploración de exoplanetas y la búsqueda de vida fuera del sistema solar sigue creciendo. Misiones como el telescopio espacial James Webb (NASA/ESA/CSA) y el futuro Ariel (ESA), junto con los hallazgos del satélite TESS, están revolucionando nuestro conocimiento sobre sistemas planetarios lejanos y abriendo nuevas posibilidades para la astrobiología.
El lanzamiento de los 28 nuevos satélites Starlink representa un paso más en la transformación del acceso global a internet y en la consolidación de la economía espacial privada. Con cada misión, SpaceX y sus rivales redefinen los límites de lo posible, mientras el mundo observa expectante cómo evoluciona esta nueva era de comunicación y exploración espacial.
(Fuente: Spaceflight Now)
