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Gigantes chinos del espacio, Space Pioneer y Galactic Energy, se preparan para salir a bolsa

Gigantes chinos del espacio, Space Pioneer y Galactic Energy, se preparan para salir a bolsa

El sector espacial chino vive una auténtica efervescencia con el anuncio de que dos de sus empresas privadas más punteras, Space Pioneer y Galactic Energy, avanzan decididamente en sus planes para cotizar en bolsa. Este movimiento se produce en medio de una ola de inversiones en el sector aeroespacial del gigante asiático, que no solo rivaliza con los logros de empresas estadounidenses como SpaceX, Blue Origin o Virgin Galactic, sino que también aspira a consolidar su propio ecosistema de innovación y desarrollo tecnológico.

Space Pioneer, cuyo nombre oficial es Beijing Tianbing Technology Co., y Galactic Energy, ambas fundadas en la segunda mitad de la década pasada, han protagonizado hitos técnicos notables que les han permitido captar la atención de inversores públicos y privados. Mientras que Space Pioneer se ha especializado en el desarrollo de lanzadores reutilizables de combustible líquido, Galactic Energy ha apostado por cohetes sólidos y ha logrado múltiples lanzamientos exitosos al espacio, incluyendo misiones de puesta en órbita de satélites comerciales.

El salto a los mercados de valores no solo supone un importante espaldarazo financiero para estas compañías, sino que marca un cambio de paradigma en la industria espacial china. Tradicionalmente dominada por entidades estatales como la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA), en los últimos años ha emergido un pujante sector privado, alentado por el gobierno de Xi Jinping en su estrategia de convertir a China en una superpotencia del espacio.

El contexto internacional añade presión e incentivos a este fenómeno. SpaceX, la empresa fundada por Elon Musk, ha revolucionado el acceso al espacio con sus cohetes reutilizables Falcon 9 y Falcon Heavy, y está a la vanguardia de la exploración con el desarrollo de Starship, la nave diseñada para misiones a la Luna y Marte. Blue Origin, por su parte, avanza en su propio programa de lanzadores reutilizables con el New Glenn, mientras que Virgin Galactic explora el turismo espacial suborbital. La competencia es feroz, y China no quiere quedarse atrás en la nueva carrera espacial.

Desde el punto de vista técnico, Space Pioneer ha logrado notoriedad gracias a su cohete Tianlong-2, que se convirtió en 2023 en el primer lanzador chino privado de combustible líquido capaz de poner en órbita una carga útil. Este hito la diferencia de otras compañías emergentes, que en su mayoría han optado por cohetes de combustible sólido, más sencillos pero con menor capacidad de reutilización y escalabilidad. La apuesta de Space Pioneer por la reutilización recuerda a la estrategia de SpaceX, cuyo modelo de negocio se basa en la reducción de costes mediante la recuperación y relanzamiento de etapas.

Galactic Energy, por su parte, ha consolidado su posición con el cohete Ceres-1, de combustible sólido, que ha completado con éxito varios lanzamientos comerciales desde 2020. Su hoja de ruta incluye el desarrollo del cohete Pallas-1, de combustible líquido y parcialmente reutilizable, lo que supone una evolución tecnológica significativa y una clara señal de sus ambiciones para competir en el mercado internacional.

El interés de los inversores no es casual. El mercado de los lanzamientos comerciales está en pleno auge, impulsado por la proliferación de satélites de observación, comunicaciones y constelaciones de internet como Starlink, de SpaceX, o Kuiper, de Amazon. China, con su enorme capacidad industrial y su base de talento científico, aspira a captar parte de ese negocio global estimado en decenas de miles de millones de dólares anuales.

Además, la apertura del capital de estas empresas podría facilitar colaboraciones internacionales y acelerar la transferencia de tecnología, aunque no sin ciertas restricciones debido a la geopolítica y la legislación de control de exportaciones. Aun así, el movimiento supone un claro mensaje: el sector espacial chino está dispuesto a competir de tú a tú con las grandes potencias espaciales, tanto en el plano tecnológico como en el financiero.

En paralelo a estos avances empresariales, la CNSA continúa desarrollando ambiciosos programas como la estación espacial Tiangong, misiones lunares con robots y, a medio plazo, la exploración tripulada de Marte. La sinergia entre el sector público y privado parece estar en el centro de la estrategia china para asegurar un papel protagonista en la economía espacial del siglo XXI.

En definitiva, la inminente salida a bolsa de Space Pioneer y Galactic Energy marca un antes y un después para la industria espacial china, que busca consolidarse como un actor global de primer nivel y no limitarse a ser un seguidor en la carrera por la conquista del espacio.

(Fuente: SpaceNews)