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Nuevos trajes espaciales para Artemis: la NASA acelera pruebas ante el desgaste de los trajes de la ISS

Nuevos trajes espaciales para Artemis: la NASA acelera pruebas ante el desgaste de los trajes de la ISS

La exploración lunar vuelve a estar en el punto de mira gracias al ambicioso programa Artemis de la NASA, que prevé devolver a seres humanos a la superficie de la Luna en los próximos años. Mientras la agencia espacial estadounidense y sus socios internacionales intensifican los preparativos para el esperado alunizaje de Artemis III, una cuestión técnica fundamental ha cobrado protagonismo: el estado y la evolución de los trajes espaciales. Los actuales trajes extravehiculares (EVA), utilizados tanto en la Estación Espacial Internacional (ISS) como en misiones anteriores, están evidenciando síntomas de envejecimiento, lo que ha acelerado el desarrollo y las pruebas de los nuevos modelos destinados a la próxima generación de exploradores lunares.

**Un legado con fecha de caducidad**

Los trajes espaciales actualmente en uso en la ISS, conocidos como Unidades de Movilidad Extravehicular (EMU, por sus siglas en inglés), fueron diseñados y fabricados en la década de 1980. Aunque han sido sometidos a múltiples revisiones, reparaciones y mejoras a lo largo de las décadas, la constante exposición a las duras condiciones del espacio —radiación, microgravedad, temperaturas extremas— ha pasado factura a estos sofisticados sistemas vitales.

Recientemente, técnicos y astronautas han reportado problemas recurrentes, como filtraciones de agua en los cascos y desgaste en los sistemas de soporte vital. Estos incidentes, como el protagonizado por Luca Parmitano en 2013 —cuando una fuga de agua en su casco durante una caminata espacial estuvo a punto de costarle la vida—, han disparado las alarmas sobre la fiabilidad y seguridad de los trajes actuales. El mantenimiento de los EMU en órbita se ha vuelto cada vez más complejo y costoso, y las reservas de componentes de repuesto se están agotando, lo que ha impulsado la urgencia de desarrollar alternativas más modernas y seguras.

**El desafío de regresar a la Luna**

El programa Artemis, que marca el regreso de la humanidad a la Luna tras más de medio siglo, requiere trajes espaciales radicalmente distintos a los de la era Apolo. A diferencia de las operaciones en la ISS, donde las actividades extravehiculares se realizan en microgravedad, los astronautas del Artemis III deberán caminar, agacharse y manipular instrumentos en la gravedad lunar, enfrentándose además a la abrasiva y peligrosa regolita lunar, así como a un rango extremo de temperaturas.

Para responder a estos desafíos, la NASA contrató a la empresa Axiom Space, en colaboración con Collins Aerospace, para el desarrollo del nuevo traje xEMU (Exploration Extravehicular Mobility Unit). Este modelo incorpora avances significativos en movilidad articular, protección contra el polvo lunar, sistemas de soporte vital mejorados y una interfaz modular que facilitará su mantenimiento y adaptación a diferentes tipos de astronautas. Además, está diseñado para ser más ligero y flexible, permitiendo una mayor autonomía y reducción de la fatiga durante las actividades extravehiculares.

**Pruebas rigurosas y colaboración internacional**

Durante los últimos meses, la NASA y Axiom Space han llevado a cabo una intensa campaña de pruebas tanto en tierra como en entornos simulados. Los astronautas han ensayado movimientos y tareas en el Neutral Buoyancy Laboratory de Houston —un gigantesco tanque de agua que simula la ingravidez— y en cámaras de vacío donde se recrean las condiciones lunares. Los resultados preliminares están siendo positivos, aunque persisten desafíos técnicos, especialmente en lo referente a la durabilidad de los materiales y la integración de nuevos sistemas de comunicación y sensores biométricos.

Este desarrollo no solo es crucial para Artemis III, sino que sentará las bases para futuras misiones a la Luna, Marte y otros destinos. La colaboración con socios internacionales, como la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), también está permitiendo compartir conocimientos y tecnologías que beneficiarán a la comunidad espacial global.

**El impulso del sector privado y la competencia global**

La iniciativa de la NASA ha servido de catalizador para el resto de la industria aeroespacial. Empresas como SpaceX y Blue Origin, en plena carrera por la conquista de la Luna y Marte, están invirtiendo en el desarrollo de sus propios sistemas de soporte vital y trajes espaciales avanzados. SpaceX, por ejemplo, ha presentado prototipos de trajes para sus misiones tripuladas a bordo de la nave Starship, que aspira a llevar astronautas más allá de la órbita terrestre en los próximos años. Mientras tanto, Blue Origin, que lidera el desarrollo del módulo lunar Blue Moon en colaboración con la NASA, también estudia opciones innovadoras para la protección y movilidad de sus astronautas.

A nivel europeo, la española PLD Space avanza en el sector de lanzadores reutilizables y ya ha manifestado su interés en colaborar en futuras misiones científicas y tecnológicas, mientras Virgin Galactic continúa impulsando el turismo suborbital con el objetivo de democratizar el acceso al espacio.

**Un futuro de exploración y descubrimiento**

El esfuerzo por renovar los trajes espaciales no es solo una cuestión de seguridad, sino una apuesta decidida por el futuro de la exploración humana del espacio. Con la vista puesta en la Luna, Marte y más allá, la conjunción de innovación tecnológica, colaboración internacional y empuje del sector privado permitirá afrontar con garantías los retos de las próximas décadas. El éxito de los nuevos trajes para Artemis será, sin duda, un hito fundamental para continuar desvelando los secretos del cosmos.

(Fuente: NASASpaceflight)