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Alerta en la estación espacial china: China pospone el regreso de la tripulación de Shenzhou-20 ante posible impacto de basura espacial

Alerta en la estación espacial china: China pospone el regreso de la tripulación de Shenzhou-20 ante posible impacto de basura espacial

La agencia espacial china (CNSA) ha decidido retrasar el regreso a la Tierra de los tres astronautas que componen la misión Shenzhou-20, una medida tomada tras detectar la posibilidad de que la nave haya sido alcanzada por restos de basura espacial en órbita. El equipo, que lleva varios meses a bordo de la estación espacial Tiangong, debía regresar en los próximos días, pero la CNSA ha optado por anteponer la seguridad de la tripulación y analizar en profundidad el estado de la cápsula antes de autorizar el reingreso.

Preocupación global por la basura espacial

La preocupación por la basura espacial no es nueva en el ámbito de la exploración orbital. Desde el inicio de la era espacial, la acumulación de objetos inactivos, restos de cohetes y fragmentos de satélites ha ido en aumento en las órbitas bajas de la Tierra. Actualmente, se estima que existen más de 27.000 objetos rastreables, y se sospecha que el número real, sumando fragmentos más pequeños, podría superar el millón.

Este incremento supone una amenaza directa para la seguridad de las misiones tripuladas, tanto públicas como privadas. La NASA y la ESA, así como empresas como SpaceX y Blue Origin, han tenido que realizar en repetidas ocasiones maniobras de evasión para evitar colisiones con basura espacial. La propia Estación Espacial Internacional (ISS) ha registrado múltiples episodios en los que ha sido necesario desplazar la estación para evitar impactos potencialmente catastróficos.

El caso de la Shenzhou-20

La alerta sobre la nave Shenzhou-20 se generó tras la detección de una posible anomalía estructural a bordo, coincidiendo con el paso de un grupo de fragmentos provenientes de una antigua etapa de cohete en desuso. Según fuentes oficiales chinas, los sensores de la estación Tiangong han reportado un posible impacto en una de las secciones no presurizadas del módulo de retorno.

Aunque en principio no se han producido daños críticos ni la vida de la tripulación corre peligro inmediato, los ingenieros de la CNSA han preferido actuar con máxima prudencia. Se están llevando a cabo inspecciones remotas con cámaras y sistemas de diagnóstico para descartar cualquier daño que pudiera comprometer la integridad térmica o estructural de la cápsula durante la reentrada.

El programa espacial chino en contexto

China ha puesto en marcha una ambiciosa hoja de ruta para consolidarse como una de las principales potencias espaciales del mundo. La estación Tiangong, construida en distintos módulos desde 2021, es el centro neurálgico de este plan. El país asiático ha realizado lanzamientos regulares de misiones tripuladas Shenzhou, con rotaciones de tripulación y experimentos científicos en microgravedad.

La misión Shenzhou-20 forma parte de esta dinámica, con tres astronautas (taikonautas) a bordo encargados de realizar experimentos biológicos, tecnológicos y de medicina espacial. El retraso en su regreso pone de manifiesto la importancia de mantener protocolos de seguridad rigurosos en un entorno cada vez más congestionado por el tráfico espacial.

La basura espacial, un reto para todos

El incidente con la Shenzhou-20 recuerda la urgente necesidad de tomar medidas internacionales para mitigar la proliferación de basura espacial. Tanto la NASA como la ESA, junto a la ONU, han impulsado en los últimos años iniciativas para promover el diseño de satélites y cohetes que minimicen la generación de residuos y faciliten su desorbitado controlado.

Empresas privadas como SpaceX también han comenzado a incorporar sistemas de mitigación en sus constelaciones Starlink, diseñando satélites con capacidad de autodestrucción controlada al final de su vida útil. Blue Origin y Virgin Galactic, aunque centrados en el turismo suborbital, han manifestado su preocupación por la gestión del tráfico espacial y la necesidad de establecer normativas claras a nivel global.

El futuro de la exploración espacial y la cooperación internacional

El episodio vivido por la tripulación de la Shenzhou-20 es un recordatorio claro de los desafíos a los que se enfrenta la humanidad en la conquista del espacio. No solo se trata de avanzar en la exploración y la ciencia, sino también de garantizar la seguridad de las personas y los activos en órbita. Con el crecimiento de proyectos tan ambiciosos como el regreso a la Luna a través del programa Artemis de la NASA o el despliegue de estaciones comerciales por parte de SpaceX y Axiom Space, la gestión de la basura espacial se convierte en un asunto prioritario.

Mientras tanto, los tres astronautas chinos permanecerán a bordo de Tiangong a la espera de un diagnóstico definitivo. La CNSA ha subrayado que la salud y la seguridad de la tripulación son la máxima prioridad y que no se autorizará el regreso hasta tener la certeza de que la nave está en óptimas condiciones para afrontar la reentrada.

La experiencia de China en este episodio servirá, sin duda, para reforzar los protocolos de seguridad y subrayar la necesidad de una cooperación internacional más estrecha en la gestión del entorno orbital terrestre.

(Fuente: SpacePolicyOnline.com)