Blue Origin logra autorización especial para lanzar su cohete durante el cierre del gobierno de EE.UU.

En un contexto de gran incertidumbre para la industria aeroespacial estadounidense, Blue Origin, la compañía fundada por Jeff Bezos, ha conseguido un permiso excepcional de la Administración Federal de Aviación (FAA) para llevar a cabo el lanzamiento de su cohete suborbital New Shepard durante las horas diurnas. Esta autorización llega en un momento delicado, ya que la FAA mantiene en vigor una orden de emergencia que restringe las operaciones de lanzamientos comerciales debido al cierre parcial del gobierno federal.
El lanzamiento está programado para un intervalo de 87 minutos, que comenzará a las 20:50 (hora peninsular española, 19:50 UTC), desde las instalaciones de Blue Origin en el oeste de Texas. Se trata de una misión suborbital destinada a continuar las pruebas de la nave New Shepard, un sistema reutilizable diseñado para el turismo espacial y la investigación científica en microgravedad.
El valor de esta excepción concedida a Blue Origin radica en el hecho de que, durante los cierres gubernamentales en Estados Unidos, gran parte de la actividad de agencias como la FAA, la NASA o la NOAA se ve paralizada. Esto genera un cuello de botella en los lanzamientos comerciales y científicos, ya que la emisión de licencias y la gestión del tráfico aéreo espacial quedan suspendidas. Sin embargo, Blue Origin ha logrado argumentar la necesidad de su misión y recibir luz verde, una muestra del creciente peso de las empresas privadas en la nueva era espacial.
Blue Origin y la carrera por el turismo espacial
Desde su fundación en el año 2000, Blue Origin ha apostado por el desarrollo de tecnologías de lanzamiento reutilizables, con el objetivo de abaratar el acceso al espacio. El New Shepard, bautizado así en honor al astronauta Alan Shepard, primer estadounidense en viajar al espacio, es un cohete de una sola etapa con una cápsula presurizada capaz de transportar hasta seis personas.
La primera misión tripulada del New Shepard se llevó a cabo en julio de 2021, y desde entonces la compañía ha realizado varios vuelos exitosos, tanto con pasajeros como con cargas útiles científicas. El sistema es completamente autónomo y tanto el propulsor como la cápsula aterrizan de forma controlada tras cada vuelo, lo que permite su reutilización y reduce los costes de operación.
El vuelo programado en esta ocasión, aunque no se ha confirmado si será tripulado, servirá para validar mejoras en los sistemas de seguridad y comunicaciones, así como para llevar experimentos de investigación en condiciones de microgravedad durante unos pocos minutos.
Impacto del cierre del gobierno en el sector espacial
El actual cierre parcial del gobierno estadounidense ha tenido un impacto significativo en el sector aeroespacial. La NASA, que depende de la financiación federal, ha tenido que suspender proyectos científicos y misiones de seguimiento, mientras que la FAA solo mantiene activos los servicios esenciales, como la gestión de emergencias y ciertas autorizaciones críticas para la seguridad nacional. Esta situación ha generado preocupación en empresas como SpaceX, Blue Origin y Virgin Galactic, que dependen de permisos gubernamentales para su actividad.
SpaceX, por ejemplo, ha tenido que reprogramar algunos de sus lanzamientos y pruebas de la nave Starship en Texas. La compañía de Elon Musk, principal rival de Blue Origin en el sector de lanzamientos reutilizables, también está pendiente de la reanudación de operaciones normales en la FAA para poder avanzar en sus ambiciosos planes de misiones lunares y de transporte de satélites Starlink.
Por su parte, la española PLD Space sigue de cerca la evolución del mercado internacional, ya que los retrasos en lanzamientos estadounidenses pueden abrir oportunidades para nuevos actores europeos. La empresa ilicitana prevé realizar el primer vuelo orbital de su cohete Miura 5 este año desde la Guayana Francesa, un hito para la industria aeroespacial nacional.
El auge de los lanzamientos privados y el futuro de la exploración
La creciente presencia de empresas privadas como Blue Origin, SpaceX y Virgin Galactic está transformando la manera en que el ser humano accede al espacio. Mientras Blue Origin apuesta por el turismo suborbital y la investigación, SpaceX lidera los lanzamientos orbitales y el desarrollo de misiones a la Luna y Marte. Virgin Galactic, por su parte, sigue avanzando en sus vuelos comerciales con el SpaceShipTwo, enfocados también en el turismo y la investigación suborbital.
Paralelamente, las agencias espaciales públicas mantienen su actividad científica, con el reciente descubrimiento de nuevos exoplanetas por parte del telescopio TESS de la NASA y la preparación de misiones a la Luna y Marte. La colaboración entre lo público y lo privado será clave para afrontar los retos de la próxima década, desde la explotación comercial de la órbita baja terrestre hasta la exploración de asteroides y planetas exteriores.
En definitiva, el lanzamiento autorizado de Blue Origin en plena crisis administrativa subraya la importancia estratégica de la industria espacial y anticipa un futuro en el que la cooperación y la competencia entre actores públicos y privados marcarán la pauta de la exploración espacial.
(Fuente: Spaceflight Now)
