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Minerales insólitos en la Luna: Chang’e-6 descubre hematites y maghemita formados por impactos

Minerales insólitos en la Luna: Chang’e-6 descubre hematites y maghemita formados por impactos

El análisis de las muestras recogidas por la misión china Chang’e-6 ha permitido a un equipo internacional de científicos identificar, por primera vez, hematites y maghemita cristalinas creadas por un gran impacto meteórico en el regolito lunar. Este hallazgo, publicado en la revista Science Advances, arroja nueva luz sobre la compleja historia geológica de nuestro satélite y sobre los procesos que han modelado su superficie durante miles de millones de años.

Un viaje histórico al mayor cráter lunar

La misión Chang’e-6, lanzada por la Administración Espacial Nacional China (CNSA) en mayo de 2024, ha sido la primera en traer a la Tierra muestras del hemisferio sur lunar, concretamente del gigantesco cráter South Pole-Aitken (SPA). Este cráter, el mayor y más antiguo conocido en la Luna, se formó hace más de 4.000 millones de años tras un colosal impacto que dejó una huella de más de 2.500 kilómetros de diámetro y hasta 13 kilómetros de profundidad.

El SPA es considerado uno de los enclaves más valiosos para el estudio de la historia temprana del Sistema Solar. Recoger muestras de esta región representa un hito comparable al que supusieron las misiones Apolo de la NASA en los años 60 y 70, que trajeron a la Tierra cerca de 400 kilos de regolito lunar, aunque ninguna de ellas del hemisferio sur ni de las inmediaciones del polo sur.

Cristales forjados en el infierno de un impacto

El grupo de investigación, integrado por especialistas del Instituto de Geoquímica de la Academia China de Ciencias (IGCAS) y la Universidad de Shandong, ha analizado minuciosamente los granos de regolito extraídos por Chang’e-6, empleando técnicas avanzadas como la difracción de rayos X y la microscopía electrónica de transmisión.

Fruto de este trabajo, los científicos han hallado por primera vez hematites y maghemita en forma de cristales bien definidos, y no sólo como fases amorfas o mezclas, como se había detectado anteriormente en la superficie lunar. Ambas son formas de óxido de hierro, pero su presencia cristalina en estos contextos es una prueba inequívoca de que fueron generados por las altísimas presiones y temperaturas provocadas por el impacto que originó el cráter SPA.

La hematites (Fe2O3) es un mineral común en la Tierra, donde suele originarse en presencia de agua líquida y atmósfera rica en oxígeno. Sin embargo, su formación en la Luna, carente de ambos elementos, siempre ha sido un misterio. La maghemita (γ-Fe2O3), por su parte, es una fase metaestable relacionada con la oxidación de minerales ricos en hierro. El hecho de que ambas aparezcan juntas y en estado cristalino en muestras del SPA constituye una evidencia directa de procesos de fusión y recristalización a escala planetaria.

Repercusión para la exploración lunar y marciana

Este descubrimiento no sólo tiene implicaciones para la ciencia lunar, sino que también aporta pistas valiosas para la astrobiología y la exploración de otros cuerpos celestes. En Marte, la presencia de hematites fue uno de los primeros indicios de la existencia pasada de agua líquida, y la NASA seleccionó regiones ricas en este mineral para el aterrizaje de sus rovers Spirit y Opportunity.

Sin embargo, en el caso lunar, la hematites hallada se relaciona directamente con impactos meteoríticos extremos, y no con la acción de agua o viento. Este dato es crucial para interpretar correctamente los resultados de futuras misiones, tanto robóticas como tripuladas, que busquen recursos minerales o intenten reconstruir la evolución atmosférica y superficial de la Luna y otros planetas rocosos.

La “fábrica” de minerales exóticos del Sistema Solar

El hallazgo de Chang’e-6 se suma a una larga lista de descubrimientos recientes que subrayan la importancia de los grandes impactos cósmicos en la formación de minerales exóticos. No sólo en la Luna, sino también en la Tierra y en Marte, estos eventos violentos han dado lugar a condiciones tan extremas que permiten la aparición de minerales y estructuras cristalinas imposibles en otros contextos.

El ejemplo más conocido es la presencia de diamantes y de la rara coesita en el cráter de Chicxulub (México), asociado a la extinción de los dinosaurios. En la Luna, los científicos esperan que futuras misiones —como el Artemis de la NASA o el aterrizaje suborbital del cohete Miura 5 de la española PLD Space— continúen ampliando el catálogo de minerales inéditos y ayuden a reconstruir la historia de los primeros tiempos del Sistema Solar.

Cooperación internacional y perspectivas de futuro

Este avance científico pone de relieve, una vez más, la importancia de la cooperación internacional y el intercambio de muestras entre agencias espaciales. China, con el éxito de la serie Chang’e, se ha sumado al selecto club de potencias capaces de realizar misiones de retorno de muestras, mientras que Estados Unidos, Europa y Japón preparan nuevos proyectos para explorar la Luna, Marte y asteroides cercanos.

En paralelo, empresas privadas como SpaceX y Blue Origin ultiman sus sistemas de lanzamiento reutilizables para abaratar el acceso al espacio, mientras que Virgin Galactic explora el turismo suborbital y la ESA (Agencia Espacial Europea) apuesta por misiones robóticas de prospección y minería lunar. Incluso la española PLD Space, con sus recientes pruebas del Miura 5, sueña con llevar carga científica al entorno lunar en la próxima década.

El hallazgo de hematites y maghemita cristalinas en el SPA subraya que, lejos de ser una roca muerta, la Luna sigue guardando secretos sobre su historia violenta y sobre los procesos que han dado forma a los planetas del Sistema Solar. Cada grano de regolito traído a la Tierra abre una ventana única a los orígenes de nuestro entorno cósmico. (Fuente: SpaceDaily)