La ESA y la startup lituana Astrolight impulsan la primera estación óptica en Groenlandia

En un movimiento estratégico para reforzar las comunicaciones espaciales y garantizar la seguridad de las transmisiones, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la empresa emergente lituana Astrolight han iniciado la construcción de la primera estación terrestre óptica (OGS, por sus siglas en inglés) en Kangerlussuaq, Groenlandia. Este proyecto pionero empleará tecnología láser para establecer enlaces espacio-Tierra significativamente más robustos y seguros que los sistemas de radiofrecuencia (RF) tradicionales, abriendo una nueva etapa en la infraestructura de comunicaciones espaciales europea.
La estación, que se espera esté operativa a lo largo de los próximos meses, forma parte de una tendencia creciente en la industria espacial: la transición hacia comunicaciones ópticas, también conocidas como comunicaciones láser. La principal ventaja de esta tecnología es su capacidad para transmitir grandes volúmenes de datos a velocidades mucho más altas y con menor susceptibilidad a las interferencias electromagnéticas, un punto crítico ante el riesgo creciente de ataques cibernéticos y de piratería de señales.
**El auge de la comunicación óptica en la industria espacial**
Durante décadas, las comunicaciones entre satélites y estaciones terrestres han dependido de las radiofrecuencias, un espectro que, aunque fiable, se encuentra cada vez más saturado por el aumento exponencial de satélites en órbita y dispositivos conectados en la superficie terrestre. Frente a esta limitación, la tecnología láser emerge como una alternativa que no solo amplía la capacidad de transmisión, sino que también mejora la seguridad: los haces láser son extremadamente difíciles de interceptar o interferir, lo que reduce notablemente el riesgo de espionaje o sabotaje.
El proyecto en Groenlandia aspira a convertirse en una piedra angular dentro de la red europea de estaciones ópticas, fundamental para el despliegue de futuras constelaciones de satélites de alto rendimiento. Según representantes de la ESA y de Astrolight, la ubicación en Kangerlussuaq es estratégica: su latitud septentrional permite asegurar enlaces con satélites en órbitas polares, por donde transitan muchas misiones científicas y de observación de la Tierra.
**Historia y contexto: Europa frente a los retos de la nueva era espacial**
La apuesta por la comunicación óptica no es nueva, pero hasta ahora había estado liderada principalmente por potencias como Estados Unidos, a través de iniciativas de la NASA y empresas como SpaceX o Blue Origin. La NASA, por ejemplo, lleva años experimentando con láseres para transmitir datos desde sondas en órbitas lunares y marcianas, logrando tasas de transferencia muy superiores a las de las ondas de radio.
SpaceX, por su parte, ha anunciado que sus satélites Starlink de última generación incorporarán enlaces láser entre satélites para mejorar la cobertura global y reducir la dependencia de estaciones terrestres, una tecnología que ha probado con éxito en diversas misiones. Blue Origin y Virgin Galactic, aunque centrados en el turismo espacial y el desarrollo de cohetes reutilizables, también estudian aplicaciones de comunicación óptica para futuras misiones comerciales y científicas.
En el ámbito europeo, la ESA ha intensificado su apuesta por esta tecnología en los últimos años. Ejemplo de ello es el programa European Data Relay System (EDRS), conocido como “el internet espacial europeo”, que utiliza enlaces láser para transmitir datos científicos y de observación de la Tierra con una latencia mínima. La colaboración con Astrolight refuerza la capacidad tecnológica europea para competir en el exigente mercado global, especialmente frente al empuje de nuevas agencias privadas y startups.
**Astrolight: la innovación lituana al servicio del sector espacial**
Astrolight, fundada en Lituania en 2021, se ha posicionado rápidamente como uno de los actores emergentes más prometedores en el campo de las comunicaciones ópticas. Su tecnología propia de terminales láser para satélites y estaciones terrestres ha despertado el interés de agencias y empresas de todo el mundo, gracias a su capacidad para operar en entornos extremos y con una fiabilidad superior.
La empresa ha destacado que la estación de Groenlandia no solo servirá para satélites de la ESA, sino que estará abierta a la colaboración con misiones comerciales y científicas de terceros países, lo que incrementará la conectividad global y permitirá experimentar con nuevas aplicaciones, desde la transferencia cuántica de datos hasta la comunicación directa con misiones de exploración planetaria y exoplanetas.
**El futuro de las comunicaciones espaciales**
La construcción de la estación óptica en Groenlandia marca un hito significativo para el sector espacial europeo y mundial. Más allá de su importancia técnica, simboliza la transición hacia una infraestructura más segura y eficiente, esencial en un momento en el que la actividad en el espacio crece de forma exponencial y la protección de los datos se convierte en una prioridad.
A medida que más agencias públicas y privadas, como la NASA, SpaceX, Blue Origin, Virgin Galactic y startups innovadoras como PLD Space o Astrolight, apuestan por la comunicación óptica, se dibuja un futuro en el que el intercambio de información en el espacio será más rápido, seguro y resistente a las amenazas.
En definitiva, la estación de Kangerlussuaq puede considerarse el primer eslabón de una red global que transformará las comunicaciones espaciales en la próxima década, consolidando a Europa como un referente en innovación y seguridad espacial. (Fuente: SpaceNews)
