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SmartSky Networks renuncia a bloquear el despliegue de la red 5G aérea de Gogo pese a su victoria legal

SmartSky Networks renuncia a bloquear el despliegue de la red 5G aérea de Gogo pese a su victoria legal

En una sorprendente decisión dentro del sector aeroespacial y de telecomunicaciones, la empresa estadounidense SmartSky Networks ha anunciado que no solicitará una orden judicial para frenar el despliegue de la innovadora red 5G aire-tierra de su rival, Gogo, en todo Estados Unidos. Esta postura llega justo después de que SmartSky obtuviera una victoria legal en un litigio por infracción de patentes vinculado a la tecnología de conectividad aérea, un campo en el que ambas compañías compiten ferozmente.

El litigio, que se ha seguido de cerca tanto en el sector aeroespacial como en el de las telecomunicaciones, giraba en torno al uso de tecnologías patentadas por SmartSky para ofrecer servicios de internet de alta velocidad a bordo de aeronaves comerciales y privadas mediante enlaces aire-tierra. Según la sentencia, Gogo habría infringido varias patentes clave de SmartSky en el desarrollo de su propia red 5G, lo que podría haber supuesto un duro golpe para los planes de expansión de Gogo y un posible punto de inflexión en el mercado de la conectividad en vuelo.

Sin embargo, y pese a tener la posibilidad legal, SmartSky ha optado por no buscar una medida cautelar que obligue a su competidor a detener la implantación de su red 5G sobre territorio estadounidense. Esta decisión ha sido interpretada por analistas del sector como un gesto pragmático, que podría responder tanto a intereses estratégicos a largo plazo como a la complejidad de ejecutar una paralización tecnológica a gran escala en un mercado tan dinámico y competitivo.

La carrera por la conectividad en vuelo no es un fenómeno reciente, pero ha cobrado un nuevo impulso con la llegada de la tecnología 5G. Desde hace décadas, las aerolíneas y los proveedores de servicios han buscado ofrecer a los pasajeros una experiencia de internet a bordo que sea comparable a la de tierra firme. Inicialmente, los sistemas basados en satélites resultaban caros y con una capacidad limitada, pero las tecnologías aire-tierra, como las que ahora despliegan Gogo y SmartSky, han permitido conexiones más rápidas y eficientes, aprovechando redes de torres terrestres que se comunican directamente con las aeronaves.

Gogo, fundada en 1991, es uno de los pioneros y líderes indiscutibles en el ámbito de la conectividad aérea, con miles de aviones equipados con sus sistemas en todo el mundo. Su apuesta por la red 5G aire-tierra promete multiplicar la velocidad y la fiabilidad del acceso a internet en vuelo, permitiendo desde videollamadas hasta streaming en alta definición, un salto de calidad respecto a las generaciones anteriores. Por su parte, SmartSky Networks, nacida en 2011, ha desarrollado una arquitectura propia que también explota las bandas de frecuencia de 2,4 GHz y 2,5 GHz para ofrecer servicios similares, con especial énfasis en la baja latencia y la seguridad de las comunicaciones.

El enfrentamiento judicial entre ambas compañías se enmarca en una tendencia creciente en el sector aeroespacial, donde la innovación tecnológica suele ir acompañada de intensas disputas por la propiedad intelectual. Este fenómeno no es exclusivo de Estados Unidos; en Europa, empresas como la española PLD Space han debido también blindar sus desarrollos ante la competencia internacional, especialmente en nichos emergentes como los lanzadores reutilizables y los servicios comerciales de microlanzadores.

Mientras Gogo continúa con el despliegue nacional de su red 5G, que abarca ya buena parte del espacio aéreo continental estadounidense, otras empresas del sector aeroespacial y de tecnologías avanzadas, como SpaceX y su red Starlink, exploran soluciones alternativas basadas en constelaciones de satélites de órbita baja. La NASA y la ESA, por su parte, colaboran con socios privados para experimentar con sistemas híbridos de conectividad en vuelos comerciales y misiones de exploración, con el objetivo último de garantizar comunicaciones fiables incluso más allá de la atmósfera terrestre.

En este contexto de innovación y competencia global, la decisión de SmartSky de no obstaculizar a su principal rival podría verse como una apuesta por la coexistencia y la competencia tecnológica, en beneficio final de las aerolíneas y los pasajeros. También podría ser una señal de que la compañía confía en la solidez de sus propias soluciones y en su capacidad para captar cuota de mercado sin recurrir a medidas judiciales extremas.

El sector de la conectividad aérea vive, por tanto, un momento crucial, impulsado por el avance de tecnologías como el 5G, el desarrollo de satélites de nueva generación y la creciente demanda de servicios digitales a bordo. Las próximas decisiones estratégicas de empresas como Gogo, SmartSky y los gigantes del sector espacial privado y público determinarán el ritmo y la dirección de los próximos años en este competitivo mercado.

La resolución amistosa de este conflicto legal marca un precedente relevante para la industria, donde la innovación y la protección de la propiedad intelectual deben convivir con la necesidad de avanzar hacia una conectividad aérea universal y de alta calidad.

(Fuente: SpaceNews)