Las sondas de la NASA en Marte logran imágenes inéditas del objeto interestelar 3I/ATLAS
En un hecho sin precedentes para la ciencia planetaria, tres misiones de la NASA ubicadas en Marte han conseguido las imágenes más cercanas jamás tomadas de un objeto interestelar atravesando nuestro sistema solar. Se trata de 3I/ATLAS, el tercer visitante interestelar identificado hasta la fecha, cuya observación está permitiendo a los científicos obtener datos cruciales sobre la naturaleza y el origen de este tipo de cuerpos celestes. La operación, coordinada a comienzos de octubre, ha implicado el esfuerzo combinado de dos orbitadores y el rover Perseverance, todos ellos equipados con sofisticada instrumentación de observación.
El hallazgo y la oportunidad marciana
3I/ATLAS fue detectado por primera vez en 2025 gracias a la red mundial de telescopios automatizados, dentro de la iniciativa ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System). Su trayectoria hiperbólica, imposible de explicar por la gravedad solar, confirmó su origen interestelar, es decir, que proviene de fuera del sistema solar. Desde la detección de ‘Oumuamua en 2017 y el cometa Borisov en 2019, los astrónomos han esperado nuevas oportunidades para estudiar estos viajeros cósmicos, que pueden contener pistas sobre la formación de otros sistemas estelares.
A diferencia de sus predecesores, 3I/ATLAS ofreció una alineación ideal: su paso relativamente próximo a Marte permitió que las naves de la NASA allí desplegadas pudieran observarlo a distancias sin precedentes. El Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), dotado de la potente cámara HiRISE, fue el primero en apuntar hacia el objeto, logrando captar un primer plano de su núcleo. Por su parte, el orbitador MAVEN, dedicado principalmente al estudio de la atmósfera marciana, aprovechó sus instrumentos espectroscópicos para analizar la composición química del objeto mientras cruzaba el campo visual. Finalmente, el rover Perseverance, desde la superficie del cráter Jezero, realizó una serie de capturas con sus cámaras Mastcam-Z, añadiendo una perspectiva única y valiosa.
Tecnología al servicio de la exploración interestelar
La combinación de estos tres puntos de observación ha sido clave para el éxito de la campaña. El MRO, lanzado en 2005, dispone de una de las cámaras más avanzadas enviadas a otro planeta, capaz de distinguir detalles de hasta 30 centímetros desde la órbita marciana. MAVEN, en activo desde 2014, cuenta con espectrómetros diseñados para captar la luz en diferentes longitudes de onda, lo que permite identificar la presencia de moléculas y elementos en el objeto. Perseverance, el rover más avanzado hasta la fecha en la superficie marciana, ha utilizado su sistema óptico para registrar el paso del objeto desde el suelo, logrando así una cobertura completa desde distintos ángulos.
El análisis preliminar de los datos obtenidos revela que 3I/ATLAS presenta una superficie rica en compuestos de carbono y signos de una actividad cometaria moderada, similar a la observada en el cometa Borisov, aunque su núcleo parece ser más compacto y menos volátil. Los espectros recogidos por MAVEN sugieren la presencia de agua helada y moléculas orgánicas complejas, lo que refuerza la hipótesis de que estos objetos pueden ser portadores de material primordial de otros sistemas planetarios.
Contexto histórico y relevancia para la astrobiología
El interés por los objetos interestelares ha crecido exponencialmente desde el descubrimiento de ‘Oumuamua, que generó intensos debates sobre su origen y composición. La posibilidad de estudiar estos cuerpos de cerca, en lugar de depender únicamente de observaciones remotas desde la Tierra, representa un avance considerable. Hasta ahora, las oportunidades habían sido limitadas debido a las trayectorias impredecibles y la velocidad extrema de estos visitantes. La coordinación de las misiones en Marte demuestra la versatilidad y el potencial de la infraestructura robótica desplegada en el planeta rojo.
La información obtenida podría arrojar luz sobre la diversidad de materiales presentes en otros sistemas solares y sobre los procesos de formación planetaria a escala galáctica. Además, la detección de moléculas orgánicas en 3I/ATLAS añade argumentos a favor de la hipótesis de la panspermia, según la cual la vida, o al menos sus precursores químicos, podrían haber llegado a la Tierra a bordo de cometas y asteroides de origen interestelar.
El futuro de la exploración interestelar
A raíz de este éxito, la comunidad internacional está acelerando los planes para futuras misiones de intercepción directa de objetos interestelares. La NASA ya estudia conceptos para sondas de respuesta rápida que puedan lanzarse en cuanto se detecte un nuevo visitante. Proyectos similares están en marcha en agencias como la ESA europea o la emergente PLD Space española, que busca posicionarse como un actor relevante en el transporte de cargas útiles a órbitas interplanetarias.
La observación de 3I/ATLAS desde Marte marca un hito en la exploración espacial, demostrando el valor de tener activos robóticos en varios puntos del sistema solar y abriendo la puerta a nuevas formas de investigación astrofísica y astrobiológica.
(Fuente: SpaceDaily)
