China se prepara para traer muestras de un asteroide en una semana crucial para la exploración espacial

La próxima semana marcará un hito en la exploración espacial, ya que China tiene previsto lanzar su primera misión de retorno de muestras de un asteroide cercano a la Tierra. Esta ambiciosa operación, que se encuadra dentro de una intensa agenda de lanzamientos a nivel mundial, se desarrollará junto a otras misiones destacadas, como los despegues previstos del cohete Electron de Rocket Lab y el Falcon 9 de SpaceX.
El programa espacial chino, gestionado por la CNSA (Administración Nacional del Espacio de China), ha experimentado un crecimiento vertiginoso en la última década. Tras el éxito de las misiones lunares Chang’e y el aterrizaje en Marte con la sonda Tianwen-1, el país asiático se adentra ahora en la exploración de asteroides, siguiendo los pasos de Japón y Estados Unidos.
La sonda elegida para esta misión es la Tianwen-2, cuyo objetivo principal será interceptar y recoger muestras del asteroide 2016 HO3, también conocido como Kamo‘oalewa. Este pequeño cuerpo celeste, de apenas 40-100 metros de diámetro, es una de las cuasi-lunas de la Tierra, es decir, un asteroide que sigue una órbita muy similar a la de nuestro planeta y lo acompaña de manera estable a lo largo de los años.
El lanzamiento de la Tianwen-2 está previsto para esta semana desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Wenchang, en la isla de Hainan. Para alcanzar el asteroide, la nave utilizará un potente cohete Larga Marcha 5, el más grande del arsenal chino, diseñado específicamente para misiones interplanetarias y de carga pesada. La misión plantea un reto técnico considerable, ya que implica no solo llegar al asteroide y posarse sobre su superficie, sino también recolectar material y regresar a la Tierra con las muestras intactas.
El procedimiento previsto incluye la utilización de brazos robóticos para anclarse a la superficie del asteroide, que tiene una gravedad extremadamente baja. Los ingenieros chinos han desarrollado mecanismos de muestreo inspirados en éxitos anteriores, como las misiones Hayabusa y Hayabusa2 de Japón, que lograron traer a la Tierra polvo y fragmentos de los asteroides Itokawa y Ryugu, respectivamente. Además, la NASA también consiguió muestras del asteroide Bennu con la misión OSIRIS-REx, cuyo retorno tuvo lugar en 2023.
El estudio de los asteroides cercanos a la Tierra es fundamental para comprender el origen del Sistema Solar, ya que son restos prácticamente inalterados desde su formación hace más de 4.500 millones de años. Las muestras obtenidas pueden contener información clave sobre la presencia de compuestos orgánicos y agua, elementos esenciales para la formación de la vida.
Pero la semana no estará marcada únicamente por la hazaña china. Rocket Lab, la empresa aeroespacial neozelandesa-estadounidense, se prepara para lanzar una nueva misión con su cohete Electron. Este vehículo, especializado en cargas ligeras y lanzamientos comerciales, despegará desde la península de Mahia, en Nueva Zelanda. El Electron ha consolidado su posición como una opción fiable para satélites pequeños, con más de 40 lanzamientos exitosos que han puesto en órbita más de 170 satélites en los últimos años.
Por su parte, SpaceX continúa con su frenético ritmo de lanzamientos, y en los próximos días pondrá en órbita una nueva remesa de satélites Starlink con un Falcon 9 desde Cabo Cañaveral, Florida. El Falcon 9, conocido por su primera etapa reutilizable, ha revolucionado el acceso al espacio comercial, abaratando costes y multiplicando la frecuencia de misiones. El programa Starlink, destinado a ofrecer Internet de alta velocidad a nivel global, ya cuenta con más de 5.000 satélites en órbita, y la compañía de Elon Musk avanza con paso firme hacia la cobertura total.
En resumen, esta semana supondrá un punto de inflexión en la exploración del espacio profundo, con China a la cabeza de una misión arriesgada y técnicamente desafiante que se suma a la intensa actividad de lanzamientos comerciales. El retorno de muestras de un asteroide cercano por parte de la CNSA podría abrir una nueva era de descubrimientos científicos y consolidar la posición de China como una de las grandes potencias espaciales del siglo XXI.
(Fuente: NASASpaceflight)

 
							