La NASA publica las primeras imágenes ultravioletas de la Tierra y la Luna desde el Carruthers Geocorona Observatory

La exploración espacial ha sumado esta semana un nuevo hito gracias al Carruthers Geocorona Observatory, el más reciente observatorio orbital de la NASA dedicado al estudio de la atmósfera exterior terrestre. El artefacto ha enviado sus primeras imágenes desde el espacio, mostrando una perspectiva inédita de la Tierra y la Luna en el espectro ultravioleta. Estas instantáneas, obtenidas el pasado 17 de noviembre, llegan incluso antes del inicio oficial de la fase científica de la misión, prevista para dentro de varios meses.
El Carruthers Geocorona Observatory (CGO), bautizado en honor al pionero de la astrofísica George Carruthers, tiene como misión observar la geocorona, la capa más externa de la atmósfera terrestre compuesta principalmente de hidrógeno. Se trata de una región apenas explorada, cuyo estudio puede arrojar luz sobre cómo nuestro planeta interactúa con el entorno espacial cercano y, en última instancia, cómo estas interacciones influyen tanto en la habitabilidad terrestre como en la comprensión de atmósferas de exoplanetas.
Las primeras imágenes han demostrado el excelente estado del satélite y sus instrumentos, validando la integridad de los sistemas ópticos y electrónicos tras el despliegue orbital. Las vistas captadas muestran la Tierra y la Luna como nunca antes se habían visto, desvelando detalles en longitud de onda ultravioleta que resultan invisibles para el ojo humano. Este tipo de observación es esencial para analizar la composición y el comportamiento de la geocorona, así como las emisiones de hidrógeno que actúan como “escudo” ante la radiación solar.
El CGO se une así a una larga tradición de observatorios espaciales de la NASA, como el Hubble o el recientemente lanzado James Webb, que han revolucionado la astronomía al captar el cosmos en diferentes rangos del espectro electromagnético. Sin embargo, a diferencia de sus predecesores, el Carruthers está enfocado en nuestro propio planeta y su interacción con el espacio exterior, abriendo una nueva ventana para la ciencia atmosférica y la astrofísica planetaria.
El lanzamiento y el éxito inicial del CGO se inscriben en un contexto de intensa actividad aeroespacial global. SpaceX, liderada por Elon Musk, continúa impulsando el acceso al espacio con su cohete Starship, cuyo objetivo último es habilitar misiones tripuladas a la Luna y Marte; mientras, Blue Origin acelera el desarrollo de su propio sistema de lanzamiento pesado, New Glenn, con vistas a competir en el mercado de lanzamientos comerciales y misiones científicas. Ambas empresas privadas estadounidenses están marcando el ritmo de la nueva carrera espacial, colaborando y compitiendo con agencias públicas en proyectos de exploración y transporte orbital.
En Europa, la española PLD Space ha logrado importantes avances con el lanzamiento de su cohete MIURA 1, el primer lanzador suborbital privado desarrollado íntegramente en España. La empresa alicantina se posiciona como un actor clave en el mercado de pequeños satélites y experimentos científicos, con el objetivo de consolidar una industria aeroespacial nacional capaz de competir en el ámbito internacional.
Por su parte, Virgin Galactic sigue avanzando en su programa de vuelos suborbitales turísticos, consolidando el acceso comercial al espacio para civiles y científicos. Estos vuelos, además de democratizar el acceso al entorno espacial, ofrecen oportunidades únicas para experimentos en microgravedad y observación atmosférica a altitudes inalcanzables para la aviación convencional.
El estudio de la exosfera terrestre y de exoplanetas habitables es una de las prioridades de la NASA y de las agencias espaciales internacionales como la ESA, la CNSA china o la Roscosmos rusa. El Carruthers Geocorona Observatory proporcionará datos clave para comparar la atmósfera terrestre con la de planetas extrasolares, ayudando a interpretar las condiciones de habitabilidad y la presencia de agua o hidrógeno en otras partes del universo.
Estas primeras imágenes ultravioletas de la Tierra y la Luna representan un hito tanto científico como tecnológico, anticipando una fase operativa que se espera revolucione nuestra comprensión de la atmósfera exterior y de los procesos que mantienen la vida en nuestro planeta. El éxito del CGO no solo refuerza el liderazgo de la NASA en la investigación espacial, sino que también subraya la importancia de la colaboración internacional y la innovación tecnológica en el avance del conocimiento humano.
Con el Carruthers Geocorona Observatory, la comunidad científica se prepara para una nueva era de descubrimientos sobre la interacción entre la Tierra y el espacio, que podría tener implicaciones trascendentales en la búsqueda de vida fuera del sistema solar. El espacio, más que nunca, se convierte en el escenario de un futuro lleno de posibilidades para la humanidad. (Fuente: NASA)
