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La NASA impulsa tecnologías de aterrizaje de precisión para misiones tripuladas del futuro

La NASA impulsa tecnologías de aterrizaje de precisión para misiones tripuladas del futuro

El desarrollo de tecnologías avanzadas para la detección de peligros y el aterrizaje de precisión se ha convertido en una prioridad estratégica para la NASA y el resto de la industria aeroespacial internacional. Con la vista puesta en las misiones tripuladas a la Luna, Marte y otros destinos, garantizar que las futuras naves puedan realizar descensos controlados, suaves y seguros en superficies planetarias es un reto técnico de primer orden que involucra desde sensores de última generación hasta inteligencia artificial embarcada.

La Dirección de Misiones de Tecnología Espacial (STMD, por sus siglas en inglés) de la NASA está liderando una iniciativa que apuesta por ensayos frecuentes con distintas plataformas de vuelo. El objetivo es doble: validar en condiciones reales los sistemas de detección de peligros y perfeccionar los algoritmos de aterrizaje autónomo. Esta estrategia de pruebas regulares permite acelerar el ciclo de desarrollo y reducir los riesgos asociados a las misiones tripuladas, donde la seguridad de los astronautas es esencial.

En los últimos años, la NASA ha realizado progresos notables en tecnologías como el sistema LIDAR (Light Detection and Ranging) para cartografiar en tiempo real la topografía del terreno durante la fase de descenso. Este tipo de sensores, combinados con cámaras ópticas de alta resolución y potentes ordenadores de a bordo, son capaces de identificar obstáculos tales como grandes rocas, cráteres o pendientes pronunciadas, permitiendo que la nave ajuste su trayectoria en milisegundos y seleccione la zona más segura para aterrizar.

La colaboración público-privada está resultando clave en este avance tecnológico. SpaceX, por ejemplo, ha revolucionado el sector con su Falcon 9 y su capacidad de aterrizaje vertical, perfeccionando sistemas de control de descenso propulsivo que ya se aplican en la nave Starship, destinada a misiones lunares y marcianas. La reutilización de etapas y la precisión en los aterrizajes de SpaceX han establecido un estándar que otras compañías, como Blue Origin con su cohete New Shepard, están intentando igualar. Blue Origin ha desarrollado sus propios motores BE-3 y BE-4, optimizados para maniobras de aterrizaje suaves, y está trabajando en el módulo lunar Blue Moon, que incorporará tecnologías de navegación autónoma similares a las impulsadas por la NASA.

En Europa, PLD Space, la empresa española pionera en lanzadores reutilizables, ha demostrado también el potencial de la tecnología de aterrizaje controlado. Tras el exitoso lanzamiento de su cohete MIURA 1 en 2023, la compañía anunció que sus futuros vehículos, como el MIURA 5, integrarán sistemas de guiado y aterrizaje autónomo que permitirán la recuperación y reutilización de etapas, contribuyendo tanto a la sostenibilidad como a la reducción de costes.

Virgin Galactic, aunque centrada principalmente en vuelos suborbitales turísticos con su nave SpaceShipTwo, también está desarrollando sistemas de navegación y control avanzados. Estos sistemas, aunque adaptados a un perfil de misión diferente, comparten la necesidad de aterrizajes seguros y precisos, especialmente en vuelos que transportan personas.

A nivel institucional, la NASA ha puesto en marcha programas como el Terrain-Relative Navigation (TRN), ya probado con éxito en la misión Mars 2020 y el rover Perseverance. Este sistema permitió a la nave identificar y evitar automáticamente zonas peligrosas en la superficie marciana, un paso fundamental de cara a futuras misiones tripuladas, donde la autonomía de la nave debe ser máxima debido a los retrasos en las comunicaciones con la Tierra.

Las agencias espaciales de todo el mundo, incluidas la ESA y la CNSA china, están siguiendo esta senda tecnológica, conscientes de que el aterrizaje de precisión será imprescindible para establecer bases permanentes en la Luna o Marte y garantizar el retorno seguro de las tripulaciones.

La continua colaboración entre agencias públicas y empresas privadas está acelerando el desarrollo de estas tecnologías críticas. Los próximos ensayos de vuelo, tanto en entornos terrestres controlados como en futuras misiones lunares no tripuladas, serán determinantes para consolidar los sistemas que permitirán a la humanidad explorar con seguridad nuevos mundos.

El avance en las tecnologías de aterrizaje de precisión no solo representa una garantía de seguridad para las misiones humanas, sino que también abre la puerta a una exploración espacial más ambiciosa y sostenible en el siglo XXI. (Fuente: NASA)