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Blue Origin acelera el desarrollo de sus módulos lunares tripulados y de carga Blue Moon

Blue Origin acelera el desarrollo de sus módulos lunares tripulados y de carga Blue Moon

La carrera por el regreso a la Luna ha cobrado fuerza en los últimos años, y uno de sus protagonistas es Blue Origin, la compañía fundada por Jeff Bezos. Durante el Simposio de Exploración Espacial von Braun 2025, organizado por la American Astronautical Society, el director sénior de espacio civil de la empresa compartió importantes avances técnicos sobre los módulos lunares Blue Moon, tanto en su versión para tripulación como en la destinada al transporte de carga.

Blue Origin, que desde su creación ha apostado por el desarrollo sostenible del espacio, se consolida así como un actor destacado en el programa Artemis de la NASA. El objetivo de Artemis es claro: establecer una presencia humana permanente en la superficie lunar y sentar las bases para futuras misiones a Marte. En este contexto, los módulos Blue Moon desempeñarán un papel esencial en el transporte de astronautas y suministros a la superficie selenita.

Avances técnicos y diseño innovador

El módulo Blue Moon, diseñado para aterrizar con precisión sobre el terreno lunar, ha evolucionado considerablemente desde sus primeras propuestas presentadas en 2019. La versión actual incorpora tecnologías de vanguardia en navegación autónoma y sistemas de aterrizaje, capaces de identificar y evitar obstáculos en tiempo real, lo que supone una mejora significativa respecto a los alunizajes históricos de las misiones Apollo en la década de 1970.

Uno de los elementos más destacados es el motor BE-7, desarrollado íntegramente por Blue Origin. Este motor criogénico utiliza hidrógeno y oxígeno líquidos, lo que ofrece una elevada eficiencia y permite realizar maniobras precisas de descenso y ascenso. El BE-7 ha superado con éxito varias pruebas en banco, acumulando más de 4.000 segundos de funcionamiento, y se perfila como una pieza central en la arquitectura lunar de la compañía.

La variante tripulada del Blue Moon, seleccionada por la NASA para la misión Artemis V, contará con una cabina presurizada capaz de alojar a cuatro astronautas durante su estancia en la superficie lunar. El diseño incluye sistemas avanzados de soporte vital, gestión térmica y protección frente a la radiación, desafíos clave para garantizar la seguridad de la tripulación ante el entorno hostil de la Luna.

En paralelo, la versión de carga del Blue Moon podrá transportar más de 3 toneladas de suministros, vehículos o instrumentos científicos. Esta modularidad permitirá desplegar infraestructuras básicas para futuras bases lunares, como hábitats, paneles solares o experimentos científicos, impulsando la exploración robótica y humana de nuestro satélite natural.

Competencia global y colaboración internacional

El desarrollo de los módulos Blue Moon se produce en un contexto de creciente competencia internacional. SpaceX, principal rival de Blue Origin, avanza en su propio sistema de aterrizaje lunar basado en la nave Starship, seleccionada por la NASA para las misiones Artemis III y IV. La Starship, con capacidad para transportar hasta 100 toneladas, representa una apuesta por la reutilización y la alta capacidad logística, mientras que Blue Moon ofrece una alternativa más compacta y enfocada en la precisión del alunizaje.

Por su parte, la NASA mantiene una estrategia de colaboración público-privada, favoreciendo la competencia entre empresas para acelerar el desarrollo tecnológico y reducir costes. Además de Blue Origin y SpaceX, compañías como Dynetics y Axiom Space también han presentado propuestas para sistemas de aterrizaje lunar, ampliando el abanico de opciones disponibles para la agencia estadounidense.

Europa también observa con interés estos avances. Empresas como Airbus o Thales Alenia Space exploran alianzas con socios estadounidenses para participar en futuras misiones, mientras que la española PLD Space continúa desarrollando lanzadores suborbitales y prepara su salto a la órbita baja. En el ámbito científico, el descubrimiento de exoplanetas y el estudio de sus atmósferas mediante telescopios espaciales, como el James Webb de la NASA y la ESA, mantienen la atención sobre la exploración más allá del sistema solar.

Retos futuros y perspectivas

El éxito de los módulos Blue Moon dependerá de superar una serie de retos técnicos y financieros. Las pruebas en tierra y las futuras misiones de demostración serán cruciales para validar los sistemas de propulsión, navegación y soporte vital. Blue Origin ha anunciado que espera realizar vuelos de prueba no tripulados antes de 2027, con el objetivo de estar plenamente operativos para las misiones tripuladas de Artemis a finales de esta década.

El impulso de la industria privada, sumado al apoyo institucional de la NASA y la colaboración internacional, abre una nueva era en la exploración lunar. Más allá del retorno a la superficie de la Luna, estos desarrollos sentarán las bases para misiones más ambiciosas, como la exploración tripulada de Marte o el establecimiento de hábitats permanentes en otros cuerpos celestes.

En definitiva, Blue Origin redobla su apuesta por la Luna con los módulos Blue Moon, consolidando su papel en la nueva era de la exploración espacial y acercando cada vez más el sueño de una presencia humana sostenible más allá de la Tierra.

(Fuente: Spaceflight Now)