Blue Origin logra el aterrizaje de su primer propulsor en barcaza y consolida su liderazgo en 2025

El sector aeroespacial privado ha vivido un nuevo hito en 2025 de la mano de Blue Origin, la empresa fundada por el magnate Jeff Bezos. La compañía norteamericana, que compite de forma directa con SpaceX y otras firmas emergentes, ha conseguido ejecutar con éxito dos misiones orbitales en lo que va de año, coronando estos lanzamientos con el aterrizaje, por primera vez en su historia, de un propulsor reutilizable sobre una barcaza en alta mar.
Este logro técnico representa un paso adelante en la estrategia de Blue Origin para abaratar y hacer más sostenibles los vuelos espaciales, una ambición compartida por otros actores como SpaceX, que desde hace años lidera el sector de lanzadores reutilizables con su familia Falcon. Sin embargo, hasta ahora Blue Origin había optado por aterrizajes en tierra firme, principalmente en sus instalaciones de Texas, con el cohete New Shepard —utilizado para vuelos suborbitales tripulados y científicos—. Con la llegada del New Glenn, el gran lanzador orbital pesado de la empresa, la recuperación de la primera etapa se vuelve imprescindible para la viabilidad económica de la compañía.
El primer hito relevante de este 2025 para Blue Origin tuvo lugar a comienzos de año, cuando el New Glenn despegó desde el complejo SLC-36 de Cabo Cañaveral transportando una carga comercial a órbita geoestacionaria. El vuelo transcurrió sin contratiempos y el propulsor, equipado con motores BE-4 de metano y oxígeno líquido, ejecutó una maniobra de retropropulsión y frenado para regresar controladamente sobre la barcaza «Jacklyn», situada a varios cientos de kilómetros de la costa atlántica. El aterrizaje, transmitido en directo, fue celebrado como un avance fundamental para la empresa, que llevaba años persiguiendo este objetivo y que ahora puede competir en igualdad de condiciones con su principal rival, SpaceX.
La segunda misión, realizada en primavera, consolidó la fiabilidad del sistema. La reutilización de etapas ya no es solo una promesa, sino una realidad técnica que permite reducir los costes de acceso al espacio y multiplicar la frecuencia de lanzamientos. Blue Origin, que en años anteriores había sufrido retrasos en el desarrollo de sus motores y cohetes, ha logrado así recuperar parte del terreno perdido frente a SpaceX, cuya experiencia con los Falcon 9 y Falcon Heavy le ha permitido dominar el mercado de lanzamientos comerciales y gubernamentales, incluidos los contratos con la NASA y agencias europeas.
El contexto histórico de estos avances es fundamental. La reutilización de cohetes, una idea largamente perseguida desde los tiempos del transbordador espacial estadounidense, ha demostrado su viabilidad gracias a la conjunción de nuevas tecnologías, materiales avanzados y sofisticados sistemas de guiado y control. Blue Origin, bajo el liderazgo de Bezos, ha invertido fuertemente en el desarrollo de motores eficientes y robustos (como el BE-4 y el BE-3) y en la creación de plataformas de aterrizaje marítimas capaces de soportar las enormes cargas dinámicas del retorno de los propulsores.
En paralelo, el sector espacial global sigue vibrando con otras noticias de calado. SpaceX, por su parte, está inmersa en nuevas pruebas de su lanzador superpesado Starship, que aspira a convertirse en la piedra angular de la exploración lunar y marciana, mientras que la NASA avanza en su programa Artemis para devolver astronautas a la superficie de la Luna, con un calendario que prevé hitos importantes este mismo año. En Europa, PLD Space continúa con el desarrollo del Miura 5, su cohete orbital reutilizable, tras el éxito del Miura 1 en vuelos suborbitales, y se posiciona como la gran esperanza del acceso al espacio desde el viejo continente.
Asimismo, la búsqueda y caracterización de exoplanetas sigue siendo un campo de enorme dinamismo, con misiones como TESS y el telescopio James Webb descubriendo y analizando mundos lejanos con potencial para albergar vida. Virgin Galactic, tras superar obstáculos técnicos y financieros, ha retomado sus vuelos suborbitales para turistas espaciales, consolidando el incipiente sector del turismo espacial.
El éxito reciente de Blue Origin supone, por tanto, un nuevo capítulo en la carrera por democratizar el acceso al espacio y explorar el cosmos de forma más sostenible y eficiente. La competencia entre empresas privadas está acelerando innovaciones que, hasta hace poco, parecían inalcanzables y que ahora son parte del día a día de la astronáutica moderna. Con la recuperación de su primer propulsor en barcaza, Blue Origin se consolida como un actor clave en la nueva era espacial.
(Fuente: Spaceflight Now)
