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Desafío y avance en la nueva era de cohetes reutilizables: China analiza la prueba inaugural del Zhuque-3

Desafío y avance en la nueva era de cohetes reutilizables: China analiza la prueba inaugural del Zhuque-3

El panorama global de la exploración espacial ha vivido un nuevo hito con el reciente vuelo inaugural del Zhuque-3 (ZQ 3), un cohete de nueva generación desarrollado por la empresa privada china LandSpace. El lanzamiento, realizado desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, supone un paso decisivo para China en la carrera por los lanzadores reutilizables, aunque no estuvo exento de desafíos: el propulsor principal, tras completar su cometido, se perdió durante el intento de recuperación, mientras que la etapa superior logró su objetivo y alcanzó la órbita prevista.

La misión del Zhuque-3 está siendo ahora objeto de un exhaustivo análisis técnico por parte de los ingenieros de LandSpace, que buscan identificar las causas de la pérdida del propulsor. Este revés no eclipsa, sin embargo, el logro fundamental que representa este vuelo: es la primera vez que China prueba en órbita un lanzador construido en acero inoxidable y propulsado por metano, una combinación que hasta ahora solo había sido explorada por empresas estadounidenses como SpaceX y Blue Origin.

Tecnología pionera: acero inoxidable y metano

El empleo de metano como combustible y acero inoxidable como material principal en el fuselaje distingue al Zhuque-3 de la mayoría de cohetes tradicionales, que suelen utilizar queroseno y aluminio o aleaciones ligeras. El metano, además de ser más limpio y eficiente, permite una mayor facilidad de reutilización de los motores, al dejar menos residuos de combustión. El acero inoxidable, por su parte, ofrece una resistencia térmica y estructural superior durante la reentrada atmosférica, aunque implica un mayor peso, lo que exige avances en la eficiencia de los motores y optimización de la estructura.

Esta tendencia fue inaugurada por SpaceX con su Starship, que ha revolucionado la industria al apostar por la fabricación de sus naves en acero inoxidable y el uso de metano líquido y oxígeno líquido (methalox). Blue Origin, la compañía fundada por Jeff Bezos, también desarrolla su lanzador New Glenn con tecnologías similares, aunque con diferencias en escala y diseño general.

De China al mundo: el auge de las empresas privadas

LandSpace, fundada en 2015, es una de las principales empresas privadas emergentes del sector aeroespacial chino, junto a otras como iSpace y Galactic Energy. Estos actores están impulsando la transición del país asiático hacia un modelo mixto, donde la iniciativa privada complementa el histórico liderazgo de la agencia estatal CNSA (Administración Nacional del Espacio de China). El Zhuque-3 representa su apuesta más ambiciosa: un cohete capaz de competir, en el futuro, con los Falcon 9 y Starship de SpaceX o el New Glenn de Blue Origin, tanto en capacidad de carga como en reutilización.

El vuelo inaugural de Zhuque-3, pese a la pérdida del propulsor, se suma a los esfuerzos internacionales por reducir los costes de acceso al espacio mediante la reutilización, una estrategia que ha transformado el negocio de los lanzamientos en la última década. SpaceX lidera actualmente este campo, con más de 300 lanzamientos exitosos y decenas de recuperaciones de sus etapas Falcon 9 y Falcon Heavy. Blue Origin, aunque con menos vuelos orbitales, también ha logrado recuperar varias veces su propulsor suborbital New Shepard y avanza hacia la certificación de New Glenn.

Contexto internacional: Europa y el auge de los pequeños lanzadores

Mientras tanto, Europa también avanza en el desarrollo de lanzadores reutilizables y tecnologías limpias. La española PLD Space ha realizado pruebas exitosas de su cohete MIURA 1 y trabaja en el desarrollo del MIURA 5, cuya meta es lograr la reutilización total para lanzamientos comerciales de pequeños satélites. En Reino Unido, Virgin Galactic y Virgin Orbit han impulsado nuevos conceptos de acceso al espacio, aunque con distinta fortuna: Virgin Galactic se centra en el turismo suborbital, mientras que Virgin Orbit suspendió recientemente sus operaciones tras varios fallos en lanzamientos a órbita baja.

Los lanzadores reutilizables se consideran esenciales para el futuro de la exploración y explotación comercial del espacio, permitiendo reducir costes, aumentar la frecuencia de lanzamientos y minimizar el impacto ambiental. Los avances en metano y acero inoxidable abren la puerta a misiones más ambiciosas, incluyendo el transporte de grandes cargas, estaciones espaciales privadas y, en el largo plazo, vuelos interplanetarios.

Perspectivas y próximos pasos

El análisis en curso del vuelo del Zhuque-3 será clave para la evolución del programa. LandSpace deberá identificar y corregir las causas de la pérdida del propulsor, pero la experiencia acumulada posiciona a la empresa —y a China— como actores relevantes en la nueva generación de lanzadores comerciales. Se prevén futuras misiones de prueba y mejoras en los sistemas de guiado, propulsión y recuperación, con el objetivo de lograr la plena reutilización de los cohetes y su certificación para vuelos comerciales.

El vuelo del Zhuque-3 marca así un nuevo capítulo en la competencia global por el acceso eficiente y sostenible al espacio, con empresas chinas, europeas y estadounidenses avanzando en paralelo hacia una era en la que la reutilización y la innovación técnica serán la norma.

(Fuente: SpaceDaily)