El primer lanzamiento del Ariane 64 se retrasa a 2026, aplazando la nueva era de Europa en el espacio
La industria aeroespacial europea ha recibido un nuevo revés con la confirmación oficial de Arianespace: el esperado vuelo inaugural del Ariane 64, la configuración más potente del nuevo lanzador Ariane 6, se pospone hasta 2026. Este anuncio supone un nuevo retraso en el calendario ya revisado del emblemático programa de cohetes europeo, un ambicioso proyecto que busca devolver a Europa la independencia plena en el acceso al espacio tras la jubilación del Ariane 5 en 2023.
El Ariane 6 es el sucesor de la exitosa familia de cohetes Ariane, que durante décadas ha sido el pilar fundamental de los lanzamientos comerciales y científicos europeos. La variante Ariane 64, equipada con cuatro propulsores laterales de combustible sólido, está diseñada para competir en el exigente mercado de lanzamientos de satélites geoestacionarios y misiones institucionales, un segmento donde SpaceX, con su familia Falcon, y recientemente Blue Origin con el New Glenn, han ganado una ventaja considerable.
El desarrollo del Ariane 6 está liderado por la Agencia Espacial Europea (ESA) en colaboración con Arianespace y la industria aeroespacial del continente, incluidos gigantes como Airbus y Safran. Su objetivo es ofrecer fiabilidad, flexibilidad y, sobre todo, precios más competitivos frente a la feroz competencia internacional. La configuración Ariane 64, gracias a sus cuatro aceleradores sólidos, será capaz de colocar hasta 11,5 toneladas en órbita de transferencia geoestacionaria, superando ampliamente las capacidades previas del Ariane 5.
Sin embargo, desde el inicio del programa, Ariane 6 ha sufrido varios contratiempos técnicos y logísticos, que han ido acumulando retrasos. El primer vuelo de la versión básica, Ariane 62, con dos propulsores laterales, está previsto para julio de 2024, pero el salto a la versión cuádruple, esencial para misiones de alto tonelaje y cargas dobles, se ha visto nuevamente pospuesto, según confirma la propia Arianespace.
Este nuevo retraso se produce en un contexto especialmente delicado para el sector espacial europeo. Europa se encuentra actualmente sin acceso autónomo al espacio para cargas pesadas, dependiendo de lanzadores extranjeros o de empresas privadas como SpaceX, que recientemente ha logrado hitos históricos con el despegue y recuperación de la nave Starship, consolidando su dominio en lanzamientos comerciales y de exploración. Mientras tanto, Blue Origin avanza en las pruebas del New Glenn, y Virgin Galactic sigue expandiendo su turismo espacial suborbital.
Frente a estos avances, el retraso del Ariane 64 complica la posición competitiva de Europa y plantea interrogantes sobre su capacidad para mantener una presencia significativa en el mercado global. La situación se agrava por la falta de alternativas inmediatas: la reutilización de lanzadores, que ha revolucionado la industria gracias a SpaceX, aún está lejos del horizonte para los programas europeos.
No obstante, el sector espacial europeo no se queda de brazos cruzados. Empresas emergentes como PLD Space, con sede en España, están desarrollando soluciones innovadoras en el campo de los lanzadores ligeros reutilizables, como el cohete Miura 5, que realizó con éxito sus primeras pruebas y prevé su debut en los próximos años. A nivel internacional, la NASA continúa avanzando en la exploración lunar con el programa Artemis y la búsqueda de exoplanetas con misiones como TESS y el telescopio James Webb, mientras que China y la India consolidan sus propios programas lanzadores y misiones científicas.
El retraso del Ariane 64, aunque supone un revés para la ambición europea, también subraya la complejidad técnica de desarrollar un lanzador de nueva generación capaz de operar en un mercado tan competitivo. La ESA y Arianespace insisten en que la prioridad es garantizar la fiabilidad y seguridad del Ariane 6 antes de su entrada en servicio comercial, evitando los riesgos asociados a una puesta en marcha apresurada.
En definitiva, el panorama espacial global está experimentando una transformación profunda, impulsada por la innovación privada y el auge de nuevos actores. Europa, con el Ariane 6 y su futura versión Ariane 64, aspira a recuperar su estatus como potencia espacial, aunque el camino será más largo de lo esperado. El primer vuelo del Ariane 64 en 2026 marcará un hito decisivo para el futuro de la industria aeroespacial europea.
(Fuente: SpaceNews)