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El pulmón verde de Europa pierde fuerza: los bosques europeos, en declive como sumideros de carbono

El pulmón verde de Europa pierde fuerza: los bosques europeos, en declive como sumideros de carbono

Europa, tradicionalmente considerada un bastión de bosques frondosos y bien gestionados, enfrenta un reto ambiental de dimensiones crecientes. Un estudio puntero liderado por el Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea ha revelado un descenso preocupante en la capacidad de los bosques del continente para absorber dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera durante la última década. Este hallazgo tiene implicaciones directas para la lucha contra el cambio climático y para los compromisos internacionales de neutralidad de carbono asumidos por la Unión Europea.

**El papel fundamental de los bosques europeos**

Los bosques europeos cubren aproximadamente el 38% de la superficie continental, abarcando más de 180 millones de hectáreas. Estos ecosistemas actúan como sumideros de carbono, absorbiendo anualmente alrededor del 10% de las emisiones totales de CO₂ generadas en Europa. Desde los extensos pinares boreales de Escandinavia hasta los hayedos de la Península Ibérica, el balance neto de carbono almacenado en la biomasa, el suelo y la hojarasca ha sido durante décadas uno de los pilares de la estrategia climática europea.

**Una tendencia preocupante: sumideros en retroceso**

El informe elaborado por el JRC, tras analizar datos satelitales, inventarios forestales y modelos climáticos, apunta a una disminución progresiva de la capacidad de los bosques para asimilar CO₂ desde 2010. Mientras que en la primera década del siglo XXI los bosques europeos capturaban cerca de 400 millones de toneladas de CO₂ anuales, las cifras más recientes muestran un descenso significativo, situándose por debajo de los 300 millones de toneladas.

Las causas de este fenómeno son múltiples y complejas. Entre los factores más determinantes destacan:

– **Maduración de los bosques**: Muchos de los bosques plantados tras la Segunda Guerra Mundial han alcanzado su madurez, lo que implica una reducción natural en la tasa de crecimiento y, por ende, en la capacidad de absorción neta de CO₂.
– **Incremento de las talas y la demanda de biomasa**: El auge de las energías renovables ha disparado el uso de biomasa forestal, lo que ha incrementado la presión sobre los bosques.
– **Efectos del cambio climático**: Las olas de calor, sequías, plagas y tormentas han dañado grandes extensiones forestales, debilitando su salud y capacidad de captación de carbono.
– **Incendios forestales**: Aunque Europa cuenta con avanzados sistemas de prevención y extinción, la superficie anual quemada sigue siendo considerable, especialmente en el sur del continente.

**Consecuencias para la política climática europea**

El descenso en la eficiencia de los bosques como sumideros de carbono pone en entredicho la viabilidad de alcanzar los objetivos climáticos fijados en el Pacto Verde Europeo y el Acuerdo de París. La estrategia comunitaria se basaba en parte en la capacidad de los bosques para compensar las emisiones residuales de sectores difíciles de descarbonizar, como la agricultura o el transporte aéreo.

Expertos del JRC advierten que, si no se revierte esta tendencia, Europa deberá redoblar sus esfuerzos en la reducción directa de emisiones o buscar nuevas soluciones tecnológicas para la captura y almacenamiento de carbono. Asimismo, subrayan la importancia de mejorar la gestión forestal, fomentar la resiliencia frente al cambio climático y potenciar la restauración de ecosistemas degradados.

**Perspectiva internacional y respuestas tecnológicas**

El desafío europeo se enmarca en un contexto global en el que la ciencia y la tecnología espacial desempeñan un papel esencial en el monitoreo y protección de los sumideros de carbono. Agencias como la NASA y la ESA han desplegado satélites de última generación, como el Sentinel-2 y el GEDI, que permiten cartografiar la biomasa forestal con una precisión inédita y detectar cambios sutiles en la salud de los bosques.

En paralelo, empresas privadas como SpaceX y Blue Origin, tradicionalmente vinculadas al sector aeroespacial, exploran nuevas aplicaciones de la teledetección satelital y el análisis masivo de datos para apoyar la gestión sostenible de los recursos naturales. La colaboración entre agencias públicas, startups tecnológicas y centros de investigación europeos es percibida como clave para anticipar los riesgos, diseñar políticas más efectivas y garantizar el cumplimiento de los compromisos ambientales.

**Hacia un futuro más verde y resiliente**

La situación de los bosques europeos es un recordatorio de que la lucha contra el cambio climático requiere una vigilancia constante y una adaptación ágil de las estrategias. La restauración ecológica, la diversificación de especies, la reducción de emisiones y el uso inteligente de las tecnologías espaciales se perfilan como los caminos más prometedores para recuperar la función de los bosques como pulmones de Europa.

El informe del JRC llama a actuar con urgencia, advirtiendo que la ventana de oportunidad para revertir la tendencia se está cerrando. El futuro del clima europeo, y en buena medida global, depende de cómo se gestionen estos valiosos recursos naturales en los próximos años.

(Fuente: ESA)