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Empresas privadas financiarán modernización de bases espaciales estadounidenses bajo contrato de 4.000 millones de dólares

Empresas privadas financiarán modernización de bases espaciales estadounidenses bajo contrato de 4.000 millones de dólares

La carrera espacial comercial da un nuevo paso en Estados Unidos con la adjudicación de un contrato multimillonario destinado a modernizar las principales infraestructuras de lanzamiento del país. Jacobs Technology, una de las principales empresas de ingeniería y servicios técnicos en el sector aeroespacial, ha sido seleccionada para liderar la actualización y el mantenimiento de las instalaciones de lanzamiento tanto en la Costa Este como en la Costa Oeste, bajo un acuerdo marco valorado en 4.000 millones de dólares.

Este contrato supone una colaboración sin precedentes entre la Fuerza Espacial de Estados Unidos y el sector privado, en la que compañías comerciales que operan lanzamientos, como SpaceX, Blue Origin y United Launch Alliance, contribuirán directamente a los costes de mejora y mantenimiento de las infraestructuras de lanzamiento. La lógica detrás de esta medida responde al espectacular auge de la actividad espacial comercial en los últimos años, que ha llevado las capacidades de las bases espaciales estadounidenses —especialmente Cabo Cañaveral (Florida) y la Base de Vandenberg (California)— al límite de su capacidad operativa.

La adjudicación a Jacobs Technology incluye la prestación de servicios de ingeniería, operaciones, mantenimiento e integración de sistemas en ambos litorales, cubriendo desde la modernización de plataformas y sistemas eléctricos hasta la gestión de la seguridad y la protección ambiental. El contrato tiene una vigencia de 10 años, durante los cuales se espera que las instalaciones estén preparadas para soportar una cadencia de lanzamientos sin precedentes.

La creciente demanda de lanzamientos de satélites comerciales, misiones gubernamentales y proyectos de constelaciones de órbita baja ha impulsado la necesidad de adaptar las infraestructuras a los nuevos requisitos técnicos y logísticos. Empresas como SpaceX, con su programa Starlink y la familia de cohetes Falcon, han incrementado notablemente la frecuencia de lanzamientos desde Florida, mientras que Blue Origin y United Launch Alliance se preparan para la entrada en servicio de nuevos vehículos reutilizables y tecnologías avanzadas.

En paralelo, este acuerdo representa un cambio de paradigma en la gestión de las bases espaciales estadounidenses: por primera vez, las empresas privadas que utilizan las instalaciones participarán directamente en la financiación de las mejoras necesarias para mantener la competitividad del sector aeroespacial estadounidense frente a rivales internacionales. Hasta ahora, la mayor parte de la inversión en infraestructuras recaía sobre el presupuesto público, lo que limitaba la agilidad para responder a las demandas cambiantes del sector.

La iniciativa cuenta con el respaldo de la NASA, que también se beneficiará de la modernización de las infraestructuras compartidas, y podría servir de modelo para futuras colaboraciones público-privadas en otros países. En Europa, por ejemplo, la española PLD Space ha abogado por una mayor implicación del sector privado en el desarrollo de infraestructuras de lanzamiento, especialmente tras el éxito de su primer cohete MIURA 1 y los planes para el desarrollo del MIURA 5 en Huelva.

Por su parte, Virgin Galactic, dedicada al turismo suborbital, observa con atención estos movimientos, dado que la flexibilidad y la capacidad de las infraestructuras terrestres son factores clave para el desarrollo de su actividad comercial a gran escala.

Históricamente, las bases espaciales de Estados Unidos han estado gestionadas por el gobierno, con un acceso limitado para actores privados. Sin embargo, la irrupción de compañías como SpaceX —que ya ha superado las 60 misiones orbitales en un solo año— y el rápido desarrollo de nuevas tecnologías han obligado a replantear el modelo de gestión y financiación. El contrato con Jacobs Technology marca así el inicio de una nueva etapa, en la que la colaboración estrecha entre las agencias gubernamentales y las empresas privadas será fundamental para mantener el liderazgo estadounidense en el ámbito espacial.

La modernización de las infraestructuras no solo permitirá aumentar el ritmo de lanzamientos, sino que también mejorará la eficiencia en la integración de cargas útiles, la seguridad y la sostenibilidad ambiental, aspectos cada vez más relevantes en la industria espacial global.

Con este acuerdo, Estados Unidos refuerza su apuesta por el sector espacial comercial y marca el camino hacia una cooperación más estrecha entre lo público y lo privado en la exploración y explotación del espacio. (Fuente: SpaceNews)