Europa acelera la búsqueda de su próximo cohete: la ESA seleccionará pronto a los finalistas del European Launcher Challenge

La Agencia Espacial Europea (ESA) se encuentra en la fase final de selección de los proyectos que competirán por definir el futuro de los lanzadores espaciales europeos. El European Launcher Challenge, anunciado a principios de este año, busca impulsar la creación de nuevos vehículos de lanzamiento desarrollados por empresas privadas del continente, en un intento por reducir la dependencia de proveedores externos y reforzar la autonomía estratégica de Europa en el acceso al espacio.
El contexto: la crisis de lanzadores en Europa
Europa atraviesa un momento especialmente delicado en materia de acceso independiente al espacio. La retirada del Ariane 5 en 2023, los continuos retrasos del Ariane 6 —el nuevo buque insignia de la ESA cuyo vuelo inaugural se espera finalmente para julio de 2024— y la reciente indisponibilidad del cohete ruso Soyuz tras la invasión a Ucrania, han dejado a la industria y las instituciones europeas ante una situación crítica. La incapacidad para lanzar satélites desde territorio europeo ha obligado a organismos como la Comisión Europea y la propia ESA a buscar alternativas en lanzadores estadounidenses, principalmente de SpaceX, lo que ha supuesto un duro golpe a la soberanía tecnológica europea.
El European Launcher Challenge: impulso a la innovación y la competitividad
Ante este panorama, la ESA ideó el European Launcher Challenge como una competición abierta a empresas privadas y startups de toda Europa. El objetivo es claro: identificar, financiar y acelerar el desarrollo de tecnologías de lanzamiento innovadoras que puedan complementar o incluso sustituir a los actuales sistemas institucionales.
El proceso de selección, que se encuentra en su tramo final, ha suscitado gran interés entre compañías emergentes del sector espacial europeo, como la española PLD Space, la alemana Isar Aerospace o la francesa Latitude, todas ellas con proyectos de microlanzadores en avanzado estado de desarrollo. Estas empresas aspiran a obtener financiación y apoyo institucional para escalar sus tecnologías y entrar a competir en un mercado cada vez más internacionalizado, donde gigantes como SpaceX y Blue Origin llevan años marcando el ritmo de la innovación y la reducción de costes.
El modelo estadounidense como referencia
El enfoque adoptado por la ESA recuerda a iniciativas similares puestas en marcha en Estados Unidos durante la última década. Programas como el Commercial Crew y el Commercial Resupply de la NASA, que dieron lugar al exitoso desarrollo de las cápsulas Dragon de SpaceX y Cygnus de Northrop Grumman, han demostrado la eficacia de la colaboración público-privada en la creación de sistemas de acceso al espacio rentables y fiables. El éxito de SpaceX, que ha transformado la industria aeroespacial mundial a través de la reutilización de cohetes y la reducción drástica de los precios por lanzamiento, es el espejo en el que ahora se mira Europa.
Por su parte, Blue Origin, fundada por Jeff Bezos, continúa avanzando con el desarrollo de su lanzador New Glenn, cuya entrada en servicio está prevista para 2025. Este tipo de competencia ha ayudado a dinamizar el sector y a acelerar la innovación, algo que Europa espera replicar con el European Launcher Challenge.
El papel de las nuevas empresas europeas
Entre las candidatas a recibir el respaldo de la ESA destaca la española PLD Space, pionera en el desarrollo de cohetes reutilizables en Europa. Tras el exitoso vuelo suborbital de su cohete MIURA 1 en 2023, la compañía se prepara para lanzar su primer vehículo orbital, el MIURA 5, desde la Guayana Francesa en 2025. PLD Space compite con Isar Aerospace, que desarrolla el Spectrum, un microlanzador con capacidad para poner en órbita hasta 1.000 kg de carga, y con otras firmas emergentes que buscan hacerse un hueco en el incipiente mercado de lanzamientos comerciales ligeros.
La ESA evaluará no solo la viabilidad técnica de los proyectos, sino también su potencial comercial y su capacidad para contribuir a la independencia europea en el acceso al espacio. Se espera que los finalistas del European Launcher Challenge reciban apoyo financiero, acceso a infraestructuras de lanzamiento y acompañamiento técnico para acelerar la madurez de sus sistemas.
Perspectivas de futuro
El desarrollo de nuevos lanzadores europeos es clave no solo para garantizar la competitividad de la industria espacial europea, sino también para asegurar el acceso a datos críticos de observación de la Tierra, la navegación por satélite y la exploración interplanetaria. En un escenario internacional cada vez más polarizado y competitivo, la capacidad de Europa para lanzar sus propios satélites desde suelo europeo será un factor determinante para su autonomía estratégica.
La inminente selección de los finalistas del European Launcher Challenge marca un hito en los esfuerzos de la ESA por revitalizar el sector de lanzadores en Europa. Se espera que el anuncio de los proyectos elegidos tenga lugar en las próximas semanas, dando así el pistoletazo de salida a una nueva etapa de innovación y competitividad en el acceso al espacio.
(Fuente: SpaceNews)

 
							 
							