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Explosión estelar detectada por astrónomos europeos amenaza atmósferas planetarias

Explosión estelar detectada por astrónomos europeos amenaza atmósferas planetarias

En un importante avance para la astrofísica, un equipo internacional de astrónomos ha logrado captar de manera inequívoca una explosiva eyección de material lanzada al espacio por una estrella, gracias a los instrumentos de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la colaboración de observatorios terrestres. El hallazgo, realizado con el observatorio espacial XMM-Newton y el radiotelescopio LOFAR, revela el poder destructivo de estas erupciones estelares y sus posibles consecuencias devastadoras para los exoplanetas que orbitan cerca.

El fenómeno observado corresponde a una fulguración —o estallido estelar—, un evento durante el cual una estrella expulsa una enorme cantidad de plasma y radiación al espacio en cuestión de minutos. Estos estallidos, similares a las tormentas solares que periódicamente afectan la Tierra, pueden ser cientos o miles de veces más intensos en otras estrellas, especialmente en enanas rojas jóvenes y activas. En este caso, la explosión detectada es de tal magnitud que, de haber habido un planeta en las proximidades, su atmósfera habría sido arrancada por completo, dejando su superficie expuesta a un entorno espacial hostil.

El observatorio espacial XMM-Newton, lanzado por la ESA en 1999 y especializado en la detección de rayos X, fue fundamental para captar la radiación de alta energía emitida durante la erupción. Por otro lado, el radiotelescopio LOFAR (Low Frequency Array), con estaciones distribuidas por toda Europa, permitió a los investigadores observar la componente de baja frecuencia del fenómeno. Esta combinación de datos ha proporcionado una visión sin precedentes de la dinámica y el alcance de estas erupciones.

Desde un punto de vista técnico, la detección simultánea en distintas longitudes de onda es crucial para entender los procesos físicos responsables de la eyección de material. El análisis indica que la masa expulsada durante el evento viajó a velocidades superiores a los 1.000 kilómetros por segundo, una cifra que supera ampliamente las velocidades registradas en las erupciones solares más intensas. Este material, compuesto principalmente por plasma ionizado, se desplaza por el sistema estelar, interactuando con cualquier planeta que se encuentre en su trayectoria.

El impacto de estos eventos sobre los exoplanetas es uno de los campos de estudio más relevantes en la actualidad, dado el auge en el descubrimiento de mundos fuera del Sistema Solar. Los científicos advierten que la habitabilidad de los exoplanetas, especialmente aquellos que orbitan estrellas activas, puede estar gravemente comprometida por la frecuencia e intensidad de estas eyecciones. Un planeta situado en la denominada “zona habitable” podría perder su atmósfera en pocos millones de años si es azotado de forma recurrente por estos estallidos, reduciendo drásticamente sus posibilidades de albergar vida tal y como la conocemos.

La investigación se enmarca en un contexto de creciente interés por la caracterización de atmósferas exoplanetarias y la influencia del entorno estelar. En los últimos años, misiones como TESS y CHEOPS —también de la ESA— se han dedicado a identificar y estudiar exoplanetas, mientras que telescopios como el James Webb Space Telescope (JWST) de la NASA están comenzando a analizar la composición de sus atmósferas. Sin embargo, la exposición a eventos extremos como las fulguraciones puede suponer un obstáculo insalvable para la retención de gases atmosféricos ligeros, esenciales para la vida.

Este descubrimiento se suma a la lista de logros recientes de la ESA y refuerza la importancia de la cooperación internacional en el estudio de fenómenos cósmicos. Mientras, empresas privadas como SpaceX y Blue Origin continúan desarrollando tecnologías para acceder y explorar el espacio profundo, y la NASA mantiene su compromiso con la ciencia fundamental y la exploración tripulada. Por otro lado, la española PLD Space avanza en sus ensayos con cohetes reutilizables, contribuyendo al dinamismo del sector espacial europeo.

No menos relevante es la aportación de la astronomía de radio, campo en el que LOFAR es pionero, permitiendo el seguimiento en tiempo real de eventos transitorios como el aquí descrito. La sinergia entre observatorios espaciales y terrestres está resultando clave para la comprensión de la astrofísica de alta energía y el entorno de los exoplanetas.

En definitiva, la detección de esta poderosa fulguración constituye un paso esencial en la comprensión de los peligros que acechan a los planetas situados en torno a estrellas activas y pone de manifiesto la necesidad de considerar la actividad estelar como un factor determinante en la habitabilidad planetaria. La vigilancia continua de estos fenómenos, combinada con el desarrollo de nuevos instrumentos, permitirá afinar los criterios para la búsqueda de vida fuera de nuestro sistema solar.

(Fuente: ESA)