Jóvenes ingenieros de Europa y África refuerzan la cooperación espacial en Bélgica

Del 7 al 10 de octubre de 2025, el centro de formación ESEC-Galaxia de la Agencia Espacial Europea (ESA), situado en Bélgica, fue escenario de un encuentro clave para el futuro de la cooperación espacial entre Europa y África. Decenas de jóvenes ingenieros, seleccionados de ambos continentes, participaron en el Curso de Formación en Ingeniería de Sistemas Espaciales, una iniciativa conjunta de la ESA y la Agencia Espacial Africana (AfSA) que marca un hito en el impulso de capacidades técnicas y científicas en una industria en plena expansión y transformación.
El objetivo principal del curso fue proporcionar a los participantes conocimientos avanzados en la gestión y el desarrollo de sistemas espaciales complejos. La ingeniería de sistemas es la disciplina que permite integrar de manera eficiente los distintos subsistemas de una misión espacial, desde la propulsión y el control térmico hasta las telecomunicaciones y la gestión de cargas útiles científicas. En el contexto actual, donde la colaboración internacional es cada vez más relevante, la formación de ingenieros capaces de trabajar en equipos multidisciplinares y multiculturales resulta esencial.
La ESA, con más de seis décadas de experiencia en la exploración y utilización pacífica del espacio, ha sido pionera en la formación de nuevas generaciones de expertos. Desde su fundación en 1975, la agencia ha liderado proyectos emblemáticos como el programa Ariane de lanzadores espaciales, el consorcio de satélites de observación de la Tierra Copernicus y la participación europea en la Estación Espacial Internacional. Por su parte, la AfSA, creada en 2019 bajo el paraguas de la Unión Africana, representa el esfuerzo africano por consolidar una infraestructura espacial propia. Este impulso se traduce en satélites de telecomunicaciones, misiones de observación terrestre y, cada vez más, en la formación de talento joven para afrontar los retos de la llamada “cuarta revolución industrial”.
Durante el curso celebrado en ESEC-Galaxia, los participantes asistieron a sesiones teóricas y talleres prácticos que cubrían todas las fases de un proyecto espacial, desde la definición de requisitos hasta la integración y el lanzamiento. Se abordaron casos reales de colaboración internacional, como el desarrollo de instrumentos científicos para misiones planetarias y la puesta en órbita de pequeños satélites (CubeSats), un segmento en el que Europa y África están incrementando rápidamente su presencia.
En los últimos años, la cooperación entre agencias espaciales públicas y privadas ha dado lugar a una auténtica revolución en el sector. Empresas estadounidenses como SpaceX, fundada por Elon Musk, han abaratado el acceso al espacio gracias a lanzadores reutilizables como Falcon 9 y Falcon Heavy, y están avanzando en grandes proyectos como la constelación Starlink para ofrecer internet satelital global. Blue Origin, la compañía de Jeff Bezos, y Virgin Galactic, centrada en el turismo suborbital, han abierto nuevas posibilidades para la industria espacial comercial. En España, la firma PLD Space ha logrado desarrollar y lanzar con éxito el cohete Miura 1, el primer lanzador suborbital privado del país, situando a la península ibérica en el mapa de los nuevos actores espaciales.
En paralelo, la NASA continúa con su programa Artemisa, que tiene como objetivo devolver a la humanidad a la Luna y establecer allí una base permanente. La colaboración internacional es fundamental: la ESA participa en la construcción del módulo de servicio de la nave Orión, y Japón, Canadá e Italia aportan tecnología y experiencia. A nivel científico, las misiones de búsqueda de exoplanetas, como TESS y CHEOPS, han multiplicado los descubrimientos de mundos potencialmente habitables fuera del sistema solar, abriendo nuevas fronteras para la astrobiología.
La formación de ingenieros europeos y africanos en ESEC-Galaxia no solo refuerza la transferencia de conocimientos tecnológicos, sino que también facilita el establecimiento de redes profesionales y culturales que serán cruciales para futuros proyectos conjuntos. Según los responsables del programa, el intercambio de experiencias y la comprensión mutua son tan importantes como los propios avances técnicos. En un mundo cada vez más interconectado, la colaboración entre continentes se perfila como el camino más sólido para afrontar desafíos globales como el cambio climático, la gestión sostenible de los recursos y la vigilancia de catástrofes naturales mediante satélites de observación terrestre.
Los participantes del curso han destacado la importancia de este tipo de iniciativas para fomentar la igualdad de oportunidades en el acceso al espacio y el desarrollo de una industria que, según estimaciones recientes, podría triplicar su valor en los próximos 20 años. Para Europa y África, trabajar juntos en la formación de talento y en el diseño de misiones conjuntas representa una apuesta estratégica por la innovación y la soberanía tecnológica.
Así, el encuentro celebrado en Bélgica supone un paso adelante en el tejido de alianzas que, en las próximas décadas, dará forma al nuevo escenario espacial global. El futuro de la exploración y el aprovechamiento del espacio dependerá, en gran medida, de la capacidad de sumar esfuerzos y compartir conocimientos más allá de las fronteras. (Fuente: ESA)
