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La ESA busca proveedores privados para el transporte de carga a la Estación Espacial Internacional

La ESA busca proveedores privados para el transporte de carga a la Estación Espacial Internacional

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha lanzado una convocatoria histórica para contratar servicios comerciales de transporte de carga a la Estación Espacial Internacional (ISS), en un movimiento que marca un giro decisivo hacia la colaboración con empresas privadas del sector espacial. Esta iniciativa, que deberá materializarse antes del último trimestre de 2028, responde a la necesidad de la agencia de cumplir con sus compromisos financieros y logísticos dentro del marco del acuerdo CSOC (Common System Operations Costs) de la ISS, que regula la contribución de los socios internacionales al mantenimiento y funcionamiento de la estación.

Este llamamiento público supone una oportunidad inédita para las empresas espaciales europeas y globales, que podrán competir por convertirse en proveedoras oficiales de la ESA para misiones de abastecimiento a la ISS, un sector hasta ahora dominado por gigantes estadounidenses como SpaceX y Northrop Grumman. La decisión de la ESA se produce en un contexto de creciente presión para que Europa desarrolle capacidades autónomas en el acceso al espacio y en la logística orbital, especialmente tras los retrasos en el programa Ariane 6 y la retirada progresiva de los lanzadores rusos Soyuz del mercado europeo.

La nueva licitación plantea requisitos técnicos claros: la compañía seleccionada deberá demostrar la capacidad de enviar y entregar una carga sustancial a la ISS, integrándose en las actuales infraestructuras de acoplamiento y cumpliendo los exigentes estándares de seguridad y compatibilidad que exige la operativa de la estación. Además, la carga deberá poder incluir suministros vitales, experimentos científicos y materiales para el mantenimiento de los sistemas de a bordo.

En el escenario internacional, la experiencia estadounidense es especialmente relevante. SpaceX, con su nave Dragon, y Northrop Grumman, con la Cygnus, llevan más de una década proporcionando servicios de carga regular a la ISS bajo contratos con la NASA. El éxito del programa Commercial Resupply Services (CRS) estadounidense ha demostrado la viabilidad y eficiencia de contar con empresas privadas para estas misiones, permitiendo a la NASA centrarse en objetivos más ambiciosos como el regreso a la Luna y la exploración de Marte. Blue Origin, por su parte, planea incorporar su propia nave de carga para misiones orbitales a finales de esta década, aprovechando el auge del mercado de servicios logísticos en órbita baja.

Europa, sin embargo, había quedado rezagada tras el fin de las misiones del ATV (Automated Transfer Vehicle), el carguero espacial desarrollado por la ESA que realizó su última entrega a la ISS en 2014. Desde entonces, la agencia ha dependido de los socios internacionales para cumplir con sus cuotas de mantenimiento y envío de material a la estación. Con la nueva licitación, la ESA pretende recuperar el liderazgo perdido y fomentar el desarrollo de una industria espacial europea capaz de competir en igualdad de condiciones con los actores estadounidenses y emergentes.

Entre los potenciales candidatos europeos destaca la empresa española PLD Space, que ha avanzado notablemente en el desarrollo de lanzadores reutilizables y que recientemente ha completado con éxito el vuelo inaugural de su cohete Miura 1 desde Huelva. Aunque su primer vehículo orbital, Miura 5, aún se encuentra en fase de pruebas, la compañía ha manifestado su interés en abordar misiones logísticas a largo plazo, lo que podría abrir la puerta a una participación española en el programa de abastecimiento a la ISS. Otro actor relevante podría ser Rocket Factory Augsburg (RFA), que trabaja en un lanzador ligero con capacidad para cargas útiles similares a las requeridas por la ESA.

A nivel internacional, Virgin Galactic y su filial Virgin Orbit han explorado el mercado de lanzamientos suborbitales y de cargas ligeras, aunque su enfoque principal sigue siendo el turismo espacial y la entrega de pequeños satélites. La diversificación de la demanda logística hacia la ISS podría incentivar a estas compañías a adaptar sus tecnologías para misiones de mayor envergadura.

El impulso a la logística espacial no solo fortalece la autonomía europea, sino que también prepara el terreno para futuras misiones en órbita lunar y más allá. La ESA ya ha anunciado su intención de participar activamente en la Gateway, la estación orbital lunar que NASA y sus socios internacionales están desarrollando como parte del programa Artemis. La experiencia adquirida en el transporte comercial de carga a la ISS será fundamental para el éxito de estos proyectos.

En paralelo, la comunidad científica observa con atención estos avances, pues el acceso regular y flexible a la ISS es clave para la investigación en microgravedad, la observación de exoplanetas y el ensayo de tecnologías espaciales avanzadas. La integración de la industria privada en este proceso permitirá aprovechar la innovación y la eficiencia propias del sector comercial.

Con este paso, la ESA se suma a la tendencia global de apertura a la colaboración público-privada en el espacio, apostando por un modelo que ha demostrado reducir costes, acelerar plazos y dinamizar la industria. Europa busca así recuperar protagonismo en un sector estratégico y garantizar su presencia en el mayor laboratorio orbital jamás construido.

(Fuente: European Spaceflight)